“¡Belgrano es como vos, Cristina!”. El grito de una señora se perdió rápido entre la multitud. Algunos atinaron a dar vuelta la cabeza, con una sonrisa mezcla de complicidad y desconcierto, otros continuaron con la vista al frente, atentos al último discurso de la presidenta en el Día de la Bandera. La mujer no bajó la voz ni se corrió de las vallas a las que se había trepado. “¡Gracias por el trabajo, Cristina!”, continuó arengando, levantando el puño con fuerza y equilibrio. El Parque Nacional a la Bandera fue sede, una vez más, de una multitud que se acercó a festejar la Bandera y, la mayoría, su pertenencia a un proyecto político. Las actividades que se ofrecieron, sin embargo, estaban abiertas a todos los públicos y apostaban a un concepto: el Estado nacional.
La cantidad de posibilidades que se programaron a lo largo de tres días permiten que todo el que quiera encuentre motivos extra para festejar a la Bandera. El epicentro fue, ayer, jornada de un despliegue masivo en la zona del Monumento y del Parque Nacional a la Bandera. Todo salió bien. Hubo alegría y pareció que hasta el tiempo jugó a favor, con un sol cálido que apaciguó el frío. La jornada fue, por eso, un día patrio y la oportunidad de pasar una tarde en familia. No faltaron las reposeras y mantas en el césped. Tampoco los mates ni los sándwiches preparados en casa. Y hubo quienes se “pusieron las pilas” para recorrer cada atractivo que desplegaron los ministerios nacionales y quedarse luego escuchando a Peteco Carabajal.
La multitud no cesó de circular, aunque desde el momento en que sonó el Himno Nacional y comenzó el acto institucional, muchos interrumpieron su andar para escuchar los discursos. El tránsito permanente evidenció que no sólo estuvieron quienes iban a ver a la presidenta, que eran los más, sino que también se acercaron los que consideraron que la Bandera y la Patria son un motivo de festejo que vale por sí mismo.
No hace muchos años que esta jornada está en foco: la proliferación de banderas de agrupaciones políticas entre el público dio lugar al debate en torno de qué tipo de festejo corresponde. Muchas voces se levantan cada año para manifestarse a favor o en contra de la presencia de “militantes” o de “vecinos”, como si ambas cosas no pudieran convivir.
Lo que es cierto es que algo cambió el 20 de Junio. El desfile cívico–militar fue reemplazado por cumbia, canciones infantiles, folclore y rock nacional. De fondo, el sonido inconfundible de los bombos peronistas. Los que eligen estar en el acto central viven el momento con adrenalina pura, como si estuvieran a punto de ver a una estrella de rock. “Ahí viene”, fue el aviso que corrió de persona en persona, militante a militante, a las 14.05, cuando la presidenta de la Nación llegó al parque. Una chica se subió a los hombros de un chico, otro se trepó hasta lo más alto de un árbol, un nene dejó de hacer aviones de papel para enfocar el escenario con el pequeño largavista que llevaba colgado del cuello.
Hoy también
Los festejos seguirán a lo largo de hoy. Además de los stands de varios ministerios nacionales, en el escenario principal habrá dos shows. A las 16 toca Santo Chango y a las 17, Los Pericos.
Radicales y populares
En la multitud, ayer, hubo cabida para muchas adscripciones políticas. Una de ellas fue la de Los Irrompibles: el sector radical que se define alfonsinista y popular. “Estamos celebrando la militancia, la posibilidad de las familias estén acá y que se haya recuperado la política para el pueblo”, explicaron Federico Penovi y Martín Beccani, dos referentes de esta particular organización. “Somos los radicales que compartimos las ideas del modelo, principalmente, en que el pueblo es la prioridad. Estamos representados por los mismos intereses y objetivos, entre ellos, dar batallas a las corporaciones”, dijeron sobre la agrupación que conduce a escala nacional Leandro Santoro, funcionario de la Jefatura de Gabinete. Los jóvenes explicaron que ser radicales e integrar un movimiento mayoritariamente peronista fue más fácil de lo que pudieron imaginar: “Nadie es reacio con nosotros”.
