La Universidad Nacional de Rosario (UNR) convocará a todas las facultades para diseñar un protocolo unificado que atienda situaciones de acoso, abuso y violencia de género. El texto imitará a los que funcionan en las facultades de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, Humanidades, Psicología, Ingeniería y Derecho. La iniciativa responde a los pedidos de las referentes de los protocolos aprobados y del área de género de Coad y resurgió luego de los escraches públicos que estudiantes de Medicina y Arquitectura hicieron por las redes sociales contra docentes universitarios. En tanto, a través de un comunicado, la UNR informó que el rector Héctor Floriani abrirá sumarios académicos para investigar las acusaciones que pesan sobre al menos dos profesores.
“Es necesario dar una respuesta común para estas situaciones. Estamos abocados a ese trabajo que nos llevará un tiempo. Una vez acordado el protocolo deberá ser aprobado por el consejo superior y seguirá los pasos administrativos”, explicó Rubén Chababo, secretario de Derechos Humanos de la UNR.
La semana pasada alumnas de la Facultad de Arquitectura escracharon por comentarios misóginos y machistas a varios docentes en las redes sociales y en las paredes de la facultad. Esta semana las siguieron las de Medicina, Fonoaudiología y Enfermería. Más allá del escrache público, hay dos denuncias formales en la Secretaría Jurídica de Arquitectura y otras más en la asesoría legal de Medicina. Desde la Secretaría de Derechos Humanos aseguraron que evaluarán los casos y las responsabilidades.
“Queremos ser cautelosos y cuidados para actuar con la seguridad y la claridad necesarias. Una cosa es lo que puede circular en las redes sociales, y otra lo que puede constatarse en un espacio institucional. Tenemos que actuar con responsabilidad y atender los reclamos cuando lleguen a los espacios dedicados a escucharlos para darle garantías a las alumnas de que serán contemplados de manera cuidadosa”, señaló Chababo.
Sumarios
A través de un comunicado, la UNR informó que el rector Héctor Floriani abrirá sumarios o juicios académicos “ante las denuncias publicadas por medios locales, acerca de situaciones de violencia basada en el género que se habrían cometido dentro de su ámbito”.
El Área de Sumarios de la Asesoría Jurídica de la UNR investigará las situaciones, evaluará las responsabilidades y las derivará al tribunal académico.
“La UNR ratifica su compromiso en la lucha contra la violencia basada en el género, como así también contra todo tipo de violencia y discriminación. Se materializa en el sostén académico, económico y material dado a un importante número de áreas, programas y actividades relativas, que tienen lugar en sus unidades académicas y en el Rectorado”, señaló el comunicado.
Protocolo
La facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la UNR fue la primera en implementar un protocolo de atención para situaciones de violencia de género.
Le siguieron Humanidades, Psicología, Ingeniería y Derecho. Después de los escraches públicos de alumnas en redes sociales y con carteles en los pasillos de La Siberia, los consejos directivos de Arquitectura, Ciencias Médicas y Agrarias harán lo mismo. Para la docente y una de las responsables del protocolo que funciona en Ciencia Política, Noelia Figueroa, es necesario que la UNR apruebe un protocolo común y general.
El paso siguiente será proponer que un solo equipo interdisciplinario atienda todas las situaciones con perspectiva de género.
“Las facultades no tienen la capacidad de llevar adelante una investigación y una sanción. Los casos llegan a la asesoría jurídica y no avanzan. No hay abogadas con perspectivas de género, no hay criterio de celeridad, y muchas veces revictimizan a las denunciantes porque les hacen repetir la historia”, explicó Figueroa a El Ciudadano.
El año pasado las referentes de todas las facultades junto con el área de género de Coad (el gremio que nuclea a los docentes universitarios) y el programa de Género y Sexualidad enviaron al Consejo Directivo de la Universidad un borrador para un procedimiento unificado.
El texto incluye un plan de acción y un protocolo. Habla de visibilizar y desnaturalizar las conductas machistas y discriminatorias, y prevé la creación de un equipo integrado por abogados con perspectiva de género para que investigue los casos.
El borrador también plantea la creación de un equipo interdisciplinario que trabaje con los referentes de cada facultad.
“El anuncio de la UNR es una buena noticia si toman como base el protocolo que armamos las referentes. Estamos esperando una devolución para consensuar y avanzar en las herramientas legales”, agregó.
Figueroa acompañó a denunciar a una alumna de Arquitectura y se reunió con estudiantes de Medicina. Para ella, los escraches mostraron la fuerza de un movimiento decidido a no callarse más.
“Fueron acciones que con pocos recursos lograron lo que no hicieron las instituciones: evidenciar las violencias machistas y demandar un tratamiento. No hay canales para la denuncia formal. Hay impunidad y falta de escucha. Está vinculada a la burocracia o a las reacciones defensivas para proteger la trayectoria de la facultad antes que a las mujeres”, opinó Figueroa.
Sobre el escrache
Figueroa ensayó algunas definiciones en torno el escrache y el rol que ese tipo de manifestación tomó en estos casos. “El escrache siempre fue un mecanismo de visibilizar la falta de Justicia”. “Lo desaconsejo porque expone a la denunciante. En estos casos mostró un patrón de conducta. Sirvió para sacar del closet algo que está legitimado: cómo la violencia puede adquirir formas de discriminación en el marco de la desigualdad de poder”, explicó.