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Una pyme rosarina acuñó una réplica de la pistola que el Cabildo obsequió a Belgrano en 1814

La familia Gatto hizo entrega al intendente Pablo Javkin de su recreación, pieza por pieza, del arma fabricada en España que se entregó al creador de la Bandera como reconocimiento por sus victorias en las batallas de Tucumán y Salta. Se exhibirá en la Sala de las Banderas del Monumento

Este viernes 19 de junio, en el Salón Carrasco del Palacio de los Leones, el intendente Pablo Javkin y el secretario de Gobierno, Gustavo Zignago, recibieron al restaurador, coleccionista, artesano de armas y profesor de historia Osvaldo Gatto, quien les entregó una réplica exacta de la pistola personal de guerra del general Manuel Belgrano.

La réplica estará en guarda de la Intendencia y será exhibida en la Sala de las Banderas del Monumento Nacional hasta que llegue a manos del presidente del Instituto Nacional Belgraniano, Manuel Belgrano (chozno nieto del prócer). En la oportunidad, suscribió el acto el representante de la organización para Santa Fe y norte de Buenos Aires, Miguel Carrillo Bascary.

“Es un momento trascendental, nos llena de orgullo que la ciudad reciba la réplica del arma preferida del general, producto de la obra de una rosarino, con reconocimiento internacional con una actividad casi inédita”, expresó el secretario de Gobierno.

“Con esto homenajeamos al más grande, en la más grande”, dijo Gatto, refiriéndose a su ciudad. Su taller se dedica a fabricar cañones, dagas, puñales y pistolas. Y las producen para coleccionistas, la industria audiovisual y museos de cualquier parte del mundo. En 2013 tomaron un nuevo desafío: fabricar la primera réplica de un arma de un prócer argentino, y eligieron al creador de la Bandera.

“Hemos fabricado, pieza a pieza la réplica de la pistola española que, en 1814, le entregó el Cabildo a Belgrano por sus victorias en Tucumán y Salta”, destacó el artesano. Y agregó: “Asumimos el desafío de fabricar esta arma de fuego, es bueno que se sepa que los próceres también usaban armas, que no las usaban en combate pero las tuvieron como protección, las tuvieron en sus casas y también las usaron como pistolas de viaje”.

La pistola original fue fabricada en Ripoll, en la provincia de Gerona, España. Gatto remarcó que la réplica “tiene una diferencia de 20 gramos peso con la original”, lo cual, además de insignificante, tampoco es una falla: “Se debe a los materiales nuevos y a la falta de desgaste que sí tiene la original, exhibida en el Museo Histórico Nacional de Buenos Aires”.

Como Belgrano tenía manos pequeñas, el Cabildo buscó no darle una gran pistola sino que eligieron una pieza que le quedaba más cómoda, explicaron durante el acto de entrega.

Según cuenta Martín Gatto, hijo de Osvaldo y parte de la pyme, ellos son los únicos en Latinoamérica que tienen un taller habilitado. “Pudimos llevar adelante esta réplica que se destaca tanto en ornamento, como en fidelidad de copia y realmente creo que el prócer lo merecía”, cerró.

No está claro si a Belgrano le gustaba disparar, pero según investigó la periodista Cynthia Palacios, se capacitó largamente en su uso: “No es lo mismo vestir el uniforme militar, que serlo”, decía.

La investiación marcó que el Registro Nacional de Armas y Explosivos (Renar) instituyó en honor de Belgrano al 20 de junio como Día del Legítimo Usuario de Armas de Fuego. “Como ajeno a las armas que era tomó lecciones en el manejo de las mismas e inició así el camino –con aciertos, errores y una gran vocación por la patria– hacia nuestra Independencia”, explica la disposición 164/03 del Renar en sus considerandos.

El encuentro entre Belgrano y las armas se había producido años antes de la Revolución de Mayo y el primer izamiento de la Bandera, dos años después. “En el marco de la Segunda Invasión Inglesa (1807) es que se organiza el Regimiento 1 Patricios. Sus integrante eligen a los jefes, y entre los elegidos se encuentra un civil, secretario del Consulado, abogado: don Manuel Belgrano, que pasa a transformarse así en el primer Legítimo Usuario de Armas de Fuego”, destaca la resolución del Renar.

“No fue un militar profesional pero tampoco un ignorante de la vida castrense”, había marcado el historiador Miguel Ángel De Marco a la periodista. Pero otros revisionadores habían ido más allá: “Es el armero de la Patria”, sostuvo Jorge González Crespo, director del Museo de Cera Exhibición Buenos Aires. “Fue el primer conductor militar de la Nación, antes de José de San Martín, en nuestra independencia. Es el primer líder que reúne el comando, que tiene armas e instruye a la tropa”, sostuvo.

De hecho Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano no sólo tuvo en su poder el arma de la que se hizo una réplica, sino otras dos, fabricadas en Gran Bretaña: la “Ciudad de Buenos Ayres” –así está inscripto en oro– le entregó esas últimas, gemelas, en 1816, dos pistolas de arzón de plata con incrustaciones de oro, con motivos, entre ellos espigas, y el Escudo Nacional en las cachas.

Estas dos armas antiguas fueron subastadas en noviembre de 2006 en la oficina de Nueva York de la casa londinense Christie’s por un valor de 374.400 dólares. Se ignora quién las compró.

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