Unos cincuenta jóvenes que transitaron talleres del programa Santa Fe Más fueron seleccionados para capacitarse en el taller de Soldadura Smaw del Centro Tecnológico José Censabella, ubicado en el Parque Industrial de Alvear. Se dictarán cuatro cursos durante todo el año donde cada uno tiene una duración de dos meses y contará con grupos de 12 alumnos, quienes recibirán la certificación de competencia sobre soldadura industrial. Esta iniciativa tiene la particularidad de ser la primera en llevarse a cabo a través de un acuerdo interministerial donde Desarrollo Social aportó la selección de las y los jóvenes que transitaron el Santa Fe Más mientras que los Ministerios de Trabajo y Producción se hicieron cargo de las horas de capacitación y los insumos. El curso se inauguró a mediados de mayo con el primero de los grupos que cuenta con cinco chicas y siete chicos, quienes pertenecen a distintas organizaciones de Rosario y Villa Gobernador Gálvez. Daiana Grismondi y Matías Grossi son dos de los alumnos que transitaron el primer curso y contaron las expectativas que les generó esta experiencia. En tanto, Juan Ignacio Discoli Biain, acompañante del programa de estos cuatro trayectos pedagógicos, y Omar Berrocal gerente técnico del Censabella dieron precisiones sobre esta formación y sus objetivos.
Taller de Soldadura Smaw
«Es un proyecto a futuro, sin dejar de lado la contención, lo que se busca es recomponer la cultura del trabajo genuino, reactivar ese circuito. Que los chicos y chicas tengan esta certificación de competencia que es una puerta al mundo laboral», dijo Juan Discoli Biain y señaló que en la selección se buscó que entre los 12 jóvenes de cada grupo hubiera una equidad entre mujeres y varones.
«Estos perfiles van a quedar en una bolsa de trabajo no sólo en el Censabella sino también en el Ministerio de Trabajo. El objetivo es contener y el horizonte es la salida laboral «, destacó.
Con respecto al primero de los grupos, el acompañante sumó que terminaron de cursar las ocho clases en julio y estuvo integrado por jóvenes de la zona sur, norte, oeste y sudoeste de Rosario y de Villa Gobernador Gálvez. Juan agregó que los martes asistieron al Ministerio de Trabajo para cursar sobre qué implica un trabajo y reflexionaron desde derechos y responsabilidades hasta la confección de un currículum.
En tanto, Omar Berrocal del Centro Tecnológico destacó que «lo más notable que tiene estos cuatro cursos es que son tres ministerios los que aunaron y optimizaron sus recursos para poder hacerlo porque no son baratos».
El gerente técnico explicó que el objetivo de esta formación es que puedan entrar a una empresa y soldar. «No sólo se les enseña a soldar sino también las condiciones de seguridad e higiene. Nosotros certificamos que esa persona es competente para Soldadura Smaw», dijo.
Omar es ingeniero mecánico con postgrado en ingeniería nuclear, trabajó en Atucha II, es uno de los fundadores del Censabella y forma parte de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (AIM), pero ese recorrido no hace que deje de entusiasmarse cada vez que pasa por la sala
donde los chicos y las chicas están soldando. Les revisa las piezas, les da consejos y si no está bien, les explica de manera pedagógica. «A mí me encanta esto. Es una pasión que tengo, me divierte», así define Omar su trabajo.
El Centro Tecnológico José Censabella está presidido por Sergio Vacca y funciona en el predio que tiene el Parque en el kilómetro 128 de la ruta provincial 21. Tiene más de treinta cursos y, por ello, Omar contó que eligieron la Soldadura Smaw por ser el primero de los escalones y la más universal. «Una persona tiene que hacer una reja en su casa y tiene que saber soldar con electrodos. Si vamos hacia la industria tiene mucha salida laboral. Es una herramienta muy valiosa», enfatizó.
El gerente técnico señaló que «la formación por competencia es muy interesante porque es el método más rápido de impartir conocimiento cuando tiene que ser por habilidad. Los chicos tienen la capacitación con David Luque, que es uno de los primeros docentes que se formaron en el Censabella.
En una sala se dicta la teoría y en otra tienen cascos fotosensibles, materiales de seguridad y se compraron dos mil probetas –chapas– para que suelden y practiquen en las mesas especiales», enumeró.
Un trabajo estable
Matías Grossi (29) es uno de los jóvenes seleccionados que transitaron el primero de los grupos de este trayecto pedagógico. Es de barrio Matheu y miembro desde hace casi un año de la Cooperativa El Puño, ubicada en Doctor Riva 1677, donde hace trabajos de herrería y carpintería. «Muchas veces sabés lo práctico, pero acá incorporas lo teórico. Esto es con máquinas industriales y no tiene comparación. Es incorporar conocimientos y, obviamente, lo que uno anhela y espera; la posibilidad de un trabajo estable», explicó sobre el taller.
