Barroca, delirante, adelantada a su tiempo, exuberante en las palabras y en los hechos, La virgen cabeza, la poderosa novela escrita por Gabriela Cabezón Cámara y publicada hace poco más de una década, que acontece en el conurbano bonaerense profundo donde a Cleopatra, una travesti de la villa El Poso, se le aparece la Virgen María sirvió, en parte, como disparador y para trazar algunas de las líneas temáticas de La Moisés. Un acto de fe, propuesta teatral rosarina que, en tono de comedia dramática, desanda la historia de una santa pagana nacida en Brasil y criada en la provincia de Corrientes, que se instala en el barrio Refinería de Rosario donde recibe diariamente a cientos de seguidores que llevan plegarias y ofrendas, anhelando dar fin a los variados conflictos que los aquejan.
La obra, que este jueves a las 20 se conocerá en el Teatro Municipal La Comedia en el marco del ciclo Los jueves de primavera, surge a partir de una idea y con dramaturgia y dirección de Maru Lorenzo y Vicky Olgado, con las actuaciones de Adrián Giampani, Emiliano Dasso, Cecilia Li Causi, Gabriela Bertazzo, María Belén Ocampo, Mary Sojo y Luciano Matricardi, con vestuario de Ramiro Sorrequieta, diseño de escenografía y construcción de objetos de Estudio Marcia, ilustración de Romina Coletta, diseño gráfico de Maica Kojanovich Sojo, diseño sonoro y música original de Manuel Corvalán, asesoramiento en danzas rituales Lali Corvalán, prensa de Julieta Pisano (Yeite Difusión) y producción general de Dannae Abdalla.
En la propuesta, que transita ciertas lógicas del realismo mágico mixturadas con un realismo naturalista más tradicional y de fuerte impronta en el teatro argentino, durante una ceremonia grupal, fuertes interferencias espirituales provenientes de Brasil van a hacer que el destino cambie para siempre el rumbo de las cosas. “Esta comedia dramática acerca de lo inexplicable, de lo que escapa a la razón, de lo paranormal, desnuda en clave de humor las más profundas angustias existenciales; los dilemas universales que afligen a los seres humanos de todos los tiempos y lugares como el amor, el desamor, la soledad, la sexualidad, la maternidad, la identidad, el sentido de la vida y la muerte, la libertad, la felicidad”, adelantan desde el equipo artístico.
Con la fe en el teatro
“La idea de este montaje surge a partir de los cruces con la literatura, de haber leído La virgen cabeza de Gabriela Cabezón Cámara, pero también de La niña santa de Luz Vitoli; hay algo de eso que nos inspiró para hablar de esta santa pagana en lo que nos sucedía a partir de la pandemia; allí empieza a aparecer esta idea de dónde nos aferramos para seguir creyendo en algo, dónde hacemos hincapié más allá de nuestras creencias, si somos o no religiosos algo que ya no importa demasiado. Y todas esas respuestas, nosotras las encontramos en el teatro, en «un acto de fe» como se llama también La Moisés, en este salvavidas que nos trajo bastante luz. Somos un equipo entero que nos metimos en una burbuja de creación, haciéndonos miles de preguntas, muchas de ellas también existenciales, porque muchos de los temas que se tratan en la obra tienen que ver con esas preguntas que cada tanto se hace la humanidad entera”, dijo a El Ciudadano Vicky Olgado que, como Maru Lorenzo, es actriz, directora y docente, ambas desarrollan su práctica en Rosario y trabajaron juntas por primera vez en la serie web Quién pudiera, donde iniciaron un lazo artístico y una búsqueda compartida que las trajo hasta acá.
Respecto de una idea ya transitada en Cuna de lobos, su trabajo inmediato anterior, de contar historias que transcurran en un entorno y con problemáticas cercanas y reconocibles, Maru Lorenzo aportó: “Sin duda hay algo de esto de contar historias rosarinas, historias que transcurran en nuestra ciudad; es algo que me interesa desarrollar en el teatro y creo que es un buen disparador. En mis últimos trabajos, el contexto siempre fue Rosario y de alguna manera es algo que me permite desplegar fácilmente cuestiones que son propias de mi imaginario y al mismo tiempo facilita el diálogo con el potencial espectador. Siento que estas temáticas les resultan amenas y los convocan a escuchar y a mirar; proponen un ingreso a las historias que se vuelve más accesible”.
