por Gabriel Pennise
De aquellos cuatro triunfos consecutivos del Apertura 2009, Central pasó sin escala a sumar dos puntos sobre los mismos doce en juego, en el actual Clausura 2010. ¿Qué cambió? es la pregunta que se hacen sus hinchas. Y que Ariel Cuffaro Russo no parece poder responder.
Jesús Méndez, con aciertos y errores, era el alma de un equipo sin referentes. Su venta no se discute desde el negocio porque los casi tres millones de dólares que pagó Boca por su pase conastituyen una cifra difícil de rechazar. Además el deseo del jugador era irse, en Boca cobra casi lo mismo que cobraba en Central. Y contra la voluntad de los futbolistas es bravo luchar, el manual impone que hay que dejarlos ir. El error está en no haber buscado un reemplazante, o apuntar a refuerzos imposibles de conseguir.
Un carrilero derecho (un 8 en tiempos no tan lejanos) le hubiera permitido a Cuffaro utilizar a Jonatan Gómez como enganche, o media punta. El chico, ante Chacarita, mostrando su incapacidad para la marca, cometió 5 infracciones de un total de 12 durante el complemento, sumadas a las 3 del ecuatoriano Ambrossi, fueron la fuente de la cual Chacarita alimentó su posibilidad de empate. Tal cual aconteció. Gómez no es culpable de jugar en un puesto que siempre le resultó incómodo, y que desde la salida de Méndez pasó a ser tortuoso.
Llegó Lucho y solucionó los problemas de ataque. Es la frase que espera el pueblo canalla, todavía no. Debe recuperar ritmo de juego, categoría le sobra y eso en un rato quedó demostrado. Además, Zelaya sin la obligación a cuesta descansó sobre la presencia de Figueroa y jugó su mejor partido en lo que va del Clausura. Lo que falta es fútbol, los delanteros están, pero los asisten mal. Ese es el punto a mejorar. La zurda de Gervasio Núñez puede ser una opción, pero deberán agregarle fluidez al dominio de pelota en el medio.
Es difícil analizar el trabajo de un preparador físico en la pretemporada, al menos para alguien que es neófito en la materia. Entonces, hay que esperar por resultados. Y con ellos en la mesa puede decirse que visiblemente Central no está bien. Le faltó velocidad para arrinconar a Tigre en la derrota sufrida en el Gigante, y el viernes tampoco reaccionó cuando Chacarita lo llevó por delante. Nunca respondió con una contra apropiada. Está claro que el equipo perdió pressing, físicamente deja dudas.
El futuro inmediato es Banfield, con Milton Zárate y Núñez como titulares. Y con el Taladro jugando la Copa Libertadores por lo que pondrá suplentes. Una buena oportunidad para anotarse con una victoria que le cambie el semblante en un panorama que luce oscuro. La ineficacia mostrada contrasta con las muestras de fe y confianza, bienvenidas si tienen una base sólida, de Cuffaro quien no se cansa de repetir que, «no vamos a tener problemas, estamos progresando». Algo que solo él sabe evaluar.