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Una niña pudo contar que su padre la violaba gracias a un taller de Educación Sexual y hubo condena

La pequeña cursaba la primaria cuando fue víctima de abusos por parte de su padre. Los ataques se extendieron por al menos dos años. Además de la condena, el tribunal ordenó que los datos genéticos del agresor sexual sean incorporados al Registro Nacional de Datos Genéticos

Un tribunal oral santafesino condenó por unanimidad a un hombre a purgar 12 años de cárcel por abusar de su hija en forma reiterada. Los fiscales Matías Broggi y Celeste Minniti contaron que si bien no se pudieron determinar fechas, los ataques sexuales ocurrieron entre 2017 y 2018 cuando la niña transitaba los primeros años de la escuela primaria y convivía con el agresor.  Tras la separación de sus padres “la niña pudo contarle a su madre lo sucedido a raíz de un taller de Educación Sexual que se le brindó en la escuela”, contaron. La mujer denunció de inmediato el hecho lo que abrió una investigación penal.

“En nuestros alegatos subrayamos que los ataques sexuales del condenado a su hija se reiteraron en el tiempo”, dijeron. “También hicimos hincapié en que el condenado sometía violentamente a toda la familia. En este contexto, aprovechó la intimidad de la vivienda para cometer los ilícitos”, agregaron.

Minniti y Broggi explicaron que “durante el proceso judicial, la niña fue entrevistada en Cámara Gesell” y “se trabajó con el Servicio Local de Promoción y Protección de los Derechos de Niñez y Adolescencia de Santa Fe y con el Centro de Asistencia a la víctima”.

El acusado, de 42 años, llegó a juicio por los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante calificado por el vínculo y promoción a la corrupción de menores calificada por la edad de la víctima y por el vínculo. La fiscalía había pedido 15 años de cárcel para H. M. K. quien finalmente fue condenado a 12 años de prisión por los jueces Sergio Carraro, Sandra Valenti y Rosana Carrara que presidieron el debate.

Los magistrados además ordenaron que, una vez firme la sentencia, se realicen los exámenes correspondientes para lograr la identificación genética del condenado y se lo inscriba en el Registro Nacional de Datos Genéticos.

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