Un pibe o una piba picando una pelota, tan simple como eso, encontrándose con la hermosa dificultad de que se pongan de acuerdo las piernas, los brazos y la naranja en esa loca coordinación motriz que provoca tempranas broncas y frustraciones, pero luego alegrías y diversión con el paso del tiempo. Anotar o no será cuestión de la próxima clase, de otro desafío, de encontrar la fuerza y la dirección para desatar el grito, ese que será de gol aunque no se trate de fútbol.
Un hermoso desafío es que todos tengan la posibilidad de intentarlo, de disfrutarlo, que no dependa de poder pagar una cuota, de disponer de una pelota, de unas zapatillas caras o una camiseta. Y aquellos que pugnan por este ideal, que tratan de transformar en realidad una utopía, merecen el aplauso sincero.
En este caso es el básquet de Provincial uno de los que intenta caminar este sendero de la inclusión y de brindar oportunidades, iniciativas, con un proyecto que une a las escuelas con el club, tal vez las instituciones más decisivas en la formación detrás de la familia.
“Nuestro deseo es poder garantizar a los chicos y chicas de las escuelas del barrio dos o tres años de básquet en el club a la par de que realizan la Primaria. Iniciamos esta idea el año pasado con sexto y séptimo grado de las escuelas Latinoamérica y Pedro Arias, y en esta ocasión apuntamos a tercer y cuarto grado de las escuelas Latinoamérica y República de Bolivia para que puedan permanecer más tiempo en el aprendizaje”, explica Lucho Bloch, quien se puso al hombro el desafío como profe y también como el grupo que gestiona todo lo necesario para llevarlo a cabo: “Se fue a buscar a las empresas que permitieron becar a los chicos y darle la merienda cada vez que se terminan las prácticas de miércoles y jueves”.
El contacto se hace con la dirección de las escuelas y como la recepción es siempre muy favorable, se genera un ida y vuelta con diálogo fluido desde la primera invitación a participar hasta el balance de cada una de las semanas de entrenamiento.
En las últimas semanas los mini deportistas y sus familias recibieron un par de noticias fantásticas que les permitieron vivir experiencias nuevas y de mucha alegría.
“Participamos de nuestro primer encuentro en el Estadio Municipal junto a escuelas deportivas y diferentes playones de la Municipalidad (que realizan un gran trabajo y también generan becas para los clubes). Fue una hermosa experiencia y la primera vez en la que los familiares los pudieron ver jugar. Están todos re enganchados”, contó Bloch, quien además es jugador del equipo de Primera B y aquí en la dirección técnica de los chicos trabaja junto al jugador de la Primera A Tomás Gómez Platia, al juvenil Tiago Simón y al PF y DT Renzo Bertolone.
Los chicos y sus padres también disfrutaron de otra gran posibilidad: concurrir como invitados a ver los partidos de Provincial en la Liga Federal. “Queremos generar pertenencia, son familias del barrio y el club es parte del barrio y la comunidad, no queremos que vean de afuera al club”, cuenta Bloch.
Aprender, jugar, disfrutar. Ese derecho que debe protegerse, cuidarse y que tantas veces es increíblemente pasado por alto. Al básquet de Provin y a todos los que lo intentan en diferentes ámbitos, felicitaciones.
Los que dan una mano
Las once empresas que actualmente acompañan la iniciativa son MSR, La Segunda, San Cristóbal, Depaoli&Trosce, Mutual de Empresarios, Coinag, Rosental, Avalian, Previnca, Berkley y Sanatorio Laprida.