Este miércoles quedará inaugurada en el Centro de Expresiones Contemporáneas (CEC) la muestra Trío Tecno que se podrá visitar hasta el 4 de septiembre de jueves a sábado de 16 a 20, respetando el protocolo vigente.
La propuesta incluye los trabajos de los artistas Gonzalo Maciel con Todos los colores del horizonte, Federico Gloriani con Aplicación de las leyes de la Termodinámica y de la Teoría Cinética de los Gases al estudio del arte y Darío Homs con Versos Eléctricos.
Trío Tecno comenzó su camino en 2012, la propuesta convoca a un artista de trayectoria que invita a dos emergentes a compartir muestra en el CEC. La primera, ese año, se llamó Papá ¿me llevás al CEC? en la que Adolfo Nigro invitó a Yuyo Gardiol y Ariel Torti, incipientes artistas en ese momento.
La propuesta siguió con Encuentros no tan fortuitos “donde ya la distancia no era tan extrema”, apuntan, pero había un núcleo anfitrión representado en ese caso por Carlos Herrera, cuyos invitados fueron en esa oportunidad Studio Do Gozo y Martín Pazienzia.
Según señalan desde el espacio en la edición que se podrá visitar desde este miércoles es Darío Homs quien tiene una trayectoria que lo avala, aunque primeramente desde las letras. “Su producción sigue teniendo a la escritura como sustento, sólo que no desde el lugar de vehículo comunicacional ni tampoco del de la «poesía» en sentido tradicional, sino desde un espacio que puede resultar paradójico: el de su visibilidad. Escritura no como texto sino como huella o, en algunos casos, como momento entre esas dos instancias irreductibles (si pensamos con Foucault)”, apuntan.
A partir de ahí Homs invita a Federico Gloriani y a Gonzalo Maciel, quienes “no están en una situación «emergente» si se piensa en términos de recorrido, pero sí en cuanto a la exploración constante de lenguajes no plenamente transitados”, explica la gacetilla de prensa que anuncia el evento. Y continúa: “Maciel desde su obsesión con la luz reinstalando una historia que se renueva en sus producciones. Gloriani en un cruce nunca centrado entre teoría y práctica, concepto y técnica, pares que resultan constantemente asediados por sus producciones. Este es el lugar en el que se encuentran los tres: lugar lejos de la homogeneidad de las tradiciones que han recorrido y enclaustrado al arte durante tanto tiempo (técnica, estilo, poética), lejos de la identidad que los uniría en un mensaje común. Espacio que se hace común porque los tres han encontrado en formatos habilitados por tecnologías contemporáneas su espacio de producción: lugar que se hace común desde las diferencias que retroalimentan la diversidad que transita la contemporaneidad si no se queda anclado al deseo (más moderno que contemporáneo) de novedad pero sí vinculado a un principio (que también nos llega de la modernidad) que sigue habilitando esas diferencias, el de experimentar lo que emerge”.