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Una mirada joven sobre la histórica fusión d CTA y CGT

Juventud CTA Regional Rosario

Durante los gobiernos de Carlos Menem en los años 90 muchos sindicatos decidieron abandonar la CGT y formar la CTA y el MTA. Una definición que se tomó ante la necesidad de poner un freno a las políticas neoliberales de ajuste, y la complicidad de las conducciones de la CGT. Veintiocho años más tarde el micro estadio de Lanús fue testigo de un hecho trascendental para la historia del movimiento obrero. El congreso nacional de la CTA de los Trabajadores votó por unanimidad facultar a Hugo Yasky y al Concejo Nacional a iniciar las discusiones y formas para volver a ser parte de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGT). Y así reunificar las centrales y el movimiento obrero organizado. Camino hacia la unidad que se inició en la calle desde 2016 ante la necesidad de volver a poner un freno a las políticas neoliberales que volvieron a azotar nuestro país y la región. Pero hoy, los tiempos que corren son muy diferentes a los de los años 90, así como fueron diferentes la vuelta a la Patria Grande y a la América unida que vivió la región de la mano de los gobiernos populares de hace algunos años atrás. La etapa pos macrismo que viene por delante nos obliga a tener una visión superadora de los errores cometidos en el pasado. Esta central en su conjunto supo entender el escenario político y definió en consecuencia la necesidad de volver a sus orígenes y reunificar todo el movimiento obrero, volver a formar parte y fortalecer la central de los trabajadores argentinos. Este regreso no se da bajo cualquier condició; con el correr de los años la CTA se ha constituido en un emblema del sindicalismo integral, fortalecido desde las bases, democrático y participativo. Donde se dan entidad y participación a los movimientos sociales, las juventudes y el movimiento de mujeres. El camino de regreso debe lograr poner en jaque algunas estructuras gremiales establecidas y perimidas y dar lugar a las nuevas participaciones.

Los desafíos

Decididos y comprometidos iniciamos este camino hacia la unidad, confiando en nuestras conducciones, pero exigiendo un lugar preponderante como jóvenes que nacimos en la CTA, en la etapa que se abre. En este marco, desde la juventud de la CTA debatimos sobre los desafíos y las tareas centrales del momento. ¿Cuáles son las formas concretas para la construcción de la unidad con la CGT en el camino de la central única, pensando en nuestro rol como juventud particularmente? Algunas serían el frente barrial y la construcción de una agenda sindical con perspectiva de género, inserta en las demandas actuales que plantea el movimiento feminista. ¿Cómo afrontar un proceso de industrialización y creación de empleo con un arraigo enorme de la precarización laboral? está además el problema de la sindicalización de la juventud en este contexto.

Hacia una sociedad que nos incluya a todes

Nos planteamos entonces retomar experiencias propias innovadoras y creativas de lucha que venimos realizando en cada territorio a lo largo del país, en estos últimos años por la participación de jóvenes y mujeres que nos permitieron estrechar lazos y articulaciones con delegados y militantes de múltiples sindicatos de trabajadores; el movimiento estudiantil secundario, terciario y universitario; movimientos territoriales, rurales y demás expresiones organizadas del campo popular. Lo federal nos permite contar con una riqueza de experiencias de luchas específicas y fortalecer nuestras organizaciones sindicales, sociales, estudiantiles, en vistas a construir una correlación de fuerzas favorable al avance y profundización del proyecto de la clase trabajadora hacia una sociedad que nos incluya a todos. El proceso será largo, de mucha discusión política para buscar consenso y de mucha generosidad de todas las partes. Un proceso que necesita al sindicalismo argentino para volver a ocupar el rol protagonista que jamás debió haber perdido en la política argentina y en la discusión sobre qué país queremos. Refundar la CGT bajo los principios del programa del 1º de Mayo de 1968, aggiornados a las necesidades actuales pero bajo el mismo espíritu y abrazando las nuevas banderas y los nuevos colectivos organizados que ya son parte nuestra. Si algo tenemos en claro es que no pretendemos dejar nuestras banderas y convicciones en la puerta de la CGT. Y levantando todas y cada una de ellas, vamos firmes y decididos, caminando hacia un horizonte común, plural y diverso que nos contenga y representante a todos, a todas, a todes.

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