Otra vez Maxi Urruti. Dos jugados, dos goles anotados. Gerardo Martino apostó a un nueve de la casa y el pibe le responde en la red. Y a diferencia de sus otras conquistas, esta vez el tanto tuvo un sabor especial porque sirvió para romper la racha negra de 17 partidos sin ganar y festejar en el Coloso después de ocho meses.
“Necesitábamos ganar, sabíamos que era importante para que el empate ante Estudiantes tenga más valor. Y además hacerlo en el Coloso nos permitió regalarle una alegría a nuestra gente”, comentó en el inicio de la charla Maximiliano Urruti, quien en pocos días recién cumplirá 21 años.
—¿Disfrutaste más este gol que los dos anteriores?
—Lo que queríamos era el triunfo. Que haya sido con un gol mío se disfruta aún más. Hacía mucho que no ganábamos en casa y le debíamos una alegría a la gente que tanto nos bancó en las malas.
—El Tata le había puesto un valor especial a una victoria ante Argentinos, ¿sentían esa obligación de triunfo más que otras veces?
—Creo que se vio que desde el inicio que quisimos ganar el partido. Está claro que a nosotros todo nos cuesta el doble. Tuvimos muchas chances de anotar y sólo pudimos convertir un gol. Por eso se disfruta más la victoria.
—Que la racha se haya cortado con un gol tuyo debe tener un valor especial…
—Estaba esperando un partido así. Cuando anoté mi primer gol el año pasado terminamos empatando y no tuvo sabor a nada (NdeR: fue empate 2-2 ante Olimpo). El otro día frente a Estudiantes tuvo otro valor, pero no ganamos. Este fue mejor porque a cualquiera le gusta convertir y que el gol sirva para quedarse con los tres puntos.
—El Tata dijo que a diferencia de otros centrodelanteros sos un jugador de equipo, pero debías darle más importancia a convertir. Le estás haciendo caso…
—Es cierto lo que dijo y me sirvió. Uno tiene que aportar para el equipo, eso forma parte de mi juego, pero si el nueve no hace goles no sirve de mucho. Por suerte ya son dos tantos en el arranque y eso me da más confianza.
—La jugada del gol arrancó con una gran maniobra tuya que dio en el palo, ¿tu mérito fue no resignarte?
—Un poco me lamenté. Cuando pegó la pelota en el palo pensé “si no entró esta no entra ninguna más” y cuando estaba agarrándome la cabeza veo que Pablo (Pérez) mete un centro bárbaro y me cayó justa para definir.
—Tanto que se pedía un goleador y la solución estaba en casa.
—(sonríe) Hay que estar tranquilo. Convertir ayuda mucho, para la confianza personal y para la de los compañeros. Pero tampoco es para ponerme el título de nueve goleador. Hay que seguir trabajando para sacar a Newell’s de esta situación y que la gente disfrute un poco más. Si puedo ayudar con mis goles mejor.
—Pensar que en el receso tuviste la chance de irte a Suecia y al final decidieron entre todos que debías quedarte.
—Yo sabía que cualquier decisión que tomara era un riesgo. Irme era arriesgado y quedarme no me garantizaba nada, ni siquiera jugar. Aposté por quedarme y por suerte las cosas me están saliendo bien.
—¿En cuánto influyó Martino en este momento personal?
—El Tata tiene mucho que ver. Él confió en mí y es una responsabilidad muy grande. Es un técnico muy claro en sus conceptos y creo que voy a aprender mucho. Por suerte por ahora le estoy devolviendo esa confianza con goles.