En su obra Divas rebeldes, la periodista Catalana Cristina Morató retrata la vida de siete mujeres famosas unidas por su lucha, inconformismo y un estilo inconfundible basado en el carisma y la rebeldía, rasgos que parecen sentarle a María Callas, Coco Chanel, Audrey Hepburn y Eva Perón, entre otras.
Íconos de la moda y el glamour, auténticos mitos del siglo XX, tienen un oscuro legado en común: la soledad, los complejos y un doloroso pasado.
Esos requisitos fueron la condición central para formar parte de este libro que, a su vez, explica por qué las retratadas se convirtieron en íconos de una época que no se entendería sin ellas.
Se trata de un conjunto de mujeres envidiadas e imitadas por todo el mundo. Tenían una personalidad muy fuerte, un estilo propio y llegaron a lo más alto.
Y, por supuesto, fueron la encarnación del glamour, aunque no tuvieron nada de banales y superficiales.
Detrás del lujo y la perfección hay historias de miseria y sufrimiento, enmascaradas, en muchos casos –como Chanel– bajo mentiras endulzadas: “En todos los casos sufrieron una infancia difícil y una serie de tragedias que las convirtieron en supervivientes”, afirma la autora.
Todas comparten unas heridas muy dolorosas que nunca llegan a cicatrizar –asegura en su obra–. Probablemente ninguna pensó que iba a llegar tan lejos”.
Para Morató, el siglo XXI no ha dado nuevas divas (“todas las cualidades que tenían ya no existen. Ni siquiera Madonna puede ser comparable”) y, según su perspectiva, fue la soprano María Callas quien tuvo la historia más trágica.
“Una diva tiene que ser una diosa en la vida cotidiana –sentenció–. Ella lo intentó pero fue una mujer acomplejada, solitaria e infeliz. Además fue una niña prodigio y explotada por su madre. Pesaba 90 kilos a los 15 años, era miope y se consideraba muy fea. Siempre mantuvo en secreto un niño que tuvo con Onassis y que murió al nacer”, relata.
“Se dijo que Onassis obligó a María a abortar, pero nuevas investigaciones apuntan a que ella difundió el rumor, despechada por el matrimonio de éste con Jackie Kennedy. Según algunos biógrafos, en el octavo mes de embarazo, ella quiso adelantar el nacimiento con una cesárea, y el niño tuvo problemas respiratorios y murió a las pocas horas de nacer”, acota Morató.
Nacida en Barcelona en 1961, la escritora estudió periodismo y fotografía y desde muy joven ha recorrido el mundo como reportera.
Tras pasar largas temporadas en países de América latina y Asia, descubrió África con 22 años.
En 1983 permaneció tres meses en Evinayong, Guinea Ecuatorial. En 1985 vivió nueve meses en la actual República Democrática del Congo (antiguo Zaire) trabajando para la Cooperación Sanitaria Española en Buta.
Durante estos años alternó sus viajes con la dirección de programas de televisión y la escritura de libros: ha colaborado en la obra El peor viaje de nuestras vidas y es autora de Viajeras intrépidas y aventureras y Las reinas de África.
En Divas rebeldes, edita por Plaza y Janés, Morató refleja las verdades y mentiras de mujeres como Wallis Simpson, Jackie Onassis y Barbara Hutton, elevando incluso a un plano superior la figura de diva: “Fueron mujeres de una época, y ese glamour del blanco y negro hoy es impensable, porque son necesarias cualidades que todos los personajes de este libro poseen”, asegura.
La autora española describe a estas mujeres como acomplejadas por no tener un pasado complaciente y luchadoras por llegar a ser lo que fueron teniendo ese pasado.
Además describe algunos problemas que afectaron y marcaron a muchas de ellas, como por ejemplo el aborto de Jackie Onassis o Audrey Hepburn, que les dejó secuelas terribles debido a que estas mujeres ansiaban ser madres.
Detrás de “rutilantes divas” como María Callas, Eva Perón, Wallis Simpson y Barbara Hutton “hay unas mujeres curiosamente solitarias, vulnerables, acomplejadas por su físico, que se creían patitos feos”.
“Y ese es el aspecto que a mí como periodista más me ha interesado mostrar”, apunta en su obra.
El objetivo de Morató no ha sido escribir biografías oficiales sino poner especial atención en los primeros años de la vida de mujeres que vivieron una infancia traumática “marcada por la falta de afecto, por el abandono de los padres. Una infancia muy solitaria y en algunos casos muy dramática”.
La ensayista destaca entre todas a Coco Channel, a quien caracteriza como una verdadera luchadora ya que cuando era pequeña su madre falleció a causa de tuberculosis y su padre la abandonó en un orfanato, por lo que se convirtió en una “luchadora que aprendió todo por ella misma, y de la nada consiguió convertirse en una de las creadoras más influyentes y en una de las primeras empresarias de Francia, quien llegó a tener 4.000 empleados”.