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Una herejía cósmica para traer al presente a un puñado de mujeres que cambiaron la historia

Agustina Toia le pone el cuerpo en escena a “Las Juanas”, espectáculo en el que evoca, bajo la dirección de Severo Callaci, a personajes históricos como Juana Manso, Juana La loca, Juana De Arco, Juana Azurduy, La Papisa Juana, Giovanna Marturano, Juana de Ibarboreau y Sor Juana Inés de la Cruz

Mujeres de gran fortaleza, con ideas claras, irreductibles, empoderadas sin siquiera imaginar el significado de esa palabra tan del presente, que buscaron cambiar el recorrido de la historia. Un puñado de esas mujeres corridas de la media que atravesaron con la acción y la palabra la hegemonía masculina dominante, desoyendo las voces de lo establecido, encuentran un eco en millones de voces de mujeres que se hacen oír en el presente. Todas ellas tienen en común, además, el nombre Juana. Son Las Juanas, una herejía cósmica, personajes de la historia que la compañía teatral Toia&Callaci dará a conocer este fin de semana en el contexto de una nueva experiencia poético-política como ya concretó con El ángel de la valija, material que se conoció en Rosario en octubre de 2017 y que ha sido aplaudido en escenarios de América y Europa.

Ahora con los roles invertidos, con Agustina Toia en escena y Severo Callaci en la dirección, la dupla hace foco en el universo femenino en una propuesta inspirada en la vida de Juana Manso, Juana La loca, Juana De Arco, Juana Azurduy, La Papisa Juana, Giovanna Marturano, Juana de Ibarboreau y Sor Juana Inés de la Cruz.

“Son mujeres que lucharon por sus ideales, vivieron la prisión y el convento, fueron a la guerra, liberaron a sus pueblos y a sus almas, escribieron cosas hermosas, las sepultaron bajo otro nombre, siguieron su instinto, murieron en la pobreza absoluta pero quedaron estampadas en los billetes de sus países, amaron locamente, se hicieron pasar por hombres para escapar a sus destinos, sufrieron violencia doméstica, adicciones y abuso de poder, fueron procesadas y condenadas”, expresan a modo de presentación de la propuesta que cuenta con dramaturgia y actuación y Agustina Toia y dirección y puesta en escena de Severo Callaci, a los que se suma el vestuario de Laura Perales, Kitty Di Bartolo y Rosa Arena; escenografía, objetos y dispositivos escénicos de Lucas Comparetto (Artificio Rosario); construcción de máscara de Cristian Medrano, fotografía de Pane Marucco, arte gráfico de Adriano Di Mauro, voz en off de Neli Ramello, montajes sonoros de Ernesto Figge y música original de Sol Gabetta, destacada música oriunda de Villa María que vive en Alemania, con el aporte del Coro Casa Veneta.

Activar el hechizo

“Me gusta pensar a este espectáculo como una «herejía cósmica», porque hay algo de hechizo, de brujería; es una pregunta que surgió cuando pensamos cuál era el género de esta obra y decidimos hablar de las historias de todas estas mujeres atravesadas por tantas cosas; siento que de algún modo las invoqué, las fui pensando primero a nivel personal, porque me sentía muy identificada con todas ellas, y ahora en escena”, expresó la actriz que arrancó con el proceso de trabajo de este espectáculo en 2015.

“En principio me preguntaba cómo se llaman igual, porqué fueron a la guerra, porqué se manifestaron en las plazas, también porqué escribieron poesías hermosas, porque fueron las primeras mujeres en escribir. La tenemos a Sor Juana Inés de la Cruz en México que sin saberlo fue una de las primeras feministas y escribía versos profanos; nuestra Juana Manso que escribió el Tratado de la Emancipación de la Mujer; Juana Azurduy en el Alto Perú o Juana de Arco en Francia, un poco con estas mismas historias de defender la patria e ir a la guerra; son un puñado de cuestiones que siempre me llamaron mucho la atención y sobre todo estos cruces de territorios y de patrias, dado que yo viví mucho años en Europa. Cuando regresé de vivir allí por largo tiempo, volví a pensar a todas estas mujeres, estas Juanas que se volvieron un proyecto de reconciliación entre estas dos patrias: mi vida en Italia, Francia y Alemania. Hay una Juana italiana, otra alemana y otra francesa y otra Juana española, que es Juana La Loca. Todas ellas junto con las Juanas latinoamericanas ponían algo en juego vinculado a lo personal, a pensarlas en los territorios: cuatro en Europa y otras cuatro por acá pero todas ellas, a lo largo de la historia, atravesando cosas similares”, expresó la actriz.

