El cierre de la 16ª fecha del Apertura fue en Santa Fe. En el estadio de Unión, el local igualó 0-0 con Independiente, en un partido que quedará rápidamente en el olvido por lo mal que jugaron los dos.
La primera etapa fue muy pareja. Apenas una leve superioridad por parte del Rojo. Pero no lo suficiente para abrir el marcador. Tuvo más la pelota y siempre intentó jugar por abajo.
De todas formas las dos más claras fueron para el equipo de Ramón Díaz, que en un minuto hizo trabajar a Enrique Bologna. Primero fue un disparo de Matías Defederico que el arquero envió al corner y luego un cabezazo de Gabriel Milito, que el ex Banfield mandó por arriba del travesaño en una acrobática atajada.
Unión no encontró los espacios y abusó demasiado del pelotazo frontal para que Jerónimo Barrales oficie de pivot. Paulo Rosales se mostró demasiado errático y por ende al Tatengue se le hacía muy difícil crear ocasiones de peligro.
La parte complementaria no varió en nada. El cero a cero reinante era el resultado lógico entre dos equipos que no contaban con el ingenio suficiente para marcar.
Los minutos pasaban y el empate, tanto al local como al Rojo, les sentaba bárbaro. Al Tatengue para seguir sumando en su afán de engrosar su promedio y para Independiente un punto significaba muchísimo en su misión de entrar ala Copa Libertadores.
El árbitro, Luis Álvarez pitó el final y ambos se fueron chochos con un punto. Unión sigue siendo una grata sorpresa e Independiente, desde la llegada de Ramón Díaz, mejoró notablemente en juego y en resultados.