Una mujer de 52 años de Villa Gobernador Gálvez relató que hizo al menos 20 denuncias en el último mes y medio contra su ex pareja por acoso y amenazas pero que hasta ahora no obtuvo ninguna respuesta por parte de la Justicia. Se trata de Luisa Catalina Albornoz, una empleada doméstica que mantuvo durante un año y medio una relación con Sergio Osvaldo Ríos, de 57 años. Según contó ella a El Ciudadano, el hombre tiene una orden de restricción de acercamiento pero la incumplió en reiteradas ocasiones. La llama por teléfono todo el día y la sigue al trabajo, a la escuela de sus hijos y al gimnasio. También repartió volantes e hizo publicaciones en redes sociales con su foto publicitándola como trabajadora sexual. Ante cada situación de violencia, ella hizo la denuncia en la comisaría más cercana a su casa, en la Fiscalía y en centros territoriales de denuncia. Pero el hostigamiento no cesa.
“Llaman hombres a mi casa para pedir mis servicios. No puedo salir a la calle tranquila. Me deja mensajes amenazándome con que cada vez falta menos para que me pase algo. Vivo en un calvario”, contó Luisa Catalina Albornoz.
De acuerdo con la versión de Albornoz, el acoso y las amenazas por parte de Ríos comenzaron a principios de año. El hombre vive en Rosario y trabaja en trenes de carga. Se separaron a fines de 2018 después de un año y medio de relación y volvieron a encontrarse en febrero un cumpleaños.
“Hablamos un rato y me invitó a tomar algo. Le dije que sí y cuando hablamos para encontrarnos empezó a tratarme de puta y no paró de insultarme. Decidí no hablarle más y desde entonces no para de acosarme y amenazarme”, explicó.
La mujer no sólo teme por su seguridad. También le da miedo que Ríos pueda hacerle algo a sus dos hijos, sus tres nietos o alguno de sus familiares.
Según contó, Ríos llama todo el tiempo al teléfono fijo de su casa, la sigue al trabajo, a la escuela de sus hijos y al gimnasio. Y fue más allá. Hizo volantes con su cara y los repartió por todos los lugares que ella frecuenta publicitándola como trabajadora sexual.
“Tuve que cambiar los horarios de trabajo y de gimnasia para no cruzarlo. Me llama gente todo el tiempo porque difundió mi número de teléfono. Los vecinos me dicen que lo han visto a la madrugada pegando volantes. No puedo vivir más así”, agregó.
Ante cada situación de violencia, Albornoz hizo la denuncia. Incluso, pidió una reunión con la fiscal Verónica Valari, del Ministerio Público de la Acusación, pero nunca obtuvo respuesta. “Ya hice todo lo que estaba a mi alcance para que esto se termine. Acudí a los medios para ver si haciéndolo público deja de acosarme”, contó.
La violencia en números
El Registro Único de Situaciones de Violencias hacia las Mujeres (Ruvim) desde 2017 unifica y clasifica todos los casos que llegan a distintos organismos públicos de Santa Fe.
A fines de 2019 recuperaron los primeros cuatro meses de 2018, donde registraron 6.514 situaciones de violencia de género que involucraron a 4.486 mujeres. Marcó un crecimiento del 42 por ciento en la cantidad de situaciones en relación a los últimos cuatro meses de 2017 cuando se registraron 4.585 casos.
El 99 por ciento de las agresiones involucraron a algún familiar, tanto dentro como fuera de la casa. Al igual que las estadísticas nacionales, el 60 por ciento de los agresores fueron las parejas y las ex parejas. Más de la mitad de las situaciones llegaron después de una denuncia en comisarías.
Otro tercio fueron detectadas en centros de salud cuando las víctimas se atendieron por lesiones. Desde la publicación del primer informe la provincia relevó dos cuatrimestres en 2017 y uno en 2018. En los doce meses registrados suman 16.041 situaciones.