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Una muestra actualiza el trabajo pedagógico de Olga Cossettini y recupera mujeres artistas

"Soy muy fanática del dibujo, de todo lo que puede, y permite. Ese dibujo me pareció muy especial porque tiene un tamaño muy pequeño, no es una obra salonera", cuenta Claudia del Río, curadora de la muestra "¡Buen día, te amo!"

El retrato dibujado de una niña de Doris Hogdson, una artista de la que muy poco se sabe y es parte de ese mundo femenino artístico invisibilizado del siglo pasado, invita a experimentar la muestra «¡Buen día, te amo!» en el Museo de la Cárcova, una propuesta disparada desde la experiencia pedagógica en los años 30 de la maestra y pedagoga argentina Olga Cossettini (1898-1987) para las infancias.

«Soy muy fanática del dibujo, de todo lo que puede, y permite. Ese dibujo me pareció muy especial porque tiene un tamaño muy pequeño, no es una obra salonera», cuenta Claudia del Río, curadora de la muestra «¡Buen día, te amo!».

Sobre la artista Doris Hogdson se tiene muy poca información, señala y sobre la obra elegida, un dibujo de 1950 dice: «es una representación femenina, pero es una niñita, una viejita, una adolescente».

Además, agrega: «Forma parte de las que han sido décadas de mujeres ocultas en las bellas artes (por lo que busca rescatarlas en la selección que realiza). Hice todo el intento de que haya un equilibrio de género, más o menos es bastante próximo, pero el patrimonio del Palacio se engrosó con obras de mujeres en los últimos 15 años» recién, de los que la artista no tomó casi ninguna obra porque su interés se despliega en la exhibición en el arte argentino de los años 1930 a 1980.

La idea de realizar este diálogo entre acervos patrimoniales de los calcos de la Cárcova y las obras premiadas o no del Palais surgió de la propia experiencia de las actividades de educación del Palacio de las Artes que coordina Marlene Wayar, cuenta Feda Baeza, directora de la institución.

A partir de los materiales producidos de las actividades de la infancia se evidencia «que nuestros museos, acervos y colecciones no destinen ningún espacio a la producción de les niñes, salvo casos muy particulares», relata Baeza.

«Tuve la oportunidad de trabajar con la producción de los niñes de la Escuela Serena de Olga Cosettini, pedagoga emancipadora de los años 1930 en Rosario que guardó toda las experiencias en sus cuadernos que eran bitácoras del aprendizaje. Entonces, recordando esa experiencia, hablando con Claudia y Marlene, surgió esta idea de que no se piensa en la producción de los niñes como un patrimonio posible, un acervo. Parecen estar silenciades. Se escamotea esa producción» Y acota: «Todo esto es un puntapié para estimular esa producción, para generar otros regímenes de visualidad que nos permitan también a nosotres les adultes a aprender de elles», reflexiona.

Demorada por la pandemia, la muestra es organizada por el Museo de Calcos y Escultura Comparada Ernesto de la Cárcova de la Universidad de las Artes y el Palacio Nacional de las Artes, conocido como Palais de Glace, institución fundada en 1911.

Por otro lado, Rubén Betbeder, director del Museo la Cárcova, concuerda con que los niños son «audiencia históricamente postergada en el ámbito de las muestras de arte», y que la exhibición pone «a disposición de las infancias y el público en general, una selección de sus respectivos acervos patrimoniales», muchas veces vedados.

La muestra busca propiciar «el amor a las obras» y despertar el interés de las infancias en ellas para «conocerlas, frecuentarlas y cuidarlas, porque en definitiva son su herencia», destaca.

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