Quienes organizan año a año la vigilia previa al 2 de abril afirman que es “como una misa, un gran fogón”. Se trata de una jornada llena de música, intervenciones, pero sobre todo un espacio de encuentro. Aquel que busca recordar y abrazar a los protagonistas de la gesta de Malvinas, reunidos con el pueblo en un espacio público como lo es el Parque Nacional a la Bandera, hasta llegar a las doce de la noche, momento en que se cumple un nuevo aniversario del inicio del conflicto bélico.
A 42 años de aquella instancia, así concluyó esta vigilia que renueva la lucha por la soberanía nacional, la unión y el abrazo colectivo por los que no volvieron, por los que ya no están y por quienes mantienen viva la memoria. La propuesta fue llevada adelante por el Centro de ex Soldados Combatientes en Malvinas de Rosario (Asociación de Ex Combatientes), Generación Malvinas y la Municipalidad de Rosario y contó con el acompañamiento del Gobierno de la Provincia de Santa Fe.
Cada 1° de abril los veteranos de Malvinas se reúnen frente al Monumento a la Bandera, donde se genera un espacio de cercanía y diálogo con miles de rosarinos para recordar una fecha que representa una bisagra en sus vidas. Todo esto acompañado por una propuesta artística que en esta edición abarcó diversos géneros musicales y que alcanzó su punto máximo con el canto colectivo del himno nacional.
Para Omar Debenedetto, ex combatiente de Malvinas, la vigilia es “una gran conmemoración, un agasajo a nuestros compañeros que ya no están. Para nosotros cuanto más se alejan los años de Malvinas, más se acercan los recuerdos, porque estamos grandes, estamos sensibles, vemos a nuestros hijos crecer, a nuestros nietos, algunos ya tienen la edad de nosotros cuando fuimos a Malvinas, y te vienen los recuerdos. Es medio estresante, estas cosas son las que no nos hacen olvidar, pero por lo menos tenemos un momento hasta las doce de la noche que cantamos el himno, de reencuentro con nuestros amigos, con la gente que nos quiere, porque sabemos que nos quieren”.
Pasadas las 17 subieron al escenario los primeros artistas de la jornada: la banda «Sin Anestesia», seguida de «Oasis», el grupo folclórico santafesino «Baguales» y Huahui Basualdo, referente de la música popular argentina. El público que colmó el parque desde el inicio de la programación se mantuvo presente con la caída de la noche, a pesar de que con la vigilia llegaron los primeros fríos del otoño.
En este marco, el secretario de Cultura de la Municipalidad de Rosario, Federico Valentini, destacó la labor de los ex combatientes, no sólo en el pasado sino también en el presente: “Cada vez que la ciudad necesita son los primeros que están, están en las noches de invierno ayudando con un plato de comida, así que este ratito que estemos acá acompañándolos es devolverles un poco todo lo que ellos han hecho y hacen por nuestra ciudad y nuestro país”.
Al costado del escenario se ubicaron las carpas temáticas, con propuestas llevadas adelante por agrupaciones e instituciones que acompañan la causa y la jornada de memoria. Sin dudas, la más convocante fue la iniciativa “Malvinas en la piel”, en la que unos 15 tatuadores locales sellaron en el cuerpo el símbolo que recuerda a las Malvinas: “Las islas se llevan en el corazón de todos los argentinos, y está en la labor de nosotros dejárselo en la piel al que lleva ese sentimiento. Nos enorgullece poder realizar esto que tanto nos gusta” destacó Hector “Tata” Barceló, uno de los tatuadores del evento. Agustín Prietto fue uno de los cientos que a partir de este momento llevan las Malvinas en su piel: “Se piensa que los jóvenes no tienen memoria o no les interesa y yo creo que todo lo contrario, todos lo tienen bastante presente, todos lo hemos visto en la escuela o tenemos algún cercano veterano, entonces esta iniciativa está muy buena para ser parte y continuar con la memoria de lo que pasó en este país”.
