Hace nueve años, en medio de la crisis, con gente que se iba del país, con los clubes del trueque y la desocupación, Luis Vignoli y Gustavo Velilla buscaron el lado positivo a una salida con ironía. Ambos con sus cámaras de fotos retrataban la ciudad: “Desde otro lugar, una manera de decir que si todo estaba mal, nosotros nos reímos con esto”. Así descubrieron a una Rosario bizarra, kitsch, grasa o simplemente freak. Decidieron armar una página, publicar allí sus fotos, y detrás de ellos se fueron sumando autores anónimos que máquina o ahora celular en mano, sacan instantáneas y las suben de inmediato a www.rosariofreak.com.ar donde ya hay más de mil imágenes disparatadas.
Velilla y Vignioli recuerdan que todo comenzó en una charla de café: “Algo que empezó a ser divertido para nosotros comenzó a tener una proyección, de una broma de amigos pasó a ser algo más profesional”.
En noviembre de 2002 falleció el mítico movilero de Canal 3 Hugo Mario Melo, y en su homenaje, ambos pensaron que sería bueno recordarlo como “un buen tipo que tenía su cuota bizarra o freak en un medio conservador” como era el noticiero de la avenida Godoy.
“Para nosotros era un prócer e inspirador de Rosario Freak”, sintetizaron Luis y Gustavo. Al poco tiempo, la propia hija de Melo, Marisa, se comunicó con ellos y les facilitó un álbum con fotos propias del periodista para “colgarlas” en internet. “Lo tomó con muy buena onda y entendió el espíritu de nuestra pagina, eso nos ayudó a que mucha gente nos enviara más fotografías”.
Luego se fueron sumando rosarinos que viven en otras ciudades del país y del mundo, que también suben curiosidades de los lugares donde residen. “Lo que tiene internet es que lo puede ver cualquiera en cualquier parte del planeta, es decir que tenemos nuestros link freak de otros puntos del globo terráqueo”, dice Vignoli y subraya: “Cuando comenzamos casi como un juego, vimos fotos que parecen ridículas pero son el reflejo de nosotros mismos. Nuestra forma cotidiana de ser tiene esos tics, esas cosas absurdas… En plena crisis, tuvimos que salir a vender nuestras cosas viejas porque estábamos sin trabajo… Era una manera de vernos a nosotros mismos. Estábamos hablando de lo que no se habla y tratábamos de ponerle onda a un momento de bajón”.
Ya en el año 2008, un ciudadano francés estaba como pasante en la Alianza y le propusieron hacer un trabajo fotográfico sobre Rosario: “Busca en internet y nos encuentra, sugiere hacer una muestra con fotos de nuestra página y una amiga nuestra que vive en Río de Janeiro fue la curadora; nos sirvió para difundir la página e incluso hicimos un trabajo en 2009, en el que se realizó una muestra en Río de Janeiro y luego aquí en el túnel del parque España”, apuntó Luis.
Consultados sobre el criterio de selección de las fotos que reciben, explicaron: “Cada imagen que llega es seleccionada, tienen que tener identificación, no aceptamos fotos bajadas de internet de otros sitios. Lo que tiene de original es que uno puede recorrer la ciudad con buenas intenciones, buscando la foto artística y resulta que al lado de un buena toma puede haber un graffiti, por ejemplo, que uno puede pensar que arruinó la foto… bueno nosotros le buscamos el otro costado. Además priorizamos al fotógrafo aficionado. Ahora nos pasa que ya salen a buscar lo freak, lo raro o gracioso”, y agregan: “El típico elefante con un billete en la trompa apoyado sobre un pequeño mantelito de crochet sobre el televisor… Podría ser una imagen freak… Caminando por la calle, –y es un ejercicio que hay que hacer–, se encuentran cosas muy curiosas como el local que ya no está más de la Mosca Blanca, un negocio que estaba en Córdoba y Ovidio Lagos, con una mosca como cartel o la estatua del Che con una botella de Coca Cola en la mano… Son fotos que no va a estar en ningún catalogo de la municipalidad o del Ente Turístico.
En la página, además de Melo, hay un lugar para las frases de Cachilo, el poeta de los muros, que estampó sus graffitis en las paredes del centro: “Cada vez que uno ingresa a la página se encuentra cada día con una frase distinta de Cachilo, me pareció que tenía que estar y nos brindó mucho material Mario Piazza, que realizó un trabajo sobre este linyera que tenía mucho para decir”.
Vignoli es arquitecto. Velilla ingeniero, y hace unos años se mudó por trabajo a Córdoba y ya sumó a la página fotos de la parte “freak” de la capital mediterránea. “Hay situaciones freak como la estatua de Ovidio Lagos, con una botella de cerveza en la mano, que le dejaron los pibes que limpian vidrios en Pellegrini, y a su vez otro sacó la foto oportuna… La página pretende ser divertida, con algo de irreverencia, como es la de Hermes Binner junto a Melo, mirando ambos a la cámara con caras de freak… En un instante divertido”, dice Velilla.
Los autores de la página eran admiradores incondicionales de cómo Hugo Mario Melo resolvía situaciones desde el móvil: “Melo era un agitador de vecinas, buscaba el momento oportuno para meter bocadillos provocadores, un tipo pícaro, con mucha calle, que ya no hay en la televisión local. Por eso lo recordamos con cariño”, dicen a coro. En las más de mil imágenes que se atesoran desde hace más de ocho años, se pueden observar lugares de la ciudad que ya no existen, esquinas irreconocibles, fachadas que dieron lugar a edificios, hijos de la soja. “Las fotos más viejas muestran y por ahí uno ve lugares que ya no están, han levantado un edifico como en Córdoba y Ovidio Lagos, donde estaba la zapatería La Mosca Blanca y un día se llevaron la mosca, al otro día tiraron abajo el local y ahora hay una edificio horrible. Rosario está en permanente cambio, pero la mirada freak sigue presente”, agregó Vignoli.
La propia página tiene un diseño freak y lo admiten. “La idea es que se agreguen fotos, no nos importa tanto las formas. Sí tuvimos que hacerla con más capacidad, porque no imaginábamos tantas visitas y cargas. Por ahí nos mandan fotos con celulares que están buenas, tienen un concepto freak, pero tienen baja resolución, y a la hora de subirlas no se ven bien: siempre una cámara es mejor. Esto no es un hecho comercial sino como proyecto de arte, esto es algo que lo costeamos nosotros… Hoy la página tiene un volumen muy grande y no descartamos hacer una buena selección de imágenes para editar un libro: el proyecto está, falta la editorial que se anime”, finalizaron.