Locales y visitantes dieron el presente
El Parque Nacional a la Bandera recibió ayer a miles de argentinos. Aunque la mayoría de ellos eran rosarinos, otros tantos se acercaron desde localidades vecinas. Quedó claro que una parte importante estaba encolumnada bajo las banderas políticas del kirchnerismo. Sin embargo, también fueron muchos los que eligieron acercarse de manera independiente, teniendo o no simpatía por la administración nacional: las posibilidades eran variadas, incluían todos los gustos y tenían un eje común que era la Bandera y el Estado nacional. Los que estuvieron compartieron esa premisa. “Es una maravilla. La gente está muy contenta”. Edelweiss y Américo viajaron desde Sunchales para festejar el Día de la Bandera y ver a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Los dos llegaron con reposeras y se ubicaron estratégicamente: cerca del escenario y al sol. No llegaron encolumnados bajo ningún partido o movimiento político, sino que aprovecharon la ocasión para celebrar y visitar a su hija, que vive en la ciudad. “Cuando era chico nos enseñaron que la Bandera está acá”, señaló Américo, llevándose el puño al corazón. “Muchos dejaron de sentir eso, pero creo que estos actos incentivan a los más jóvenes a festejar la patria”.
Facundo, un joven de unos veinte años, viajó desde Las Toscas, en el extremo norte de la provincia, con sesenta personas más, todos militantes de La Cámpora. El chico, de pocas palabras y muchos churros en la mano, respondió a la pregunta de por qué estaba en el acto poniendo los dedos en V. “Con eso te digo todo”, resumió con una sonrisa.
Era la primera vez que venía al acto del 20 de Junio. También la primera vez que iba a escuchar a la presidenta. Acababa de bajar del colectivo y aún no había recorrido mucho.
Admitó, sin embargo, estar sorprendido por el despliegue y por la adhesión al festejo que, para ellos, protagonizó más “gente” que partidos.
“Vine por el modelo”, fue claro Sandro en su testimonio. Viajó desde la localidad de Cruz Alta, Córdoba, sólo por eso: el modelo. “Yo no soy de ningún partido político. Al contrario, soy apolítico. Pero sigo al modelo, porque incluye a los que antes estaban marginados”, explicó. El hombre estaba en las escalinatas con su mujer, su hija, el novio de su hija y su hijo menor. El más chico y él estaban de pie, escuchando el show de Paka-Paka y agitando una bandera argentina con el nombre de su localidad. Ya habían recorrido parte de las muestras ubicadas a lo largo del parque. “Están muy buenos. Hay que mostrar lo que se hace. En los noventa no había nada de esto, no teníamos ni producimos nada. Hoy estoy re-agradecido”.
Sobresalió “la granadera”
Uno de los atractivos de ayer fue “la granadera” del Monumento a la Bandera. Jésica Bianchetti tiene 22 años, es de Lanús, cursa tercer año de abogacía y desde 2012 pertenece al Regimiento Granaderos a Caballos General San Martín, en Palermo, Buenos Aires. Tiene el mismo uniforme que sus compañeros varones, excepto por un detalle: lleva pollera larga en lugar de pantalón. Entre sus tareas principales está el servicio de escolta y ceremonial, guardia y también repartir los víveres dentro del regimiento. La granadera sabe utilizar armas, como el fusil automático –liviano y pesado–, y manejarse dentro del terreno igual que sus compañeros varones. “Entré al regimiento para probar y me gustó mucho. Nos preparan física y psicológicamente para lo que pueda llegar a pasar, en el caso que pase algo. Cada día se aprende algo y me gusta mucho, pero hay que tener constancia”, contó.
Asado a la estaca y folclore, la mejor yunta para la fiesta patria
También se realizó ayer la 9ª edición del Concurso de Asadores a la Estaca que por segundo año consecutivo se integró al Día de la Bandera a orillas del Paraná. La zona de la Estación Fluvial fue el escenario para que 48 parejas mostraran su destreza: cocinaron dos costillares cada una. Y desde Entre Ríos, Buenos Aires, Córdoba y Mar del Plata vinieron a prender el fuego. Además, experimentados cocineros de Chile, Paraguay y Uruguay se sumaron a sus pares de Rosario.
Omar Juárez llegó desde Pueblo Esther con la ilusión de ganar el primer puesto pero no lo logró. “Me acompañaron a competir mis dos hijos: Ismael, de 16 años, y Mateo, de siete. Todos los años venimos a Rosario al concurso de asadores, desde hace nueve. Lo importante es pasar un día entre amigos, con gente gaucha, y que nuestra tradición siga vigente como lo querían nuestros padres y abuelos”, contó Omar. El primer puesto del concurso fue para Pablo Belletti y Adrián Braniza, de Peyrano; el segundo para Andrés Haugh y Franco Campodónico, de Rosario, y el tercero lo sacaron Emiliano Ferrari y Juan Carlos, de Tortugas.