En las carpas también se hicieron presentes integrantes de Generación Malvinas, una agrupación conformada por hijos e hijas de veteranos de la guerra, que desde hace 15 años acompañan a sus padres en las charlas, acciones solidarias y otras tantas iniciativas. Allí, Andrea Gómez, junto con otros integrantes -principalmente mujeres- contó con un stand de venta de remeras, escarapelas y demás elementos para recaudar fondos. “Yo me sumé a Generación Malvinas hace 6 o 7 años, me acerqué para seguir llevando la causa. Siempre quise buscar la historia de mi viejo, a través de sus compañeros. Sin dudas somos una familia, para mí sus compañeros son mis viejos, tanto como los hijos nos sentimos como hermanos”, afirmó Andrea, mientras su compañera intentaba contener las lágrimas que brotaban ante la carga emotiva que conlleva el evento.
Ante un parque poblado por familias, parejas, grupos de amigas y amigos, grandes y chicos, se fueron sucediendo en el escenario las distintas propuestas que cada grupo artístico preparó para esta ocasión tan especial. Caída la noche sonaron en el escenario Mica Racciatti, quien invitó al escenario al músico local Ricardo Palavecino; siguieron Farolitos, Los Vándalos, Mamita Peyote, Los cuentos de la buena pipa y Los Peñaloza, cerrando la programación el conjunto de tenores Intenors.
Uno de los momentos más ovacionados por el público fue sin dudas la presentación de tres niños en el escenario. Kimey de 9 años y Antú de 13, ambos de la Escuela Gurruchaga; y Lara, de 8 años, estudiante de la Escuela 92, interpretaron una canción de su propia autoría en homenaje a los veteranos de guerra. “Siento mucha emoción por cantar acá, por los héroes de Malvinas, eran muy jóvenes, 18 años, quiero darles las gracias a ellos”, expresó Lara minutos antes de subir al escenario.
Según Antú, la canción surgió de un trabajo de la escuela: “Un ex-combatiente fue a clases, nosotros le íbamos a hacer preguntas pero la seño dijo si podíamos hacer una canción. Estuvimos dos o tres días con los chicos haciendo una letra, después yo me senté en mi casa y con la guitarra la transcribí. Ahora mejoramos la canción con Lara y Kimey”, contó.
Pero los niños no fueron los únicos movilizados por subir al escenario en una noche tan emotiva como lo es la vigilia. “Es la primera vez que tocamos acá con Los cuentos de la buena pipa, en mi caso nervioso porque es un evento muy simbólico y había que estar a la altura. Personalmente me pega mucho Malvinas, no somos de la generación que lo vivió pero como símbolo es muy fuerte, y en momentos reoscuros, donde los tipos además de ser símbolo y héroes, siguen siendo gente que al día de hoy apuesta a la solidaridad, a ayudar a los que hoy están con frío o con hambre. Estos tipos son ejemplo de ayudar al que más lo necesita”, expresó uno de los integrantes de la banda, Eduardo Bonfatti.
El público se fue renovando con el correr de las horas, aunque fueron muchos los que se quedaron “haciendo el aguante” a los veteranos, hasta cantar con ellos el himno nacional argentino. Al llegar las doce de la noche, los bomberos hicieron sonar las sirenas y dieron pie para que ex combatientes, integrantes de Generación Malvinas y músicos se subieran al escenario a interpretar sus estrofas, junto con los tenores que conforman el grupo Intenors.
Minutos antes, Ever Arnoldo, hijo de un veterano de guerra e integrante de Generación Malvinas, agradeció a todas las personas que se hicieron presentes en el parque y dio un emotivo mensaje que recibió aplausos sostenidos: “Queridos veteranos de guerra, nunca duden de nuestra integridad, de nuestro amor por la patria y nuestro amor por esta causa Malvinas, hasta el último de nuestros días vamos a estar reivindicando esta causa para gritar de Rosario al mundo que las Malvinas son argentinas”.
De esta forma, todo el público presente acompañó un año más a viva voz y agasajó con un cálido aplauso a quienes hicieron posible el evento y especialmente a los héroes, los ex combatientes de Malvinas.