Entrega, esfuerzo, coraje y muchísimo carácter. Una gran parte de Santa Fe está de fiesta esta noche porque Unión es el nuevo campeón de la Liga Argentina de básquet y consiguió el tan anhelado ascenso a la máxima categoría. Tuvo que batallar, claro está, frente a un rival difícil, que lo hizo estar contra las cuerdas durante la tarde noche en Ferro. El interno rosarino Cristian Scaramuzzino fue parte del elenco ganador.
Su profunda rotación, sus variantes para encontrar soluciones en todo momento, su ritmo alto y dinámico en ofensiva los llevó hasta estas finales. El mensaje que deja el Tatengue es la apuesta a los proyectos a largo plazo con un núcleo de jugadores formados en la cantera, con la renovación por segunda temporada consecutiva a un entrenador como Juanfra Ponce, un conocido en el club, en un combinado que se potenció con la llegada de jugadores de rol y jerarquía para la categoría como lo fueron Blossom, Isola y un refuerzo fundamental como Leo Lema.
El Tatengue lideró la conferencia norte con un récord de 20-8 y luego en playoffs registró una marca 6-2, para un total de 26 triunfos y 10 derrotas (72.2%). En las instancias finales dejó en el camino a Estudiantes de Tucumán, Ameghino y Villa San Martín.
El inicio del encuentro fue todo de Villa Mitre. El balance defensivo del conjunto bahiense rozó la perfección. Párrafo aparte para José Gutiérrez. El base de Villa fue el factor decisivo en este primer período. Mandó adentro de la cancha, asistió e hizo jugar a sus compañeros y tuvo una gran actuación en ofensiva con 7 puntos, uno de los goleadores de este cuarto.
El Tatengue no encontraba su brújula en ataque. No podía imponer su ritmo alto y su juego dinámico que siempre propone y que tanto lo caracteriza al Tate. Con Erbel De Pietro (7 tantos seguidos en el segundo parcial) como bandera, el elenco santafesino intentaba acercarse en el tablero. Pero los Guerreros dominaban con paciencia, con su estilo marcado para bajar las posesiones, más seteado y con mayor control de balón llevó a su rival al ritmo en donde ellos se sienten cómodos. Unión se fue al descanso arriba por cinco (40-35) con un mayor control en el parquet que Villa que se reflejó en los números – 43% en tiros de campo frente a 35%.
Unión encontró su mejor versión cuando estuvo contra las cuerdas en el inicio del tercero. Con una ráfaga de 8-2 se adelantó en el marcador por uno (42-43) y defendió agresivo, de una manera asfixiante que no le permitió reacción a un Villa Mitre al que en dos oportunidades se le consumió el tiempo en el reloj de 24. En esos momentos creció también la figura de Cedric Blossom en el poste bajo, que demostró su jerarquía y oficio para jugar este tipo de instancias. Andrés Jaime fue otro de los artífices de esta levantada. El conductor salió en un momento del partido por una molestia en su rodilla pero esto no lo impidió lucirse y alzarse como la estrella en esos instantes decisivos. Los bahienses no tuvieron reacción, a falta de 4:21 para que termine el anteúltimo capítulo solo habían convertido dos puntos. Corazón, entrega, una muralla atrás para incomodarle cada uno de los tiros a Villa Mitre. Se soltó, y en ofensiva comenzó a desplejar el juego en el que siempre se destacan y con el que vuelan en la cancha.
Pero los bahienses si hay algo que saben es de entrega y corazón. Con un tremendo parcial de 7-0 emparejaron el encuentro en 60 y otra vez todo fue palo a palo, pelota por pelota. Villa Mitre creció en la toma del rebote defensivo y supo contrarestar nuevamente los avances de los santafecinos. Fue una lucha anímica y mental, donde a medida que crecía la confianza para uno disminuía para el otro. En el desenlace final, Ramiro Heirich se convirtió en el faro de Villa y cada uno de los cinco iniciales terminaron con números por arriba de las 10 unidades. Los últimos minutos fueron parejísimos, luchados hasta el final, cada pelota como si fuera la última. Parecía que lo tenía el Tate, con un gran parcial de Leo Lema que lo llevó a estar al frente pero un tiro de tres de Fede Harina llevó a Villa Mitre a ganar por 2 (75-73). En el último suspiro con solo tres segundos, Lema fue el alma de Unión porque anotó dos puntos vitales para el empate y para dejar con vida a su equipo en un suplementario cuando parecía que todo estaba perdido.
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Y en ese suplementario, el Tatengue batalló con Maxi Martín, con Lema, con Blossom. Creció en confianza, entendió que era hoy su noche y así lo cerró 82 a 79 para coronarse en el mítico Estadio Héctor Etchart. Jaime terminó como el goleador con 17 puntos, pero Leo fue doble-doble figura con 15 y 12 rebotes. En Villa Mitre, Heinrich culminó con 23 y 10 rebotes. En tiros de campo hubo una gran paridad – 39% iguales- pero Unión se destacó como siempre desde su banquillo con 27 tantos y desde el contraataque con 18.