Un sindicado narco santafesino se comunicó con un vendedor de autos de confianza para deshacerse de una cupé BMW Z4 porque tenía un “tema judicial”. Se trataba de Sergio Norberto “Zurdo” Villarroel y por septiembre del año pasado tenía el celular intervenido por la Justicia federal, que lo investigaba como quien transportaba estupefacientes desde Formosa hasta su sede en el barrio Alto Verde de la capital santafesina. Ese “tema judicial” era que la BMW, valuada en 70 mil dólares, había pertenecido a Martín “Fantasma” Paz y en ella iba cuando cinco años atrás un motociclista se le puso a la par y lo ejecutó de cinco disparos en Entre Ríos al 2700 de Rosario. El 10 de diciembre pasado, el titular de la Fiscalía Federal N°2 de Santa Fe, Walter Rodríguez, pidió los allanamientos para desbaratar la banda de Villarroel. En esos operativos fue que encontraron la BMW dentro de un galpón de la localidad de Sauce Viejo.
El destino de la cupé se conoció luego de que el fiscal federal de Santa Fe solicitara la declaración indagatoria al titular del Juzgado Federal 2, Francisco Miño, para el Zurdo, su pareja Débora Flores y para Jorge Lescano y Graciela Bugnon –integrantes de Habitar Negocios Inmobiliarios– por su presunta participación en el blanqueo del dinero ilícito a través de inmuebles y gran cantidad de vehículos por un valor superior a los 10 millones de pesos.
Según dijeron voceros judiciales, el lavado de dinero se desprende de la causa principal donde el Zurdo y su pareja están procesados por “actividades ilícitas de comercialización de estupefacientes” desde, por lo menos, abril de 2014 hasta diciembre del año pasado. La actividad formal que habían declarado era “emisión de señales de televisión por suscripción”. Hace un mes que el fiscal federal pidió para esta investigación la elevación a juicio.
La caída del Zurdo
La pesquisa se inició el 24 de abril 2014 cuando personal de la Gendarmería Nacional recibió un llamado telefónico en el que se denunciaba que tres personas –una de las cuales fue detenida en Chubut por tenencia de estupefacientes con fines de comercialización– vendían droga para Villarroel. El Zurdo vivía en el de distrito costero Alto Verde. En ese lugar, tenía un club de fútbol y suministraba el servicio de tevé por cable. “Demuestra su intento por constituirse en referente local. Además, el accionar de los imputados contaba con cobertura policial. En base a diversas tareas investigativas se pudo establecer que Villarroel impartía las órdenes y coordinaba el transporte de narcóticos desde Formosa hacia la ciudad de Santa Fe”, explicaron los voceros judiciales.
El lavado
Una vez desbaratada la banda del empresario, la Fiscalía federal fue detrás de sus bienes. El patrimonio de Villarroel y Flores supera los 10 millones de pesos, integrado por una decena de automotores, dos camiones, una embarcación, un tractor, cuatro inmuebles y dinero en efectivo. El fiscal federal señaló que se está frente a “un estado de sospecha relativo al denominado delito de autolavado”.
Por estas maniobras también están sospechados, Jorge Lescano, vendedor de autos, y la corredora inmobiliaria, Graciela Bugnon, integrantes de Habitar Negocios Inmobiliarios. “Motorizados por el cobro de comisiones, participaron activamente en la gestión comercial para lograr la adquisición, almacenamiento, venta y cobro de distintas operaciones correspondientes a bienes que tuvieron origen en utilidades provenientes del narcotráfico”, señaló Rodríguez en la solicitud de la indagatoria formulada al Juzgado Federal. En ese sentido, recordó que los corredores inmobiliarios tienen la responsabilidad de informar operaciones sospechosas en materia de lavado de activos.
La Fiscalía dio a conocer una transcripción de una escucha telefónica que da cuenta del conocimiento que Lescano tenía de la actividad desplegada por su cliente.
Lescano habló con el representante de una agencia de automóviles sobre el Zurdo y le aseguró: “Pagar, paga”.
— ¿Y este vago a qué se dedica?, preguntó el representante.
—A vender droga, se sinceró Lescano y como el de la agencia no se convencía agregó: “Porque es así, te lo digo directamente. Es dealer. Para que no me rompás las bolas: es muy pesado el tipo; maneja mucha guita”.
Al darse cuenta de que no iba a poder llevar adelante la transacción del Zurdo, Lescano le reconoció a la corredora inmobiliaria que iba a salir de testaferro. “Le voy a decir: loco, la operación la hago yo, yo soy testaferro, punto, y la operación se hace así”, reza la transcripción que presentó la página de los fiscales federales.
La Z4
Antes de que el Zurdo tuviera la cupé BMW Z4 en el galpón de Sauce Viejo, donde la secuestraron en los allanamientos de diciembre pasado, fue de Martín “Fantasma” Paz.
Paz había adquirido el auto pero se demoró en retirarlo de la concesionaria porque “tenía que ver a nombre de quién lo ponía”, según un testigo. Fue asesinado a los tres días de hacerlo. De la causa se desprende que el Fantasma fue a la agencia, sacó del baúl 310.000 pesos de un Volkswagen Bora y pagó la cupé, valuada entonces en 330 mil. El auto quedó a nombre de un empresario metalúrgico de Funes, quien declaró que puso a su nombre la BMW a cambio de que el Fantasma le achicara una deuda.
De la pesquisa también surge que dos meses antes de los allanamientos, Lescano y Bugnon hablaron del pasado de la cupé. El 29 de septiembre pasado, Lescano le propuso venderla en el Chaco y llevarla dentro de un camión.
Después, el vendedor le reconoció a la mujer que no era tan fácil venderla. “Tiene unos antecedentes de mierda. Ahí mataron a uno de la banda de Los Monos. Está quemada. Nadie puede creer que le hayan hecho 200 kilómetros”. Así las cosas, la investigación por el crimen del Fantasma no arrojó ningún culpable y se transformó en la megacausa Monos donde el clan Cantero irá a juicio por asociación ilícita.