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Una versión de “Woyzeck” que rompe los espejos para hacer foco en el femicidio

Judith Ganón dirige a un novel equipo de actores y actrices locales en “Escenas miserables”, un estallido escénico donde el texto del emblemático dramaturgo alemán George Büchner es el disparador. Se conocerá este viernes en La Comedia y el sábado y domingo en Espacio Bravo   

Un eco trágico y amargo que llega desde comienzos del siglo pasado para decir que el mundo no ha cambiado tanto es el que aparece a la hora de repensar una y otra vez la problemática central y las múltiples derivaciones de Woyzeck, la obra inconclusa (con múltiples finales posteriores) del dramaturgo alemán George Büchner, referencia ineludible del comienzo del expresionismo alemán que sirvió como disparador de Escenas miserables, espectáculo que bajo la dirección de Judith Ganón al frente de un novel elenco se conocer este fin de semana en la ciudad en La Comedia y Espacio Bravo.

La triste vida de un soldado perteneciente a la clase proletaria que sufre los efectos de una serie de personajes que hacen un culto de la deshumanización y que aparece en primer plano en la obra original toma aquí otros recorridos para volverse un manifiesto teatral: “Es un piedrazo en el espejo que nos refleja, una realidad que no cede, una opresión que agobia. Es, sobre todo, un experimento humano donde un femicidio nos interpela y nos sumerge en la tensión dramática”, plantean desde el equipo de trabajo a modo de presentación de la obra.

Escenas miserables surgió a partir del entrenamiento en la técnica de clown y máquinas teatrales de la cátedra de Actuación que dicta Judith Ganón, directora, docente, actriz y cantante, en la Escuela Provincial de Teatro y Títeres N° 5029, que luego se transformó en un proceso de investigación que se profundizó por fuera de lo académico y que ahora llega a las salas con una serie de funciones.

En ciernes, el novel grupo tomó Woyzeck “como fuente, como disparador”,  y se dejó “abrazar por su poesía potente y por la metáfora de ese cruel mundo que propone el autor”.

“El resultado de esa investigación es una comedia trágica con tintes grotescos y de humor negro. Como Woyzeck, estos personajes se preguntan sobre el lugar de la desigualdad del hombre pobre y de la mujer pobre en este mundo. Ese lugar de desigualdad donde se deja de ser sujeto y se pasa a ser un experimento o un objeto. Büchner nos conduce hacia un femicidio y es ahí donde decidimos hacer foco”, destaca el equipo que cuenta con las actuaciones de Julieta Ferreyra, Sol García Casanovas, Aldana Fernández, Luz Battagliotti, Esteban Manfredi, Mercedes Mansilla, Sabrina Marinozzi, Lautaro Mastandrea, Aldo Orellana, Brian Jon Russo y David Zoela, con diseño de iluminación de Diego Quílici, vestuario de Liza Tanoni, maquillaje de Ramiro Sorrequieta, fotografía de Matías Neirotti y diseño gráfico de Mercedes Mansilla.

Se esfuerza la máquina

Como referencia en el largo proceso de formación artística de la actriz, cantante y directora teatral Judith Ganón aparecen los talleres en máquinas teatrales creados hace algunos años por el maestro porteño Pompeyo Audivert, donde se ponen en tensión ciertas lógicas del automatismo, junto con un vasto recorrido en el clown, marcas que aparecen en éste como en otros trabajos de la artista, ya convertidas, en su fusión escénica, en una poética propia.

“Este grupo está integrado por alumnos míos de 2018 y esta obra fue cierre de año. Woyzeck es una obra que me interesa hace mucho tiempo y aquí la trabajamos desde el clown y las máquinas teatrales. Tuve la suerte de entrenar con Pompeyo Audivert por casi tres años además de la formación en clown con maestros como Guillermo Angelelli, Claudio Gallardou o Cristina Moreira. Y aquí es el clown en su máxima expresión y frente a eso las máquinas que buscan la mínima expresión del actor/actriz para después ir cambiando los ritmos; las dos técnicas tienen una cuestión corporal y extracotidiana que me interesan muchísimo en el teatro y que creo que confluyen en este trabajo», dijo Ganón sobre la misma lógica poética que transitó para montar Oxymoron, sombras del sueño, su obra anterior en la dirección y puesta en escena.

“El disparador fue el texto de la obra original; la palabra, la poesía, están. Pero en el momento del proceso nos vimos atravesados por el caso de Lucía Pérez, víctima de femicidio. En ese momento fue muy tremendo lo que se decía en el tribunal acerca de esta chica. Fue un caso de una violencia extrema y muy paradigmático que atravesó el proceso de montaje; la información de lo que iba pasando se nos empezó a filtrar en la poética de la obra, tanto en los momentos de entrenamiento como fuera de ellos, en las charlas con el grupo. Fue así que comenzamos a poner la lupa sobre esa escena tan tremenda, lo que también generó cierta derivación del clown a algo más vinculado al expresionismo grotesco en los registros de actuación. De hecho, hay como un corrimiento de ese clown más clásico, quizás el que se asocia con el circo, porque la obra va hacia algo más oscuro, donde las máquinas aportaron a lo colectivo y compositivo”, contó la actriz y directora acerca de la pulsión de la máquina teatral que “está a la vista de todes” en esta especie de arena de un circo negro donde “estalla un mar de cuerpos rotos, no binaries, que son el canal metafísico de la poesía del Woyseck”.

El territorio de la acción “es la pista de un circo criollo pobretón en dónde les actores toman el centro de la escena y tejen la trama. No se oculta la ficción. Se muestra el teatro dentro del teatro”, dijo Ganón acerca de esa fuerza de lo colectivo que destaca este trabajo que en 2020 ganó un subsidio de producción de obra del Instituto Nacional del Teatro.

“Les chiques tienen una cuestión con la corporalidad que es interesantísima, una entrega total –dijo la directora finalmente–. Estas criaturas-personajes ocupan el centro de atención de este circo y al mismo tiempo que no reniegan de la ficción tampoco tienen un sexo definido, son no binaries. Por momentos Woyseck es una mujer y en otros un varón; eso es algo que surgió también en el proceso frente al debate que quedó viejo respecto de todo lo binario porque claramente las nuevas generaciones nos están indicando el camino hacia otra cosa en relación con la identidad de género que es muy revolucionaria. Eso le da al material una riqueza extraordinaria, un gran despliegue de cuerpos que estuvieron detenidos en todo este tiempo y que hoy más que nunca están ávidos por actuar”.

Para agendar

El estreno de Escenas miserables tendrá lugar este viernes, a las 21, en el Teatro Municipal La Comedia, de Mitre y Ricardone. Las entradas generales a 500 pesos se adquieren a través de  http://1000tickets.com.ar o en la boletería del teatro en horarios habituales o dos horas antes de la función. El espectáculo dirigido por Judith Ganon, que desde este fin de semana también se presentará los sábados y domingos, a las 20, en Espacio Bravo, de Salta de Catamarca 3624, se recomienda para mayores de 16 años. Para las funciones en Bravo, las entradas se reservan a través del correo entradasespaciobravo@gmail.com. En ambos casos, las salas trabajan con aforos reducidos y uso de barbijos, entre otras restricciones, según lo establecen los protocolos covid-19 vigentes.

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