El masivo operativo de guerra de Israel contra Hamás en Gaza tiene entre sus víctimas recientes a Alon Lulu Shamriz, un argentino de 26 años, uno de los tres rehenes tomados por el movimiento islámico que habían conseguido escapar pero fueron fusilados «por error» por las propias fuerzas de ocupación enviadas por Tel Aviv. En el descargo, el Ejército israelí argumentó que los soldados sospecharon que el palo con un trapo blanco que ondeaban las tres víctimas pidiendo ayuda «podía ser una trampa».
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, calificó el episodio como «una tragedia insoportable». Los otros acribillados fueron Yotam Haïm, de 28 años, y Samer al Talalka, de 25. Alon había sido secuestrado por Hamas durante el brutal ataque del 7 de octubre. Vivía en el kibutz Kfar Aza, donde unas 63 personas fueron asesinadas por los milicianos palestinos.
«Las fuerzas en Gaza están todo el tiempo enfrentando emboscadas, la presión es extrema», justificó el vocero israelí Daniel Hagari. Entre lo que se comenzó a filtrar del incidente ocurrido en Shejaiya, en el norte de Gaza, es que los tres jóvenes pidieron ayuda en hebreo a los soldados judíos. Pero ni eso, ni agitar un trapo blanco, los salvó de la lógica de disparar ante cualquier sospecha que manejan las tropas de ocupación.
El ejército expresó su «fuerte arrepentimiento por el trágico incidente», y estas muertes elevan a 22 el número de rehenes fallecidos confirmados, de un total de unas 250 personas que fueron llevadas por la fuerza por Hamás a la Franja de Gaza. De ellas, 110 fueron liberadas y 129 permanecen cautivas sin que se sepa si están vivas.
«Los tres rehenes, de entre 25 y 28 años, aparecieron a unos metros de una de nuestras posiciones en el barrio de Shejaiya», señaló un vocero militar, agregando que «cuando uno de los soldados los vio, no llevaban camisetas y tenían un palo con una tela blanca, pero el soldado se sintió amenazado y disparó pensando que eran terroristas».
«Allí dos de los rehenes murieron», precisó la fuente, «y el tercer rehén fue herido, por lo que corrió hacia un edificio cercano». Entonces, «los soldados escucharon un grito de ayuda en hebreo, y el comandante del batallón ordenó que cesaran los disparos», indicó el mismo vocero. Y admitió que «pese a esa orden, se volvieron a disparar ráfagas hacia la tercera persona, y entonces murió».
Los rehenes asesinados son apenas una parte de los miles de muertos que Israel adjudica a «daños colaterales» de la ofensiva sobre Gaza. EN esos territorios invadidos, ya suman 18 mil los muertos bajo las balas y las bombas israelíes. La mayoría de las víctimas son civiles, y entre ellos miles de niños.
Familiares en protesta
Tras una primera protesta el viernes, familiares de rehenes tenían previsto concentrarse de nuevo este sábado en Tel Aviv para pedir la liberación del resto de cautivos. «Me estoy muriendo de miedo. Exigimos un acuerdo ya», declaró Merav Svirsky.
Un acuerdo de tregua, mediado por Qatar, Egipto y Estados Unidos, permitió a finales de noviembre una pausa de los combates de una semana y liberar a más de 100 rehenes a cambio de 240 palestinos encarcelados en Israel. Actualmente, aún quedan 129 rehenes en Gaza.
Tras el anuncio de la muerte de los tres rehenes, la web de noticias Axios informó que David Barnea, director de la agencia israelí de inteligencia, el Mosad, tiene previsto reunirse el fin de semana en Europa con el primer ministro qatarí, Mohamed bin Abdulrahman Al Thani, para contemplar una segunda fase de tregua que permita liberar a más retenidos.
Tierra arrasada, civiles y periodistas masacrados
La ONU y varias ONG describen las condiciones de vida en la sobrepoblada Franja de Gaza, asediada por Israel desde el 9 de octubre, como una pesadilla. Los civiles palestinos se hacinan en zonas cada vez más reducidas.
Alrededor de 1,9 millones de habitantes (un 85% de su población) fueron desplazados, según la ONU. Muchos tuvieron que huir varias veces, a medida que los combates se extendían por el territorio.
Hamás dio cuenta el sábado de «combates encarnizados» en el sector de Jabaliya (norte), de ataques aéreos y disparos de artillería en Jan Yunis, nuevo epicentro de los combates en el sur del enclave.
Ante la creciente presión internacional, especialmente de su aliado estadounidnese, Israel anunció la apertura «temporal» de un punto para permitir la entrega de ayuda a Gaza por el paso fronterizo de Kerem Shalom.
La medida pretende descongestionar el paso de Rafah, fronterizo con Egipto, único punto de entrada de víveres y medicamentos. Desde el inicio de la guerra, la ayuda entra por este paso con cuentagotas y depende de la autorización de Israel.
Además de los civiles, más de 60 periodistas y personal de los medios de comunicación han muerto desde el inicio de la guerra, según el Comité para la Protección de Periodistas. Recientemente, el fotógrafo Mustafa Alkharuf, de la agencia de prensa turca Anadolu, resultó herido tras ser golpeado por policías israelíes en Jerusalén este, anexionada y ocupada por Israel.