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Copa Argentina: una final llena de bronca e impotencia

El Canalla cierra un 2015 sin títulos, pero dejando una gran imagen en los dos torneos que jugó. Lo de anoche, injusto.

Dolor. Bronca. Impotencia. Desazón. Sí, todo eso y mucho más. Así quedó todo Central. Es que anoche en Córdoba no mereció vivir lo que vivió. El Canalla fue perjudicado por el pésimo arbitraje de Diego Ceballos y así se quedó sin nada.

Dolor. Porque Central hizo una temporada de campeón, aunque se encontró con un Boca sólido en el tramo final.

Bronca. Porque hizo méritos para ganar un título y errores ajenos lo despojaron de seguir con vida.

Impotencia. Porque fue más que Boca en los 90 minutos en Córdoba y porque a lo largo de este 2015 desplegó el mejor fútbol y no pudo celebrar.

Desazón. Porque la ilusión de gritar campeón tras 20 años estaba ayer a un paso de cumplirse.

Las lágrimas de Nery Domínguez en cuclillas fueron la fiel imagen de lo que pasó en Córdoba. En él se reflejan las sensaciones de despojo y dolor. Es que Central no merecía éste final.

Y menos lo merecían sus hinchas. Sufrieron el maltrato policial en la caótica venta de entradas y se fueron del Kempes masticando mucha bronca y preguntándose “¿por qué?”.

La historia marcará que la edición 2015 de la Copa Argentina quedó en manos de Boca. Pero mucho más se recordará el pésimo arbitraje de Diego Ceballos, quien con sus fallos cambió la historia del juego.

La temporada 2015 transita sus últimos días. Y más allá de que se vive de resultados y Central no pudo celebrar, dio la talla de principio a fin. Demostró que se le pudo pelear a los ‘grandes’ y que con un trabajo serio se puede ser protagonista. El final no fue el soñado. Pero el hincha de Central se tiene que quedar tranquilo por la entrega, el sacrificio, el fútbol y sobre todo el sentido de pertenencia de un equipo que no merecía vivir lo que vivió anoche.

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