De curas sanadores
En una ciudad como Rosario, con un cura sanador como el Padre Ignacio que mueve multitudes en Natividad del Señor, la iglesia de barrio Rucci, no es casual que aparezca en el imaginario teatral local una propuesta de estas características. “El Padre Ignacio ha sido una gran fuente de inspiración; es un personaje de nuestra ciudad del cual todos tenemos alguna referencia ya sea directa o indirecta: seguro escuchamos alguna historia, nos contaron alguna anécdota, muchos han ido a su iglesia en busca de ayuda. De todos modos, trabajamos con una modalidad en el proceso creativo en la que yo me siento cómoda para crear y para escribir, que arranca con una primera fase de trabajo vinculada a la investigación; en principio trazamos diferentes ejes temáticos tanto en el campo de lo escénico a través de improvisaciones, creación de personajes y de todo lo inherente a ese universo, y por otro lado vamos tomando cosas que van surgiendo de la investigación de un trabajo más de mesa”, contó Lorenzo.
Y respecto de esos ejes temáticos, destacó: “Para esta obra en particular, los ejes temáticos fueron el río Paraná, su geografía, su cultura y biodiversidad, pero también el esoterismo, el mito judeocristiano de Moisés, las religiones afroamericanas, el candomblé en particular, y el sincretismo. En ese proceso de trabajo de mesa, vamos transitando por diferentes soportes: pueden ser documentales, ensayos, libros, música, poemas, danzas; vamos haciendo una investigación que involucra a estas cuestiones de diferentes maneras. Y en ese recorrido, uno de los soportes fue salir en la búsqueda de testimonios y, claramente, el mayor caudal estuvo dado por gente que nos contaba cosas vinculadas al Padre Ignacio”.
La seducción de lo inexplicable
“El hecho de poner en jaque nuestra profesión fue algo que nos motorizó a generarnos trabajo; hay veces en la que la realidad se cuela y algunas veces tratamos de evitarla. En esta oportunidad no fue así, porque La Moisés realmente fue un oasis en medio de la pandemia, un lugar a donde apostar, un lugar donde poder hablar de nuestros temores, de lo universal y de lo particular. Y siempre lo mítico, lo inexplicable, lo paranormal, eso que escapa a la razón, nos parece muy seductor porque nos parece muy teatral, por lo tanto era como inevitable que todo eso se nos colara en este proceso de trabajo”, destacó Olgado.
Y cerró: “Esta superposición cultural nace de la leyenda de La Moisés, que es ciento por ciento una ficción; pero el hecho de ese nombre, que le digan La Moisés, es por haber sido arrojada en una canastita hecha de hilos por el río Paraná. Se fue criando a la orillas del río, relacionándose con la naturaleza, con sus orígenes afro, con la posibilidad de traer algunas cuestiones del candomblé hacia Corrientes y el Chaco, porque eso es real y esas corrientes están bajando de Brasil hace ya varios años. Trabajamos e investigamos en eso, y ese trabajo nos permitió abordar un lenguaje, una forma de comunicarse del personaje con los demás y con la naturaleza. Proponemos un universo inventado que gracias al aporte de un gran equipo artístico nos ha permitido cerrarlo de todas las formas y frentes posibles; es muy interesante como se le puede dar vida a algo que supuestamente no existe pero que a la vez nos resulta muy familiar”.
Para agendar
La Moisés, escrita y dirigida por Maru Lorenzo y Vicky Olgado al frente de un gran equipo artístico, se conocerá este jueves, a las 20, en el Teatro Municipal La Comedia, de Mitre y Ricardone, en el marco del ciclo Los jueves de primavera. Las entradas generales, a 400 pesos, se podrán adquirir en la boletería de la sala o a través del sistema http://1000tickets.com.ar.