Tejer un vestido

“A partir de las temáticas que atraviesan las historias de cada una de estas mujeres, en estos años, fui haciendo una serie de seminarios de investigación con mujeres de diferentes edades, tanto en Italia como en la Argentina, un poco como búsqueda y también como investigación; al mismo tiempo, con Severo, profundizamos en esa búsqueda en la lectura de sus obras o de sus tratados, en su poesía; estuvimos físicamente en los lugares donde vivieron, donde permanecieron encerradas, donde fueron quemadas; estuvimos en Plaza de Ruán (al noroeste de Francia) donde quemaron a Juana De Arco, fuimos al Vaticano a buscar ese famoso trono de La Papisa, esa mujer que se filtró en la Iglesia como si fuese un hombre e incluso la enterraron como Juan”, contó la actriz que destacó que todas estas Juanas de la historia se presentaron como un desafío personal para poder hablar de la mujer en el presente.

“Este espectáculo nos ofrece la oportunidad de poder decir hoy todo lo que estas mujeres, por diversos motivos, no pudieron decir o fueron obligadas a callar; es una manera de permitirles manifestarse, es hablar de las cosas de las mujeres que me representan como creadora, como artista, como escritora. Es ponerlas a ellas en mi cuerpo porque siento que es una manera de liberarlas. De alguna manera, yo las voy tejiendo a través de un vestido blanco, que tiene a lo largo de la historia una carga tan enorme y pesada para las mujeres: el bautismo, la comunión, el matrimonio; el vestido blanco es también un territorio”, destacó la actriz que reconoció que  Toia&Callaci es, sobre todo, la unión de dos poéticas y de dos modos de trabajo que tienen una serie de puntos en común.

Compartir la escena

“Con Severo, nos une lo creativo a nivel escénico; el teatro físico, el juego permanente, el armar y desarmar en escena, el invocar a esos personajes para poder narrarlos, vivenciarlos; nos une lo pictórico, entendemos la escena como un cuadro en movimiento permanente. Es una tarea grande y un desafío, porque cada Juana está, además, en una edad diferente de su vida, cada una está en tiempos históricos y momentos diferentes y hablan desde sus lugares, desde sus territorios, desde sus realidades. Fue un proceso de armado muy hermoso y muy profundo, porque estamos hablando de todas esas personas pero sin perder de vista nuestras historias personales. Siento que de algún modo las invoqué para poder hablar de mí. Somos artesanos del arte y en esa artesanía está la «sanía», la idea de sanar a través de nuestro trabajo artístico. Esta Juanas, todas juntas, nuestras «Juanitas», como las llamamos, son mujeres que a través de sus historias nos permiten hablarle a todas las mujeres de hoy”, detalló Toia.

En medio de esta construcción poético-política cargada de mensajes y de cara a la cuarta ola del feminismo que revoluciona por estos tiempos las calles, las instituciones, el poder político y la cotidianidad en general, la actriz evaluó finalmente esa idea de puente al presente que supone el material: “La pandemia fue un momento de ir hacia adentro porque hacia afuera no se podía; eso nos ayudó en el proceso de trabajo, en la búsqueda. Y es un material en el que está metido lo político, la libertad, el amor y la pasión; la idea de poder trazar un camino propio. Cada una de estas Juanitas ha querido a su modo poder decir algo diferente, buscaron manifestarse sin seguir los cánones formales de la vida y de la sociedad de su tiempo. Y es muy curioso todo lo que fuimos descubriendo: desde las que tuvieron que vestirse de hombre para poder expresarse hasta las que fueron censuradas, y todas las contradicciones de las que fueron víctimas: Juana De Arco es la Santa Patrona de Francia y la quemó la Santa Inquisición; Juana Azurduy, hoy con todos los monumentos, pero murió en la pobreza total y fue enterrada en una fosa común. Este es un intento de traerlas al presente; por momentos tengo la sensación de que van a estar ahí las ocho, todas sentadas viendo la obra una y otra vez, y eso es algo que me emociona profundamente”.

Para agendar

Las Juanas, una herejía cósmica se presentará los sábados de octubre y noviembre, a las 20, en el Cultural de Abajo (Entre Ríos 579). Las entradas generales, a 600 pesos, se adquieren con reserva previa a través del  54 9 341 5992991, o bien mediante la página web http://www.toiacallaci.com/teatro/

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