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Una mujer quiere volver a Brasil con su hija y su ex no quiere perder el vínculo con la nena

La Cámara suspendió la sentencia que le permitía viajar el próximo 6 de enero. Su abogada alerta el paso atrás que dio la Justicia en materia de género. La familia de la ex pareja plantea su preocupación por el cambio de entorno de la niña de 8 años

En medio de acusaciones cruzadas, la Cámara  Civil suspendió una sentencia que permitía a una mujer brasileña regresar a su país con una hija de 8 años, cuyo padre vive en Rosario. Se habían conocido fuera del país, iniciaron un proyecto de vida en esta ciudad, pero ella no pudo validar su título de instrumentadora quirúrgica. En el medio se separaron, ella hizo un reclamo de cuota alimentaria y hace poco el Tribunal de Familia 5 de Rosario la había autorizado a irse a vivir a Brasil donde tiene una oferta de empleo en una clínica, donde trabajaría de su profesión. La familia paterna no quiere perder el vínculo con la pequeña y asegura que le dieron opciones a la mujer para que no abandone el país.

Al tener esta autorización, la mujer canceló el contrato de alquiler y compró los pasajes para viajar a Brasil con su hija el próximo 6 de enero. Los planes se vieron truncados el 22 de diciembre cuando la Cámara resolvió suspender los efectos de la sentencia que le permitía salir del país. Su abogada Brenda Casanova manifestó a El Ciudadano que esta sentencia había sido dictada «por primera instancia y consentida por los tres jueces de Familia».

Para la profesional se trataba de une ejemplo en términos de reconocer la violencia psicológica y económica a la que era sometida su clienta: «Reviste trascendencia porque abordó la temática de género de forma muy novedosa, actuó en consecuencia y eso era lo importante». La sentencia había sido lograda después de cuatro años «donde se ofrecieron pruebas, pericias psicológicas, entrevistas a la madre y el padre. El juzgado de Familia hizo lugar al pedido de venia para radicarse en Brasil, imponiendo la obligación de volver a Argentina en vacaciones de verano e invierno y además garantizarle al padre un alojamiento donde pudiera quedarse cada vez que él quisiera ir a verla a San Pablo, Brasil, que está a solo tres horas de avión».

El padre de la niña recurrió a la Cámara y la sala integrada por los jueces María de los Milagros Lotti, Gerardo Muñoz y Oscar Puccinelli, abrió la queja y los magistrados concedieron el recurso interpuesto con efecto suspensivo de la resolución de primera instancia.

Casanova expresó que fue partícipe del proceso de separación, a los dos años de la niña, y de reclamo por la cuota alimentaria: «Ella quedó viviendo sola con la nena y la pasó muy mal, yo veía cómo bajaba de peso. Es su familia desde Brasil la que la ayuda a subsistir y le da plata para visitarlos, en sus últimas vacaciones recibe esta oferta en una clínica y pasaría a cobrar casi 3 mil dólares. Acá ni siquiera tiene garantía para hacer un alquiler».

Sin embargo, desde el entorno de la familia del padre de la niña dijeron que le ofrecieron un departamento en zona sur para que vivan las dos y la mujer lo rechazó. También hicieron hincapié en su preocupación por la adaptación que va a tener que hacer la niña en un nuevo país e idioma. Repasaron las distintas actividades recreativas y escolares y afirmaron tener un vínculo estrecho con la pequeña.

«Es una pareja que se terminó hace muchos años y la nena estaba con visita compartida de ambos padres. Él sigue cuidando a su hija cada vez que puede. Ella se fue de Brasil hace 15 años y ahora quiere volverse», manifestaron. También contaron que una vez radicada en Argentina la mujer estudió pilates y se dedicó a eso. Insistieron con que es un problema de pareja y nada más, que la menor no debería quedar en medio de disputas de adultos y que ella misma manifestó querer vivir en Rosario.

Por otro lado, Casanova expresó que cuando el padre tuvo conocimiento del permiso para viajar retuvo el DNI de su hija para que no puedan irse y fue entonces que inició un recurso de queja «sometiendo a escondidas a la nena con una abogada que supuestamente iba a representar sus derechos, ejercieron presión sobre ella». La familia de él sostiene que la menor quiere quedarse en Rosario, Casanova sostiene que la aparición de esta abogada fue de manera irregular.

«Se sigue sometiendo a una persona a una situación de violencia económica y psicológica que quedó demostrada en el expediente de Familia. La Justicia que debe ser garante de las obligaciones y derechos se convierte en cómplice de esta situación de patriarcado y limita los derechos de una persona que viene bregando, pidiendo auxilio, que se siente como presa en otro país».

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