Una vez más, el responsable de la ONG Manos a la Obra, Narciso Cantero, acaparó ayer la atención. En el Parque Nacional a la Bandera montó una estructura tubular donde instaló una red de 8 metros por 6, a unos 6 metros de altura, y se lanzó desde una grúa con el fin de poner a prueba la malla de contención que, pretende, se convierta en un elemento de seguridad en las obras de construcción para evitar accidentes por caídas al vacío.
La iniciativa estuvo supervisada por ingenieros del Instituto de Mecánica Aplicada y Estructuras (Imae). “Esto es un homenaje para quienes ya no están con nosotros”, dijo Cantero, visiblemente emocionado, luego de realizar la prueba en primera persona, desplazando al muñeco que estaba preparado para la ocasión. “Esto es un salvoconducto a la vida, algo muy útil, no sólo para los trabajadores sino para las edificaciones linderas. Las bandejas de chapas ya son obsoletas, esto es para minimizar acontecimientos para nada gratos, este tipo de redes ya se usa en Brasil”, explicó Cantero, quien con los brazos en alto, de rodillas sobre la red, gritó como si acabara de convertir un gol después de sortear con éxito la prueba de fuego: “La red funciona”.
Hace dos años que Manos a la Obra trabaja en el ajuste de este método, que “en Mar del Plata lo han comenzando a utilizar; y si bien no es la solución, reduce la cantidad de accidentes por caída en altura en un 90 por ciento. Otros países del primer mundo lo implementan y funciona muy bien”, agregó Cantero, quien afirmó que en Rosario hay entre 23 y 25 mil trabajadores ligados a la construcción.
“Hace dos años que estamos trabajando en esto y observamos cómo se hace en otras ciudades del mundo; como dice Chico Buarque, en su canción Construcción: ‘…murió a contramano entorpeciendo el tránsito…’. Las protecciones que hoy existen tampoco cumplen con la norma y son obsoletas, quedó demostrado con el compañero que cayó en Paraguay al 1100, y siguió de largo”, continuó el trabajador, quien recordó al fallecido Miguel Pedrana porque apoyó la iniciativa de Manos a la Obra desde la Subsecretaría de Gobierno.
Consultado por las estadísticas de víctimas fatales en los últimos años, el polémico dirigente puso como ejemplo el buen trabajo que se realizó en 2010: “Recorrimos obra por obra: el Estado municipal aportó lo suyo a través de una campaña, ingenieros, arquitectos, maestros mayor de obra y empresas han colaborado y hubo cero accidente; se trabajó en conjunto pero no se sostuvo en el tiempo y al año siguiente, en 2011, hubo 12 muertos; el año pasado fueron 10 y en lo que va de este año llevamos cuatro víctimas fatales. Sabemos de los riesgos que es trabajar en altura, en excavaciones, con tensión eléctrica, pero tenemos los elementos, las normativas vigentes y los recursos humanos y la pregunta es la misma: ¿por qué no se cumple? Por qué no hay un coordinador de higiene y seguridad laboral permanentemente en la obra, y no que pase un rato una vez por semana. Paguemos un sueldo más pero no paguemos una vida”, resumió.
Respecto de las responsabilidades de los propios trabajadores al momento de cuidarse, colocándose los cabos de vida o arneses, Cantero dijo que “muchas veces, y nos hacemos cargo, en nuestra relación laboral cometemos incumplimientos, igual que las empresas; en un accidente hay un 50 y un 50 por ciento de responsabilidad. Nuestra tarea desde hace 12 años es sumar para evitar accidentes y poder implementar las redes de contención es una más”.
Desde Manos a la Obra se pusieron en contacto con pescadores que alguna vez trabajaron en la construcción, familias de la Isla del Espinillo, para confeccionar la red cuyo material es polipropileno multifilamento. “Este tipo de tanza se fabrica en Salta, cumple con las exigencias Iram y debe pasar por una prueba de tracción, debe soportar un peso determinado por centímetro cuadrado; es una tanza preparada para soportar un peso de 540 kilogramos fuerza”, concluyó.