Un hombre de 34 años fue condenado a 10 años de prisión por el homicidio del vidriero Luis Alberto Pazos, asesinado hace poco menos de un año en una vivienda ubicada en Harding al 1000, durante una discusión que la víctima mantuvo con un amigo apodado Pelado, quien le aplicó 33 puñaladas. El autor del hecho, que fue detenido un día después en su casa, fue procesado por homicidio simple y hurto, ya que de la vivienda del fallecido faltaron varios elementos, y recibió la pena de una década tras las rejas mediante un juicio abreviado.
Luis Alberto Pazos era santiagueño, tenía 29 años y hacía siete que estaba casado, pero las cosas con su esposa no estaban de lo mejor. Cuatro días antes del homicidio, su mujer dejó asentada en la comisaría 8ª, con jurisdicción en la zona, que se retiraba del hogar con sus dos hijos. El primer sábado que Luis estuvo sin su familia, el 20 de febrero del año pasado, decidió ir a la casa de un amigo a tomar unas cervezas luego de la jornada laboral. De a poco, el lugar se fue llenando de personas, quienes comieron y bebieron en forma copiosa durante varias horas. Alrededor de las 5.30 del domingo 21, Luis se retiró del lugar con uno de los invitados a la velada, Emilio Feliciano F., alias Pelado, para ver la instalación eléctrica, ya que había sido conchabado para realizar unos arreglos.
No se sabe si los arreglos llegaron a hacerse. Pazos fue encontrado muerto a la mañana siguiente por Liliana M., prima del vidriero. El hombre estaba tirado en la cocina boca abajo; había recibido en total 33 puñaladas, repartidas entre el maxilar, cuello, tórax, hombro y antebrazos. La casa estaba revuelta: faltaba una billetera, unos anteojos, la llave de la vivienda y el arma homicida.
La manchas de sangre estaban por todos lados, incluso en la pared, y en el lugar quedó una huella de zapatilla que tenía una estrella. Las pesquisas reconstruyeron las últimas horas de Pazos a través de los testimonios de la gente que estuvo con él; de esa manera llegaron al Pelado Emilio Feliciano F., que fue detenido en su domicilio, donde se secuestró una zapatilla que en la suela tenía una estrella similar a la huella encontrada en la casa de la víctima.
En su declaración policial, el Pelado dijo que llegaron a la casa de Luis en un taxi y en la vivienda siguieron tomando cerveza y hablando hasta que empezaron a discutir, a empujarse y luego se tomaron a golpes de puño.
La pelea comenzó en una pieza y terminó en la cocina, donde Luis tomó un cuchillo de cocina y le tiró un puntazo a su invitado, según el relato de este último. Forcejearon hasta que el cuchillo cayó al piso. Quien lo levantó fue Emilio, quien acto seguido se defendió porque tenía miedo, sostuvo.
Siempre según el relato del acusado, cuando Luis se dio vuelta para tomar algo de un mueble, Emilio se asustó y le dio una puñalada en la espalda. Herido, Pazos le tiró la cama encima (la habitación estaba junto a la cocina) para sacarle la cuchilla a su rival, por lo que se produjo un nuevo forcejeo, y nuevos puntazos en el cuerpo del dueño de casa. “Creo que le di en la panza o en el pecho, no recuerdo bien”, dijo el sospechoso.
El Pelado dijo que estaba muy asustado y que cuando se dio cuenta de lo que había pasado fue al baño a lavarse y luego guardó el arma homicida en una mochila, junto con la billetera y los lentes de Pazos, recibió el diario que todos los domingos llegaba a la vivienda y se fue a su casa, ubicada en la zona sur, llevándose la llave de la casa de Pazos.
Emilio dijo que el hecho fue en defensa propia y que estaba muy arrepentido, y le rogó a la familia de Pazos que lo perdonara, porque había sido un acto de inconciencia.
En mayo del año pasado, el Pelado fue procesado por el titular del Juzgado de Instrucción de la 5ª Nominación por el delito de homicidio simple y hurto simple.
Fuentes policiales aseveraron que la discusión en la vivienda de Harding al 1000 que derivó en el homicidio del vidriero se habría iniciado porque el Pelado increpó a Pazos por piropear a su mujer.
Durante la tramitación del proceso, la defensora del imputado, Beatriz Antelo, junto al fiscal Esteban Franichevich, acordaron en un juicio abreviado que Emilio Feliciano F. deberá purgar una pena de 10 años de prisión por los delitos de homicidio y hurto. Dicho acuerdo fue homologado por el Juzgado de Sentencia de la 5ª Nominación a cargo de Gustavo Salvador, refirieron fuentes del caso.