El Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF) decidió la suspensión temporal del proceso que podría terminar en un juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff ante una denuncia por inconstitucionalidad de la ley, al tiempo que el aliado Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), del vicepresidente Michel Temer, sustituyó al jefe de bloque en la Cámara baja debido a su “cercanía” con la mandataria.
La decisión de la Corte se dio luego de que el Partido Comunista do Brasil (PCdoB), pidiera analizar si la ley que regula las normas del proceso de destitución es constitucional, punto sobre el que el máximo tribunal deberá pronunciarse el miércoles próximo.
El magistrado Luiz Edson Fachin, uno de los once miembros del STF, fue quien decidió suspender de manera inmediata la formación de la comisión especial del Congreso, conformada por 65 diputados, que tiene la misión de analizar si las acusaciones hechas contra Rousseff tienen peso jurídico como para provocar la destitución de la jefa de Estado. La oposición busca enjuiciar a Rousseff por manejos financieros en las cuentas del 2014 que apuntaron a mejorar los números fiscales.
Fachin dictó la medida cautelar en respuesta a la demanda del PCdoB, que contestó al procedimiento adoptado para el trámite del juicio contra Rousseff y, en especial, que cuestionó que la elección de los miembros de la comisión haya sido hecha bajo secreto y no de forma publica como pedía el oficialismo. Según el PCdoB, todas las votaciones en la Cámara de Diputados deben ser abiertas, por lo que solicitó la nulidad del acto realizado anteayer y exigido una nueva elección.
La formación de la comisión había comenzado anteayer con la presentación de dos listas de diputados que deberían formar parte de ella, con resultado desfavorable al Ejecutivo. La lista más votada fue la propuesta por la oposición. La Cámara planeaba completar ayer la integración del cuerpo.
La medida cautelar también abre un interrogante sobre si el Parlamento convocará a sesiones extraordinarias para que la comisión sesione en verano debido a que Rousseff había pedido que el proceso se hiciera “lo más rápido posible”.
Pero lo que podría representar un alivio para el gobierno fue aplacado por una decisión que tomó ayer el aliado PMDB cuando anunció, tras conocerse la medida de la Corte que frena el proceso de juicio, la sustitución del jefe de su bloque en la Cámara baja debido a su “cercanía” con la mandataria.
El PMDB es la mayor fuerza política del país y principal columna de la coalición de gobierno de Rousseff, aunque alberga facciones disidentes que se cuadraron con la oposición en favor de un juicio político contra la mandataria.
El diputado Leonaro Picciani, hasta ayer jefe del grupo de 66 diputados del PMDB, articuló fuerzas en ese partido en contra del juicio político, pero la mayoría de sus integrantes se pronunciaron a favor, lo cual atizó las diferencias internas en esa formación. El cargo de Picciani será ocupado ahora por Leonardo Quintão, quien integra una de las alas opositoras del partido.
La movida fue apoyada por otro antagonista de Rousseff, el aún presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, quien está siendo juzgado por la Cámara y la Fiscalía General por corrupción.
En tanto, el vicepresidente Temer se refirió al proceso iniciado en la Cámara baja, suspendida por la Corte tras las primeras discusiones.
“La Cámara de Diputados deliberó en el ejercicio legítimo de sus competencias. El Supremo lo suspendió temporalmente y eso revela que vivimos en un régimen de normalidad democrática extraordinaria y todas las instituciones están funcionando”, aseguró Temer, primero en la línea de sucesión en caso de que Rousseff sea destituida.
Para Lula, es una “venganza”
El ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva atribuyó ayer a una “venganza” opositora los intentos por someter a un juicio político a su sucesora, Dilma Rousseff, y aseguró que a “ciertas élites les molestan los logros alcanzados tras doce años en el gobierno en la lucha contra la pobreza”.
“Brasil vive momentos difíciles tras una campaña electoral que fue muy dura y a la que han seguido los deseos de venganza de la oposición”, afirmó Lula en la conferencia internacional “El cambio en tiempos turbulentos”, organizada por el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) en Berlín.
El ex mandatario advirtió de que las acciones impulsadas contra Rousseff van más allá de “los ataques personales” y se dirigen directamente contra su Partido de los Trabajadores (PT), por mero revanchismo tras las derrotas sufridas frente a él, primero, y después frente a Rousseff. “Es un proceso sin la menor legitimidad ni fundamento jurídico”, añadió Lula.