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Una historia musical-teatral tejida entre sonidos y canciones para las infancias  

Clara Bertolini adelanta los detalles de la versión escénica de su proyecto “¿Cómo suena? Musiquitas con orejas”, que se conoce este sábado en el Fontanarrosa, que también abarca los formatos de álbum musical y audio-libro y trabaja sobre la problemática de la contaminación sonora

Con la intención de poner de manifiesto y compartir un proyecto artístico-cultural-social-ambiental que viene transitando un largo recorrido que arrancó en 2017, este sábado, a partir de las 16, la docente, cantautora y ahora actriz Clara Bertolini presenta una estación más de ¿Cómo suena? Musiquitas con orejas, una obra musical integral que propone repensar el vínculo de las infancias con los sonidos, la música y, particularmente, con los peligros de la contaminación acústica.

 

El espectáculo, de impronta musical-teatral, cuenta la historia de Decibellia, quien junto a su amiga María Hertzia recorren las calles en busca de una nota perdida. En ese singular periplo, van apareciendo bellas y atinadas canciones de diversos ritmos folclóricos tradicionales como chamamé, gato, vidala y zamba, entre otros, y un grupo de niñas y niños suman sus voces enriqueciendo la propuesta, que va por el camino de «promover la idea de un mundo con menos ruido y más amor».

“¿Cómo suena una semilla cuando se abre? Decibellia siempre se hace estas preguntas y junto a María Hertzia van a cruzar el puente de una guitarra entre canciones y marañas de ruidos, en busca de un sonido mágico. ¿Podrán encontrarlo? ¡Preparen las orejas para oír…cómo suena esta historia!”, adelantan.

 

¿Cómo suena? Musiquitas con orejas es una propuesta artística que abarca desde un álbum musical a una obra teatral, una historia cantada, un cuento, un recurso educativo y un llamado al cuidado de la salud, porque en principio, este es un proyecto integral enfocado en el cuidado de las infancias”, detalla el equipo artístico.

Con guión y dirección de Clara Bertolini y técnica de Lucia Pilar López, en escena, como Decibellia, está la propia Bertolini (guitarra y voz) junto a Corel Aluminé Martínez (flauta traversa, bombo y voz), quien tiene a su cargo a María Hertzia. El montaje cuenta con el colorido vestuario de Lum Indumentaria, fotografía de Natalia Culasso y producción de Dos Remos Música.

“Cuando escribí esta historia, el formato fue el de una obra de teatro, eso estuvo desde el comienzo; en ese inicio ya estaban estos dos personajes buscando esa nota perdida, contando sus inquietudes con respecto al sonido y también en relación a cómo escuchamos. Y al mismo tiempo, compuse las canciones que forman parte de esa historia, que vienen de la mano de lo que va sucediendo en el relato”, contó Bertolini a El Ciudadano, que además destacó que luego encararon la grabación del disco, un proceso que se puso en marcha en 2018, hasta que al año siguiente el proyecto fue seleccionado por el programa Espacio Santafesino lo que permitió la grabación del material que ya está disponible en Spotify y poco a poco irán estrenando los cortes en video, a través de YouTube, materiales que fueron realizados a partir de animaciones.

Esa grabación, en su totalidad, comprende mucho más de lo que supone un disco tradicional: allí aparecen, a modo de radioteatro, la historia que cuenta la obra teatral, pero están los personajes y los paisajes sonoros que transita la propuesta. “Todos los sonidos que van apareciendo y acompañando todo lo que se cuenta en esta historia están reunidos en ese material; por el momento, en Spotify están sólo las canciones. Pronto estarán allí los tracks de textos, aunque el material final no será un CD como soporte o el material digital habitual que uno sube a las tiendas, sino que será un gran cuento que sumará lo tangible, lo cálido que pueda llegar a los hogares. Allí aparece la misma historia de la obra de teatro adaptada al formato de un cuento con una narradora que es la misma Decibellia que va contando lo que pasa. Todo eso estará disponible a través de un código QR que permitirá acceder al audio-libro y también habrá un QR de cada canción por si las quieren escuchar por separado”, destacó Bertolini.

La creadora contó además que al momento de pensar en la versión escénica que se conocerá este sábado, que mixtura la música en vivo con pistas previas, el trabajo ya estaba muy adelantado. “Había una gran parte que ya estaba hecha: estaban los personajes, la historia, las grabaciones, pero había que llevar todo eso al cuerpo y a los recursos escénicos, y ése fue como un lugar de encuentro de todo lo producido hasta ese momento. Ahora hay un telón que va en diálogo con las ilustraciones del cuento y un paralelo entre los hilados o tejidos y los sonidos, entonces trabajamos con lana, con ovillos en escena, en este concepto de que hay un correlato con la idea de un tejido sonoro, al tiempo que el vestuario teatral también salió de las ilustraciones”, detalló.

La creadora habló además de algunas de las piezas que integran el derrotero de la obra, en su versión musical, compuesta por 18 tracks: “Aparece por ejemplo la chamarrita «Señoritas y señoretes» que cuenta la historia de la búsqueda de la nota que lleva adelante Decibellia, también la cumbia «Bajale» donde se pide de manera literal que se bajen los volúmenes, o «Vamos sonando», una canción que se canta sobre el final donde aparecen las voces de niñas y niños que nos acompañaron en la grabación”.

El material se completa con otros cortes como “El día se amanece”, en la apertura, como así también “Una nota que suena”, “Tu guitarra tiene boca”, “El gato de la guitarra”, “La existencia de lo invisible” o “Zambita pa’ don silencio”, entra muchos más.

Finalmente, respecto de esta apropiación del folclore puesto a disposición de un espectáculo para las infancias, Bartolini destacó: “En mi recorrido, el folclore está desde siempre, lo aprendí de manera espontánea en mi familia, y creo que acá lo interesante es que el folclore está, están los ritmos tradicionales, está lo popular, pero buscando corrernos de los lugares ya transitados, alejándonos de los estereotipos, del gaucho y la paisana cantando un gato o una zamba. Somos dos personajes, dos mujeres que andan por la ciudad con su vestuario colorido que tampoco tiene que ver con la identidad del folclore argentino, con un objetivo: apropiarse del folclore para llevarlo al plano urbano; todo transcurre en la ciudad, los ruidos, los sonidos y la contaminación sonora son claramente los de una ciudad, y todo está muy naturalizado, con los códigos de la infancia vinculados al juego y a las canciones que en todos los casos buscan dejar un mensaje”.

Para agendar

¿Cómo suena? Musiquitas con orejas se presenta este sábado por la tarde, en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa (San Martín 1080, Plaza Montenegro), a partir de las 16, con entrada gratuita y capacidad limitada por restricciones de aforo del protocolo covid-19.

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