La desaparición de Mauricio «Caníbal o Mauri» Laferrara –condenado a dos prisiones perpetua como sicario del capo narco Esteban Alvarado– de la cárcel de Villa Devoto genera todo tipo de especulaciones en medio de un fuerte hermetismo tanto de las autoridades penitenciarias como judiciales sobre los avances la búsqueda de su paradero que comenzó este viernes. Las hipótesis que trascendieron fueron dos: una que es se fugó y la otra que lo asesinaron dentro del penal, por esto nadie confirma que se trató de una evasión. Respecto a esta última línea, este sábado surgió un trascendido de una fuente relacionada al caso de que el registro que se tiene de Caníbal data de este martes, el mismo día que asesinaron a puntazos en la Unidad 11 de Piñero a Gustavo «Bocha» Figueroa, un interno de 41 años, a quien relacionaban a Los Monos y tío de Cristian Enrique, una de las víctimas de homicidio por las que recibió una de las perpetua el año pasado Caníbal Laferrara en el juicio que compartió con su jefe Alvarado.
Inaudito: Caníbal, el jefe de sicarios de Esteban Alvarado, se esfumó de la cárcel de Devoto
El trascendido que relaciona el crimen del Bocha Figueroa y la inexplicable desaparición del rosarino de la única cárcel de la Capital Federal se asienta en que Laferrara, de 27 años, falta desde el martes en un caso inédito debido a que, de ser cierto, los guardiacárceles recién se dieron cuenta tras ocho recuentos generales, que son diarios y se dan a las 8 y a las 20. Lo que se supo fue que durante este viernes por la noche y la madrugada de este sábado, unos 150 penitenciarios requisaron cada rincón de la cárcel que abarca dos manzanas, sin tener novedades del interno. Las autoridades pusieron especial énfasis en la planta III del Pabellón 11 donde estaba la celda de Caníbal Laferrara.
La muerte en custodia de Figueroa fue a las 21.30 del martes pasado cuando, de acuerdo a lo informado por las fuentes oficiales, se desató una gresca entre internos del pabellón 17 de la cárcel de Piñero. Figueroa recibió múltiples heridas de arma blanca y falleció a los pocos minutos. También hubo otro recluso herido.
Fatal gresca en la cárcel de Piñero: un preso murió y hay varios heridos
El Bocha, sindicado como integrante de la banda Los Cuatreros de Cabín 9 y con estrechos vínculos con Los Monos, tenía una condena de diciembre de 2020 a cinco años de prisión por parte de la Justica federal de Rosario por considerarlo partícipe secundario en el secuestro extorsivo del comerciante de la comunidad gitana, Colián Miguel, de 76 años, cometido por cinco personas el 3 de septiembre de 2018 en su concesionaria de autos de Arijón y Crespo.
La víctima fue liberada a las tres horas en Presidente Perón y avenida Circunvalación. De la investigación surgió que los secuestradores le exigieron a la familia una suma millonaria, aunque ellos negaron que hubieran hecho el pago del rescate.
Figueroa fue detenido un mes más tarde del secuestro junto a siete personas en el marco de múltiples allanamientos en el barrio Cabín 9, de la localidad de Pérez. Fue el 21 de octubre y al día siguiente al menos cuatro personas, algunas con chalecos de la Policía de Investigaciones (PDI), emboscaron al sobrino de Bocha y se lo llevaron en un auto de la vereda de su casa, también en Cabín 9.
Se trataba de Cristian Enrique, quien nunca estuvo formalmente acusado en la causa por el secuestro de Miguel pero los pesquisas lo nombraban por debajo.
A los 20 días, una persona llamó a su madre y le dijo que el cuerpo de Cristian estaba en un zanjón de la ruta 14. “El bocón de su hijo está tirado a la salida de Soldini, por la ruta 14, entre el kilómetro 6 y 7. Decile al bocón del Bocha que se cuide con lo que dice porque con la mafia no se jode”, fue el mensaje que lo dio el interlocutor a la mujer, quien avisó al personal de la Policía Federal y tras un operativo hallaron el cuerpo del joven, de 23 años.
Por el secuestro y el asesinato a golpes de Enrique fue condenado a prisión perpetua Caníbal Laferrara en un juicio del año pasado donde también fue responsabilizado por participar en el homicidio similar del prestamista, también relacionado a Los Monos, Lucio Maldonado.
Por el monto de la pena, Bocha Figueroa recibió la libertad condicional aunque al poco tiempo volvió a prisión luego de que la Justicia federal lo procesara por infracción a la ley de Drogas 23.737 en el marco de una investigación que databa de 2017. Fue alojado en el pabellón 17 de Piñero y junto a otro recluso, Rodrigo Rígoli, también relacionado a Los Monos y con condena de 2020 por narcomenudeo. Fueron delegados de ese pabellón.
A principios de este año fueron trasladados a la Unidad Penal 1 de Coronda, donde en abril Rígoli fue hallado muerto en su celda y los investigadores no descartaban ninguna hipótesis aunque algunos indicios dieran cuenta de que se hubiera quitado la vida.
Tras la confusa muerte en custodia de Rígoli, Bocha Figueroa volvió al pabellón 17 aunque fuentes relacionadas al caso indicaron que ya no era la misma relación con los reclusos por lo que en el último tiempo era desafiado. El abogado defensor, Leonel Iesari representaba a la víctima, puso en duda la espontaneidad de la gresca y adelantó al periodista Martín Stoianovich del diario La Capital que se constituirá como querellante para participar de la investigación en la búsqueda de los instigadores de este homicidio en custodia del Estado.
De acuerdo con uno de los últimos trascendidos el crimen de Bocha Figueroa y la desaparición de Caníbal Laferrara coincide no sólo en que fueron el martes y el parentesco del primero con una de las víctimas del segundo sino que también vuelve a traer el enfrentamiento histórico entre las dos organizaciones criminales más complejas de Rosario: Los Monos y Alvarado.