Agustina Leguizamón, una joven trans atacada en su casa por un conocido, quien a la vez había agredido días antes al dueño de un supermercado, se manifestó junto con militantes, familiares, allegadas y allegados en la puerta de los Tribunales provinciales. Reclamaron un cambio de calificación legal y pidieron que se encuadre el hecho en una tentativa de transfemicidio. La víctima contó que se salvó de milagro, porque simuló estar muerta, para que el sospechoso dejara de agredirla: no la degolló de milagro, ya que le provocó dos cortes en el cuello.
El atacante, identificado como Matías Alejandro V., de 29 años., fue detenido una semana después en la ciudad de Cañada de Gómez; ya contaba con un antecedente previo por golpear al dueño de un comercio, otra brutal agresión que quedó filmada. En la audiencia, la fiscal María de los Ángeles Granato lo imputó de haber atacado a Agustina el 8 de noviembre en su casa de barrio La Cerámica cuando estaba acostada. La agredió con un arma blanca y también con golpes de puño.
Sufrió dos puñaladas en el cuello, una en la región preesternal, otra en el muslo derecho, dos superficiales en la palma de la mano derecha y numerosas equimosis en región temporal y pabellón auricular derecho, en el ojo izquierdo, puente nasal, brazo derecho y otras múltiples lesiones en ambos miembros inferiores, contó la Fiscalía.
El agresor envolvió en una frazada a Agustina, quien simuló estar muerta para evitar que siguiera atacándola. El agresor escapó con el celular de la víctima, que pidió ayuda a un familiar y fue trasladada al Hospital Eva Perón, donde fue asistida médicamente. La jueza María Trinidad Chiabrera dispuso la prisión preventiva por el plazo de ley.
Manifestación
Agustina habló en la manifestación con El Ciudadano: «El miércoles pasado sufrí un intento de transfemicidio con alevosía», describió, para de inmediato agregar: «Estamos pidiendo con las compañeras un cambio de carátula, no es lo mismo un homicidio simple que un intento de transfemicidio porque yo temo por mi seguridad, estoy con todo tipo de tratamientos. Me apuñaló la arteria aorta, yugular, el pecho a la altura de la prótesis, las piernas, tengo derrames en los ojos, los oídos los tengo negros por dentro de los golpes. Él me envolvió en una frazada y me decía que me calle que ya está que me duerma y me da la segunda puñalada en la yugular», dijo.
«Lo conocía desde los 13 años pero había cortado todo tipo de relación con él, hicimos el Eempa juntos, me invitó a tomar un trago, le dije que no», rememoró. Agustina lo invitó a su casa, le dijo que si quería se sentaban en el patio y eso fue todo. «Tiene muchas causas de violencia comprobadas, yo no me imaginaba esta agresión, me salvé porque me hice la muerta. Cuando me envuelve en la frazada abro los ojos y mantengo la respiración y por eso me salvé. Sin embargo me da otra puñalada en el cuello», contó.
Mientras que una de sus acompañantes dijo: «Hoy tenemos a Agus viva de milagro, tenemos las redes que pueden contenerla pero no tenemos justicia; exigimos a la fiscal Granato que cambie la carátula y pueda darnos justicia en una sociedad que nos ha educado para la vergüenza. El orgullo es la respuesta política y esto es orgullo», aseguró.