Escenario folclórico
Desde muy temprano, ayer la representación folclórica estuvo a cargo del artista Ramón Rodríguez y el grupo Los de Santa Fe, además de los ballets Resplandor, Rosario de Santa Fe, Debajo del Puente y Sembrando Tradición, que interpretaron un gato y una chacarera. También hubo un desfile gaucho acompañado por el payador Juancito Almada.
Y al público que los aplaudía se le sirvió chocolate con pastelitos.
Matías, de 17 años, y Jeremías, de 19, son dos de los 40 integrantes del grupo Rosario de Santa Fe que bailaron el pericón y gato. “Estoy en el grupo hace muchos años, desde chiquito. Mis abuelos bailaban y me llevaban a mí y le agarré el gustito”, contó el primero.
Edgardo Schmidtke, coordinador de actividades culturales de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad, contó a El Ciudadano que en la jornada de ayer subieron al escenario varios grupos de folclore como La Comarca, Luciano Jazmín, Silvia Góngora y Silvio Rodríguez. Los conjuntos de danza, a su vez, bailaron chacarera, cueca y gato. A ellos se sumó, como grupo invitado, La Lucila, de San Luis.
Es Estado fue protagonista
El Parque a la Bandera mudó su habitual fisonomía para el Día de la Bandera. Un vagón del ferrocarril argentino, tiendas de campaña del Ejército junto a tanques de guerra y vehículos militares, maquinaria agrícola y stands de varios ministerios nacionales modificaron el paisaje sabatino de vecinos tomando mate y pescadores atentos a sus cañas.
Uno de los stands, Argentina Sonríe, del Ministerio de Salud, está hasta hoy anclado en el Parque a la Bandera y cuenta con 30 unidades móviles sanitarias de especialidad odontológica equipadas con teconología médica robótica 3D. Las mismas que brindan atención bucal en los lugares más alejados del territorio nacional. El programa realiza acciones de prevención, atención y rehabilitación bucodental, incluida la provisión de prótesis en forma gratuita a aquellos que lo necesiten, priorizando a los sectores más vulnerables.
Gonzalo es odontólogo y explicó que el objetivo de Argentina Sonríe es brindar una atención integral de la rehabilitación bucal con un alto componente preventivo. “Al paciente se le enseña desde la técnica del cepillado para que lo transmita al grupo familiar, prevención, limpieza. Se realizan extracciones, curación de caries y tratamientos de conducto, entre otras intervenciones. Las máquinas, que son importadas de Alemania, porque no se fabrican acá, toman una impresión digital de la boca. Vinimos a mostrar la metodología de trabajo, entregamos cepillos y folletos”, detalló el odotontólogo.
Otros se entretenían en un tráiler del Ministerio de Turismo de la Nación que exponía, mediante fotografías y videos, varios destinos y visitas para las vacaciones.
Algunos chicos, y no tanto, prefirieron el predio destinado a Defensa, que ofreció juegos para niños vinculados con la actividad militar.
Germán Martínez, subsecretario Coordinación Administrativa del Ministerio de Defensa, explicó a El Ciudadano que el objetivo de la muestra es generar lazos de comunicación entre las Fuerzas Armadas y la sociedad civil. “Entre otras cuestiones, está la política de género que trata de impulsar el Ministerio, para un mayor protagonismo de la mujer dentro de las fuerzas. Y la política de derechos humanos, que en este caso se expone a través de listas negras, una muestra construida a partir de los hallazgos en el edificio Cóndor, sede de la Fuerza Aérea, documentación de primera mano que describe cómo era el mecanismo de represión a los artistas, intelectuales, académicos, músicos, durante la última dictadura militar”, especificó Martínez.
Marian es médica y trabaja en el stand del Ministerio de Salud. “Lo que vinimos a mostrar es nuestro consultorio de prevención de riesgo cardiovascular, diabetes.
Hacemos la historia clínica de cada paciente y, según la edad, medidos glucemia, colesterol y presión. También entregamos folletería para los chicos sobre VIH, preservativos, y les informamos sobre obesidad, diabetes, entre otras cuestiones”, concluyó la médica.