María Eugenia tiene 44 años y estuvo más de dos décadas secuestrada por su pareja. Captada por el terror que le infundió este hombre que se adueñó de su vida, su cuerpo y su espíritu. A fuerza de violencia física, psicológica, económica y emocional la doblegó y la arrancó de su núcleo de afectos, le impidió criar a un hijo que había tenido en una relación anterior. Le borró la identidad: no podía tener contacto con nadie y en el barrio donde vivía la conocían como Lucía. Un hecho doméstico permitió que la víctima pueda salir de la custodia permanente del captor y pudo escapar de su casa, rastrear a su familia y pedir ayuda. Desde este martes, la ex pareja enfrenta un juicio oral y público por los delitos de privación ilegítima de la libertad agravada en concurso ideal con el delito de reducción a la servidumbre en concurso real con abuso sexual con acceso carnal, en grado consumado y en calidad de autor. La fiscal Luciana Valarella pidió 18 años de prisión. El debate es presidido por los jueces Rafael Coria, Nicolás Foppiani y Nicolás Vico Gimena.
Su nombre es María Eugenia pero su captor, identificado como Oscar Alberto Racco, de 60 años, decidió que se llamara Lucía. Desde 6 de mayo de 1996, la víctima vivió en una casa en Santiago al 3500 donde el violento no la dejaba ni a sol ni a sombra. Cuando la mujer salía de la propiedad siempre lo hacía con Racco, quien supervisaba todos sus movimientos. Este mecánico la dejaba encerrada bajo llave cuando se iba de la casa.
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María Eugenia le tenía terror, la había doblegado la voluntad a golpes y la sometía a su voluntad. Solía hacerla vestir con ropa de hombre y en los primeros años la ataba con una cadena a la pata de la cama. El contacto con su familia de origen era monitoreado por Racco al punto que le indicaba qué decir, no dejaba que los viera hasta que ya no tuvo vínculos con ellos.
Los tormentos siguieron hasta el 8 de mayo de 2019 cuando salieron a la puerta para que ella limpiara la vereda. Racco la vigilaba pero una descompostura de estómago hizo que necesitara entrar rápido al baño. La hizo pasar y no puso el candado en la puerta.
Se fue al baño y María Eugenia vio la oportunidad de huir y lo hizo con lo poco que pudo tomar en ese momento. Un taxista la sacó del barrio y un primo al que logró contactar la ayudó.
María Eugenía a pesar del terror que la invadía se animó a denunciar y el mecánico terminó detenido. La fiscal Luciana Vallarella lo imputó y el juez Héctor Núñez Cartelle lo dejó tras las rejas preventivamente desde ese día.
Vallarella lo acusó por privación ilegítima de la libertad pero con el correr de la investigación la imputación se amplió a reducción a la servidumbre y abuso sexual con acceso carnal. Este martes a partir de las 14 inició el debate contra Oscar Racco. La fiscal adelantó que pedirá 18 años de prisión.
Violencia machista
A su vez, las integrantes del Comité Feminista ante la Emergencia Sanitaria convocó a expresar el acompañamiento y pedido de Justicia por María Eugenia, víctima de privación ilegítima de la libertad, reducción a la servidumbre y abuso sexual reiterado durante 23 años por quién fuera su captor Oscar Racco. La convocatoria fue para este martes desde las 14 en el Centro de Justicia Penal.
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