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Una pelea familiar que terminó a los cuchillazos

Los festejos de fin de año acompañados por el alcohol a veces tienen consecuencias violentas. Cristian y su tío Leandro, ya habían tenido dificultades. Estaban en la casa de un familiar cuando se pelearon. En medio de la discusión apareció una cuchilla que, según Cristian, tenía su tío Leandro. El muchacho de 21 años aseguró que Leandro quería apuñalarlo y lo enfrentó hasta que la cuchilla se cayó. La tomó y le dio varios puntazos. Su tío que terminó en el hospital. Al día siguiente lo detuvieron en su casa y este martes el fiscal del caso lo imputó de tentativa de homicidio y amenazas. La defensa oficial sacó toda su artillería para sostener una legítima defensa y se focalizó en las heridas defensivas que tenía en las manos. Si bien el juez aceptó la imputación dejó abierta la posibilidad de una legítima defensa. Mientras ello se aclara dispuso la libertad del muchacho con restricción de acercamiento a la víctima por cualquier medio.

Cristian G. fue a la casa de su tío Alfredo ubicada en Santa Rosa y Tartagal de Villa Gobernador Gálvez. Era  31 de diciembre y la invitación era para escuchar un poco de música y tomar un porrón. En la casa estaba Leandro A., otro de sus tíos con el que había tenía diferencias. En otra oportunidad habían peleado y su tío le dio una puñalada en el brazo, aseguró.

Según Cristian G. todo iba bien hasta que su tío lo empezó a agredir. En un momento sacó un arma blanca y le tiró una puñalada. Le pegó en la mano y se le cayó la cuchilla. En ese momento Cristian se la sacó y le clavó varias puñaladas. Dijo que tomó el arma por miedo, se asustó y le dio algunos puntazos porque “era él o yo”, aseguró.

El fiscal Ademar Bianchini no le creyó nada. Lo imputó el delito de homicidio simple en grado de tentativa y amenazas. Al día siguiente, en una discusión con otra persona, le dijo a su prima que la iba a matar, refirió. La defensora Luisa Cañavate dijo que ese hecho es sostenido por el fiscal pero no hay denuncias de ningún tipo contra su cliente.

El fiscal pidió la prisión preventiva del muchacho. Para el funcionario tuvo la intención de matar a su tío porque las lesiones fueron en tórax y abdomen, que son áreas vitales. La víctima también fue lesionada en las piernas. Pero Cañavate le salió al cruce, dijo que fue un caso de legítima defensa y se basó en el informe médico realizado a su cliente donde habla de heridas en los dedos, lo que para la defensora son típicas de heridas defensivas. Resaltó la situación “los ánimos estaban alterados por el consumo de bebidas alcohólicas”. Cristian G., tras el hecho, se fue del lugar mientras atendían a la víctima que fue trasladada al hospital Gamen por una ambulancia de SIES. Resaltó el momento y el nerviosismo que se vivió en el lugar. La defensora dijo que su cliente no tiene antecedentes, trabaja de pintor y subsidiariamente pidió que el hecho se encuentre en lesiones graves, cuya pena no es de cumplimiento efectivo.

El juez Luis María Caterina evaluó la evidencia y concluyó en aceptar la imputación aunque “hay una duda razonable para la legítima defensa”, aseguró. Hay evidencias que no estaban en el legajo como la contextura física de la víctima o si las heridas fueron con saña.  Concluyó que hubo una pelea y hay duda con la reacción que tuvo el imputado. Por lo que dispuso la libertad bajo fianza – deberá depositar 2 mil pesos en dos cuotas en un plazo máximo de 15 días. Monto que el juez fijó en base a sus ingresos –, la firma semanal ante la Oficina de Gestión Judicial y la prohibición de acercamiento a  su tio y su prima con un restricción de 400 metros.

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