La Numerología, como ciencia de estudio del hombre, es una de las formas más antiguas para alcanzar el autoconocimiento y descubrir el destino para transitarlo en sano equilibrio, con alegría, felicidad y paz interior. Esta milenaria práctica, utilizada por los egipcios para explicar la formación de Universo y adoptada años más tarde por el famoso filósofo griego Pitágoras, permite al individuo realizar un viaje introspectivo hacia su interior, a partir del que puede visualizar su verdadera esencia.
Los números son energías que, aplicadas al ser humano a través del estudio de su nombre y fecha de nacimiento completos, representan sus tendencias básicas en los planos físico, mental, emocional y espiritual. De dicho estudio se desprenden el conocimiento de su esencia, la imagen que el mundo percibe de él, el aprendizaje de su alma con respecto al mundo en general y con respecto a los vínculos donde hay afecto de por medio; su potencial, su clave personal, la vibración de la edad que está transitando y la de su año, meses y días personales en relación con el año en curso.
“La Numerología, aplicada con seriedad y responsabilidad, muestra cuáles son los caminos que hay por delante, en todos los niveles. Indica las tendencias básicas en todos los planos de una persona: tanto en el emocional como en el físico. Ayuda a tomar otro tipo de decisiones de las que habitualmente tomamos cuando estamos a la deriva. La finalidad del estudio numerológico es conocerse a uno mismo”, clarificó a El Ciudadano la numeróloga Luz Bailo Giordana.
La especialista señaló que “los números son energías y, como tales, tienen aspectos positivos, negativos y destructivos”, aunque resaltó que luego depende de cada persona elegir desde qué aspecto transitarlos.
“De un estudio numerológico se desprenden muchísimos números que informan de manera completa al interrelacionarlos. Con esta práctica, entre otros aspectos de la persona, puede descubrirse la esencia, todo lo que cada persona es y anhela en su interior, y la imagen, todo aquello que los demás perciben de esa persona. A veces ambas coinciden y muchas veces no, pero parte del aprendizaje radica en integrarlas”, explicó.
