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Una toma que se desactivó

Unas 20 familias habían ocupado un terreno en la zona de Circunvalación y Ayacucho, pero levantaron la medida luego de que el municipio acordara con ellos una reunión para buscar soluciones al problema.

Luego de que las imágenes que provenían de Buenos Aires alertaran sobre la toma de terrenos, en Rosario unas 56 familias tomaron ayer un terreno ubicado en Ayacucho y Circunvalación, en el barrio Molino Blanco. Los vecinos esgrimieron lo mismo que aquéllos que una semana atrás ocuparon el parque Indoamericano en Villa Soldati: que el lugar estaba “abandonado, es oscuro, se cometen delitos”; incluso afirmaron que tenían el apoyo de los vecinos de la zona, que querían evitar el “peligro” de convivir cerca de un terreno abandonado. Cerca de las 16, vecinos y gobierno acordaron una tregua. Y en ese sentido quedaron en reunirse hoy, para llegar a un acuerdo. “Pero si no hay acuerdo, volvemos a hacernos nuestras casas”, dijo uno de los ocupantes del terreno. Por su parte, el intendente Miguel Lifschitz reconoció que las familias que protagonizaron ayer la toma pertenecían al programa Rosario Hábitat y aseguró que en las próximas horas se va a solucionar el problema.

“Son casos puntuales que van a ser atendidos y están siendo estudiados. Siempre hay algún inconveniente con alguna de las familias, pero lo vamos a resolver”, dijo Lifschitz.

Sostuvo además que el de ayer fue un caso aislado, en el marco del programa que realizó Rosario Hábitat en Molino Blanco, que brindó soluciones habitacionales a más de mil familias.

Poca gente quedaba ayer a la tarde, no más de diez personas. La mayoría, jóvenes que aseguran que su familia fue creciendo y ya no tienen lugar en la casa de sus padres, donde varias familias viven amontonadas.

Leonardo David Cáceres tiene 20 años, y tiene un hijo. “Somos gente del barrio Molino Blanco, y estamos acá para tomar este predio porque necesitamos un terreno donde vivir, porque estamos cansados de estar en la casa de nuestros padres y depender de nuestras familias; nos queremos independizar de una vez por todas y como ayer nos pusimos a limpiar el terreno, aparecieron gente de Control Urbano, asistentes sociales y nos dijeron que el predio iba a ser pronto un dispensario”, sostuvo en diálogo con El Ciudadano.

“Hace cuatro años que esto está así, parece un bosque, no se puede ni entrar. A la noche no podés pasar porque hay pibes que se meten, se drogan, le roban a los vecinos y las cosas las esconden abajo del puente. La gente del barrio está contenta, ellos apoyan que estemos acá. Antes de que esto siga en la oscuridad, quieren que nosotros nos hagamos nuestra casa”, aseguró.

“Todos los que estamos acá vinimos por Rosario Hábitat, que hizo todo el barrio Molino Blanco. Y nos dijeron que venían a censarnos, y porque no teníamos cocina de cuatro hornallas no nos consideraron familia, siendo que tenemos hijos y esposa”, explicaron.

“Nos prometieron que mañana (por hoy)  alrededor de las 13 venían funcionarios de Santa Fe para hablar con nosotros. En el caso de que no venga nadie y no tengamos respuestas, vamos a intentar meternos y armar nuestras casas. No le pedimos nada a nadie, ni material, ni comida: pedimos un pedacito de terreno, nada más. Ni siquiera gente de afuera viene, somos todos del barrio, somos todos de Molino Blanco”, aseveró.

Cáceres contó que vive con su familia, es decir sus padres, sus hijos, esposa. “Pero llega un momento que uno se quiere independizar y tomamos este predio porque no hay nada hecho hace años”, destacó.

El joven afirmó que el terreno estaba en muy mal estado y que, antes de ocuparlo, tuvieron que limpiarlo. “Ayer estuvimos limpiando parte del terreno y queremos limpiarlo todo; no le pedimos camiones a la Municipalidad, vamos a recaudar plata con los vecinos para alquilar los camiones para que vengan a sacar todo la basura y los escombros que vienen a tirar en el predio, solamente pedimos un pedazo de tierra nada más”, aseguró.

“Si no tenemos una respuesta favorable, veremos qué hacemos; tomaremos la Circunvalación; pero no queremos llegar a ese punto. Queremos llegar a un acuerdo hoy, no la semana que viene, hoy se decide. Si no nos dan una respuesta como dijeron, vamos a empezar a levantar y si nos dicen que tenemos que sacar todo se lo vamos a pedir de otra forma. Lo que nosotros queremos es no tener problemas”, agregó.

Héctor Ariel Vallejos tiene  25 años y 3 hijos, y junto con Cáceres hacía el aguante en el terreno ayer a la tarde. “No es que alguien está pidiendo tirantes, chapas, alguna clase de material sino lo que nosotros estamos pidiendo es el lugar y este terreno no se está usando para nada. Hoy en día dicen que se está por hacer un dispensario, una plaza, un hospital. Pero tenemos dos dispensarios en la zona, el Centro Crecer Nº 5 y el otro que está por Bermúdez y Marco Polo, que es el dispensario Sur, y el (hospital) Sáenz Peña a menos de diez cuadras; hospital, ¿para qué?”, se preguntó.

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