La china Na Li se convertió en la primera tenista asiática en lograr un título de individuales en un Grand Slam al vencer en la final de Roland Garros a la italiana Francesca Schiavone por 6-4 y 7-6 (7-0).
Para Li se trató de una revancha, pues estuvo a punto de lograrlo ante la belga Kim Clijsters en enero, cuando cayó en la definición del primer Grand Slam de la temporada: el Abierto de Australia.
Li contó con un respaldo multitudinario, pues en China unos 1.300 millones de televidentes estuvieron pendientes de su suerte.
Nacida en Wuhuan hace 29 años y actual número siete del ranking WTA, Li es la primera tenista china en ingresar al selecto grupo de las top-ten del mundo pese a que sus orígenes no estaban emparentados con este deporte.
Li comenzó en realidad jugando al badmington e interrumpió su incipiente carrera como tenista hace nueve años para estudiar periodismo, lo cual le permitió conocer a quien luego sería su esposo: Jiang Shan, devenido luego también en su entrenador.
Esto duró hasta hace algunas semanas, cuando cansada después de quedar eliminada cuatro veces en primera ronda lo «despidió» y contrató al danés Michael Mortensen, elección que al menos por ahora parece haberle dado la razón.