Matías contó que se acercó al Puño para buscar alternativas. «Estuve tres años detenido, hace dos que salí y se me hizo muy difícil la reinserción social. Tuve diferentes oportunidades de trabajo y se me cerraron al tener antecedentes», explicó y recordó una de esas experiencias truncas cuando se presentó en una empresa multinacional.»Pasé todos los exámenes y en la última entrevista, la chica de Recursos Humanos me dijo que tenía el uniforme listo para dármelo pero como mi prontuarial tenía antecedentes, no iba quedar. Nunca hay que bajar los brazos y ahora hago todos los cursos que puedo», dijo y fue la única vez que habló mirando el piso.
Matías se repuso rápido al contar que tiene una hija de un año y que fue uno de los que habló en la inauguración donde el gobernador Omar Perotti presidió el acto que dio inicio al taller de soldadura el viernes 14 de mayo en el Parque Industrial de Alvear.
«No tenía un discurso preparado, me salió espontáneo y lo que hice fue agradecer al gobernador la oportunidad porque esto tiene un costo para la provincia y que se enfoque en gente como nosotros, es importante. En mi caso lo veo así, llevo casi dos años en libertad y fueron pocas las posibilidades que me brindaron pero uno busca progresar y no ir para atrás», reflexionó.
Una propuesta con salida laboral
Daiana Grismondi (20) hace tres años que está en el Centro Comunitario 27, de bulevar 27 de Febrero y Brasil, en barrio Godoy, y fue otra de las seleccionadas. Daiana también habló en el acto donde no sólo estaban presentes el gobernador, funcionarios de los Ministerios de Desarrollo Social, Trabajo y Producción y las máximas autoridades del Censabella sino también muchos de los empresarios que tienen sus plantas en el Parque Industrial. «Me ofrecí pero no pensé que íbamos a hablar delante de todos. Hablé con nervios. Fue como cuando vas a buscar trabajo», contó Daiana y reparó que le agradeció al gobernador por no hacer distinciones de género.
«Todo el mundo dice que esto es para hombres y no hay género para soldar. Gracias a que hablé conseguí una oportunidad para mí y una de mis compañeras porque después se acercó una señora y nos preguntó si nos interesaría participar de un proyecto. La busqué en internet y es la primera mujer entre 52 hombres en la metalúrgica. Esto no sale en los medios pero incentiva a otras mujeres a meterse, a involucrarse».
En principio llama la atención que Daiana, quien estudia en la Facultad instrumentista quirúrgico y está en talleres de panificación y pastelería, haya pedido ser parte de la capacitación pero deja en claro que está dispuesta a aceptar cualquier desafío para sumar experiencias que la llevarán a conseguir un empleo formal. «Se me dio la oportunidad y me anoté. Todo lo relacionado a la industria tiene mucha salida laboral», sostuvo.
Con respecto al taller de Soldadura, destacó la ayuda que significa tener una certificación porque les brinda la posibilidad de que sus datos queden en el Censabella u en otra bolsa de trabajo. «Este curso te abre puertas porque cuando vas a algún lado y mostrás el certificado, generalmente llaman y acá quedó todo: el compañerismo, lo que aprendiste, la responsabilidad», cerró Daiana.
Acerca del Censabella
Como uno de los fundadores, Omar hizo un repaso por cómo comenzaron en la formación y asistencia técnica para el desarrollo industrial en la región que ya lleva 26 años. «Me ocupé casi siempre del área de capacitación en la Asociación de Industriales Metalúrgicos. Te hablo del año 1984 y eran cursos de tratamientos térmicos. Con la incorporación de todo lo que es control numérico (CNC) tuvimos que hacer una reconversión industrial que tuviera en cuenta la ampliación de la oferta del personal con esas habilidades», empezó.
«En esto nos ayudaron unos franceses que tenían mucha experiencia a través de un convenio con la Unión Europea (UE). Después de un par de proyectos, no pudimos seguir porque la UE sacó a la Argentina como un país en desarrollo y ahí nos dijeron que nos podían ayudar desde el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Nos pusimos en contacto y armamos un proyecto de Formación Profesional por Competencias Laborales y es lo nosotros hacemos acá desde 1995», contó y sostuvo que con este proyecto fueron uno de los cuatro beneficiarios para ser financiados por el Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin).
«Estuvimos cuatro años desarrollando ésta tecnología. En un momento tuvimos a 50 profesionales trabajando en lo que sería el know how –saber hacer– para que la formación por competencia estuviera regida por una norma», señaló.
«Primero estuvimos en el edificio del Conicet. Teníamos un sucucho que se nos inundaba cuando llovía, pero lo solucionamos. Ahí funcionamos en un lugarcito que nos dio la Dirección de Asesoramiento Tecnológico (DAT)», recordó para agregar que Miguel Conde, que estaba en el consejo directivo del Parque Industrial, se contactó para ofrecerle un espacio que ellos ya tenían destinado para capacitación y después de firmar un acuerdo, se instalaron.
El gerente técnico resaltó que las formaciones por competencia como están llevando a cabo los chicos y chicas del Santa Fe Más son beneficiosas. «Esto es perfecto porque las empresas nos piden personal que sea del primer empleo porque los pueden seguir formando de acuerdo a sus normas», concluyó.