María Cash tenía 29 años cuando fue vista por última vez en el acceso a la capital salteña el 8 de julio de 2011 donde hay un peaje. Ese día las cámaras de seguridad de la entonces empresa que tenía la concesión del acceso tomaron su imagen y de ahí, no hubo datos certeros. Su padre falleció en un accidente automovilístico en 2014 cuando se dirigía a chequear una pista aportada en La Pampa. Pasó una década, y este jueves María del Carmen Gallardo, madre de la diseñadora, participó de la creación de una Mesa Interinstitucional para seguir con la búsqueda que está encabezada por la Fiscalía Federal 2 de Salta, a cargo de Eduardo Villalba, el Sistema Federal de Búsqueda de Personas Desaparecidas y Extraviadas (Sifebu) del Ministerio de Seguridad e investigadores de Gendarmería.
“Lo que hicimos fue contarle a la familia el trabajo realizado durante estos diez años en el marco de la causa y el significado institucional que ha tenido la desaparición de María Cash”, explicó la coordinadora del Sifebu, Leticia Risco.
Tras ello, la funcionaria afirmó: “El Estado hoy continúa buscando a María y, por ello, evaluamos el caso y hoy expusimos en esta Mesa cuáles son las acciones realizadas y aquellas que se trabajan actualmente”.
La ministra de Seguridad, Sabina Frederic; y la subsecretaria de Investigación Criminal y Cooperación Judicial, Valentina Novick, impulsaron el trabajo del Sifebu, que permitió al Estado reforzar sus políticas en materia de búsqueda de personas desaparecidas.
En torno al caso de María Cash, Novick y Risco detallaron distintas medidas adoptadas para la búsqueda, como rastrillajes, ofrecimiento de recompensa y la difusión del caso, entre otras. En ese sentido, ambas funcionarias expusieron cómo la desaparición de María Cash puso en evidencia la necesidad del Estado nacional de contar con una política pública específica, en donde la articulación entre diferentes organismos gubernamentales y de la sociedad civil resultaron fundamentales para comprender y abordar este fenómeno de manera más eficiente.
A su vez, tal como expresaron en el encuentro, desde 2020 aumentaron las acciones vinculadas con la capacitación y la articulación entre todos los organismos estatales que requieran trabajar en conjunto ante este tipo de situaciones.
Una década y ningún rastro
María Cash es una diseñadora de indumentaria nacida en Buenos Aires. Tenía 29 años cuando se perdió todo rastro de ella, el 8 de julio de 2011 en el acceso a la capital salteña, donde funcionaba la estación de peaje de la ex empresa Aunor. La última imagen quedó registrada en las cámaras de seguridad en la plaza de peaje.
Cuatro días antes, el 4 de julio de 2011, su padre Federico la había acompañado a tomar un micro en Retiro con destino a San Salvador de Jujuy donde iba a trabajar.
Su búsqueda por parte de la Justicia llegó a formar más de 90 cuerpos de expedientes donde consta que al momento de su desaparición María vestía botas de gamuza beiges, jeans y un bolso rosado que llevaba en bandolera.
El último movimiento que tuvo la causa fue el 19 de noviembre 2019 cuando pareció retomarse por un rastrillaje en la zona del paraje Palomitas, sobre la ruta 34, ubicado a unos 66 kilómetros de la capital salteña, en el departamento General Güemes. La búsqueda no arrojó ningún resultado.
En el transcurso de esta década, la misma familia habilitó un teléfono en el que recibieron miles de pistas falsas e improbables, y Federico Cash, padre de María, murió en un accidente automovilístico en una ruta de La Pampa en abril de 2014 yendo a investigar uno de esos indicios. El hombre de 70 años había decidido rastrear por todo el país.
El 24 de noviembre de 2020 presentaron un retrato de cómo se vería en la actualidad la diseñadora porteña María Cash para reactivar su búsqueda.
La imagen fue realizada a pedido de la familia por los mismos peritos que trabajaron en el caso Sofía Herrera, la niña de tres años desaparecida en 2008 en un camping de Río Grande, de quien también se difundieron retratos actualizados, al igual que del sospechoso de habérsela llevado, José Dagoberto Díaz Aguilar, conocido como Espanta la virgen.
Los peritos -de una consultora de seguridad privada- utilizaron la técnica de proyección de edad y no apelaron a ningún software, sino que trabajaron a mano alzada, con un lápiz óptico y una tablet.