Ariel “Guille” Cantero pasó una larga temporada reclamando por supuestas restricciones que lo dejaban incomunicado en prisión. Sus allegados llegaron a asegurar que, en noviembre de 2022, se cosió la boca a modo de protesta debido a que se sentía “morir lentamente” al verse aislado. Concretamente, el narco se quejaba, en ese momento, de estar sometido a un régimen más estricto que su archirrival, Esteban Alvarado, que le dificultaba darle directivas a sus laderos.
A una semana de su cumpleaños número 36, el próximo 14 de mayo, Ariel “Guille” Cantero, quien cumple condena en el penal de Marcos Paz, recibió un nuevo procesamiento con prisión preventiva, con la accesoria de un embargo por 50 millones de pesos, por parte del juez federal de Morón Jorge Rodríguez, en este caso por liderar venta de drogas y ordenar ataques desde prisión.
A la par también recibió la misma sanción su sobrino Luciano “Lucho” Cantero, de 21 años (hijo del Pájaro Cantero). En tanto, Triana Cantero, quien cumplirá 19 años este viernes y es hija de Guille, también quedó procesada con prisión preventiva y embargo por 20 millones de pesos, al igual que otros presuntos integrantes del clan barrial y familiar Los Monos.
La medida judicial se sumó a su larga saga delictiva: suma un total de 113 años de prisión y 8 meses en condenas, entre distintas causas tanto en el fuero federal como en el provincial, por “una simultaneidad de múltiples figuras delictivas, tales como tenencia y portación de armas de fuego –de uso civil, de guerra y de uso prohibido–, homicidios, homicidios calificados, lesiones, extorsiones, amenazas, amenazas activas, daños, cohechos, encubrimientos, y tráfico de estupefacientes”, en el marco de lo que el auto de procesamiento describe como “una organización interna estable, con funciones definidas y una existencia anterior al 8 de septiembre de 2012”.
La investigación se inició con motivo de un hecho violento ligado amenazas de Los Monos, cometido el 13 de noviembre de 2022, cuando 12 disparos impactaron en la garita de control de un predio en construcción lindero al Complejo Penitenciario Federal II de la localidad bonaerense de Marcos Paz.
El ataque está vinculado con el video publicado por la señal de noticias C5N, por medio del cual se vio a integrantes de la banda, quienes, además de exhibir armas de fuego, sostenían un cartel que rezaba: “Dejen de verduguear a Guille Cantero o vamos a matar a los del Servicio Penitenciario. Con la mafia no se jode”.
Tras ese episodio y atentados a jefes del servicio penitenciario, los investigadores intervinieron el celular de su esposa, Vanesa Barrios, el teléfono público del pabellón y otros números que el jefe del clan utilizaba, según la investigación, para capitanear la organización en todas sus dimensiones, desde acciones a llevar adelante hasta resolver crecientes disputas internas. De esta manera, mientras continuaban las amenazas al personal jerárquico del SPF, pudieron escuchar al líder de Los Monos hablar del homicidio de Lorenzo “Jimy” Altamirano, el músico secuestrado al voleo y asesinado frente al estadio de Newell’s, el 1º de febrero de 2023 como forma de entregar un “mensaje” intimidatorio, en lo que supuso un salto de gravedad en los hechos de violencia armada en Rosario.
Ante el endurecimiento de las restricciones y ser al catalogado un preso de alto perfil, se le impuso un sistema de “sábanas de llamadas”, con el que solo habilitaba la interacción en sentido saliente con determinados abonados previamente declarados, y cuyo vínculo afectivo, familiar o de defensa fuera corroborado por el Servicio Penitenciario.
Los fiscales descubrieron cómo el jefe narco logró sortear los controles: notaron que utilizaba a su hija Triana, para triangular llamadas y, así mantenerse informado e impartir órdenes e indicaciones. Mediante un chat, coordinaba para conectarse durante determinado horario con sus cómplices. Le pidió, incluso, a su hija, que le lleven “un celular chiquitito”. La chica le envió una foto de un microaparato con capacidad de establecer comunicaciones telefónicas y a través de mensajes de texto.
Su pareja también colaboró en la tarea de mantenerlo comunicado. Cuando ambas quedaron detenidas, usó a Débora Soledad Rivas alias “Gorda” o “Gorda Sole”. Ante la restricción de las visitas, intentó engañar al Servicio Penitenciario Federal (SPF) al declararse bisexual para enviar, a través de dos integrantes de la banda, sus mensajes al exterior.
En enero de 2023, los investigadores escucharon conversaciones en las que Guille aconseja a otros miembros de la banda narcocriminal presos sobre el modo en el que deben ocultar los dispositivos intramuros para que no sean hallados:
“… vos tenés que tener otro Moncho por ahí siempre guardado dos o tres tirados por ahí boludo tenés que llevarte… agarra unos pedazos de carne, congelalos re bien, pero bien congelados y mételo ahí adentro… si sabes lo que tienen que renegar ellos para descongelarte un coso, tienen que ir con un martillo monchito y darte martillazos darle…”
La medida impuesta por Rodríguez también alcanzó a su sobrino, Luciano, quien utilizó a su hermana –menor de edad– para triangular las llamadas. Además, al hijo del “Pájaro” Cantero se le secuestró un celular Iphone en el que encontraron imágenes de armas y a un niño con un fajo de dólares en la mano.
El continuador generacional de Los Monos, según pudieron comprobar los investigadores, obraba bajo la supervisión de su tío, quien se quedaba con una parte de la ganancia generada por el joven de 21 años dentro y fuera de la prisión.
Con todo, pese a las quejas del narco, las evidencias que presentaron el fiscal Sebastián Basso y la Procunar, a cargo de Diego Iglesias, demuestran que el líder de Los Monos nunca dejó de dar órdenes a su organización con el fin de mantener el dominio territorial de diferentes zonas de la ciudad de Rosario, Villa Gobernador Gálvez y San Lorenzo. ¿El objetivo? Obtener considerables sumas de dinero.