Ele tenía 6 años. Ella y sus hermanos se encontraban en situación de vulnerabilidad y estaban bajo la órbita de la Dirección de Niñez. Se encontraban en condición de adoptabilidad entonces intervino la Justicia. Los tres niños fueron llevados al Tribunal, a la oficina del entonces juez de familia Marcelo Molina. Un magistrado que supo amalgamar como nadie, la realidad social de quienes pasaron por su despacho, el sentido común y la letra cruda de la ley.
Ele y sus dos hermanos esperaban ser parte de una familia, tener una mamá. Mientras, se encontraban en la casa de una familia solidaria. La tarea de Molina era determinar si era conveniente para esos niños una nueva familia que los recibiese.
Ese día los tres niños llegaron a su despacho y se pusieron a dibujar
“La hermanita del medio, sin soltar su lápiz levantó la mirada y me preguntó: ¿Vos sos el que nos va a buscar una mamá?
Le contesté, “quizá”, “puede ser.
Sin despegar su mirada de mis ojos, me dijo “Nosotros queremos vivir con una mamá ¿cuánto falta?”.
Un silencio me invadió, quizá no haya sido más que un segundo pero pareció eterno. “Un tiempito”, respondí.
“¿Y cuanto tiempo es un tiempito?, cuestionó desde sus seis añitos.
Este fragmento del libro “¿Cuánto tiempo es un tiempito?” es la narración de un hecho que marcó un antes y un después en el magistrado y derivó en una herramienta que implicó mucho más que el cumplimiento de una tarea judicial.
Mostró, primero en un libro y luego en una obra de teatro, los avatares de un juzgado de familia, dejó a la vista qué pasa detrás de bambalinas, con qué elementos humanos y materiales cuentan para cumplir con el trabajo y permitió al lector y/o espectador vivir en primera persona las problemáticas sociales que atraviesan a nuestros niños, niñas y adolescentes. Cuestionó e invitó a reflexionar a todas las personas que tienen algún contacto con las infancias y adolescencias, en especial aquellos que tienen responsabilidad institucional y brindó espacios de debate sobre el planteo de la obra.
Este libro devenido en pieza teatral tiene un claro fin, la divulgación de derechos, y este viernes festejó 10 años desde que esa niña nos cuestionó a todos. La función se llevó adelante a sala llena, en el aula Magna de la Facultad de Derecho.
¿Cuánto tiempo es un tiempito? es una experiencia federal que recorrió y seguirá recorriendo distintas localidades del país. Una obra humanizadora que nos mueve las entrañas y nos invita a repensar.
Seguramente, no faltará otra oportunidad para que vuelva a presentarse en alguna sala. Estate atento, que no te sorprenda, no dejes pasar esta experiencia hermosa que te moviliza la mente y el corazón.
