Search

Una “pócima” para estar viva

La cantante y actriz Elena Roger inauguró con emotivo recital una gira por el país llamada “Tiempo Mariposa”, en la que visita sus éxitos dentro de la comedia musical junto a temas nuevos y canciones fundantes del rock y del tango.

roger

Elena Roger inauguró su gira Tiempo Mariposa –que la traerá a Rosario el 29 de junio al Teatro El Círculo– con un emotivo recital en el porteño Auditorio de Belgrano, donde visitó sus éxitos dentro de la comedia musical como Evita y Piaf, junto a temas de nuevos cancionistas, sin olvidar canciones fundantes del tango y del rock nacional.
“Esta es la pócima que me mantiene viva”, declara Elena ante una sala colmada –tanto en la platea como en la bandeja superior– mientras apura un sorbo de una bebida –presumiblemente té– guardado en una cantimplora con aires escolares.
Dentro de esta lógica de breves pinceladas de otras épocas, una mesita realizada con casetes, un perchero para colgar las guitarras, transcurre un recital donde el repertorio y el discurso de los artistas se funden en un todo armónico, que toma posición.
“La gira se llama Tiempo Mariposa porque la mariposa es fragilidad y fuerza, es capullo –dice mientras enarbola orgullosa su panza de cinco meses de embarazo– reciclado y también es la naturaleza dentro de la cual vivimos”, presenta Roger su trabajo ante la audiencia.
Con esa devoción por la armonía entre las partes y el todo, Elena Roger conduce a la platea por un itinerario musical ecléctico (casi ecologista), donde las distintas etapas de su canto están contempladas en igualdad de condiciones, con una dirección estética clara.
Un nada complaciente comienzo de esta suerte de viaje, apelando a tres bellos –aunque desconocidos– temas de nuevos compositores, precede a un vasto collar de canciones de todos los tiempos, capaces de hipnotizar al público durante más de dos horas, sin interrupciones.
Las ricas estrofas del tema inicial “Fiesta de Verte” de su  guitarrista Javier López del Carril, quien también es autor de la canción “Flores” entonada casi sobre el final del show, conforman el prólogo de un cancionero entrañable, seleccionado con esmero.
Elena apuesta en esta velada –conceptual–, a que cada pequeño detalle gane sentido, así su laureada estadía en Broadway aparece sobre tablas mediante un popurrí de canciones, cuyo pulso es marcado por una versión de “On Broadway”, el tema del film All that jazz de Bob Fosse, ícono del cine musical.
De todos modos, la dama vestida de blanco parece optar por las composiciones de este lado del mundo y su delicadeza deviene potencia al recorrer clásicos del rock nacional, con una impronta personal.
Las canciones “Ciudad de la furia” de Soda Stereo; “Ambar Violeta” de Fito Páez, o las interpretaciones dotadas de fuerte carga interpretativa de dos clásicos de Charly García, “Desarma y sangra” y “Mariel y el capitán”, permiten que sus colores vocales se fundan con el impecable apoyo instrumental.
La dirección musical de los shows está a cargo de Javier López del Carril (guitarra) y del excelente Gaby Goldman (piano), más el sensible violín de Christine Brebes –que por momentos parece dialogar con la cantante–, Osvaldo Tabilo en batería y percusión y Andrés Dulcet en contrabajo y bajo eléctrico. Sus excelentes compinches musicales en el escenario son los mismos que brillaron en el espectáculo –con toques osados e intensos– Mina, che cosa sei?!? (2003), y la complicidad entre la intérprete y su banda permanece intacta. La cantante también es actriz y bailarina y su gestualidad, la manera de conversar con el público –entre la dulzura y el desparpajo–, sumadas a su presencia escénica se evidencian especialmente en la combinación de fragmentos de distintas canciones del musical La Piaf que protagonizó con éxito.
Una exquisita interpretación a capella de “Mariposas”, de Silvio Rodríguez, destaca el trabajo conceptual de esta serie de conciertos que comenzaron ayer.
La gira nacional llevará la idea de valorar la naturaleza y la poesía de los cotidianos momentos –Elena incluye un recitado de unos versos de Alfonsina Storni– por las distintas geografías del país, con escalas en lugares tan diversos como Córdoba o Ushuaia.
“No llores por mí Argentina” al momento de los bises decreta emoción en el auditorio, mientras prologa un final alegre e intenso con la gente de pie aplaudiendo y bailando el “Himno de mi corazón” de los Abuelos de la Nada.

10