Por segundo día consecutivo, el tenis debate con la lluvia sobre el cemento de Flushing Meadows y durante la jornada del miércoles sólo se pudieron tener 15 minutos de acción.
Después de que el martes tuviera que cancelarse la jornada completa -algo que no ocurría desde 2009-, se reprogramó todo para el miércoles. Pero otra vez el agua hizo de las suyas y se interpuso en el normal desarrollo de la actividad.
Tres de los cuatro duelos de octavos de final del US Open habían empezado en los tres estadios del centro nacional de tenis Billie Jean King y fueron suspendidos a los 16 minutos de juego, después de haber comenzado con una hora y media de retraso por el mal tiempo.
El español Rafael Nadal se acercó al árbitro del partido tras disputarse el primer punto del cuarto juego para indicarle que, con la lluvia que estaba empezando a caer, no se podía seguir jugando. El partido marcaba un 3-0 a favor del luxemburgués Gilles Muller, en el estadio Arthur Ashe, el principal.
Tampoco le iban bien las cosas al otro español David Ferrer (5° cabeza de serie), que competía en el estadio Louis Armstrong, ya que perdía 3-1 contra el ídolo local Andy Roddick (21° preclasificado), campeón del US Open en 2003.
En el court del estadio Grandstand, el estadounidense Donald Young le ganaba por 2-1 al cuarto favorito del torneo, el escocés Andy Murray.
Tan sólo esos fueron los encuentros que pudieron dar comienzo y que al poco tiempo de iniciados debieron interrumpirse por lluvias. Y ya no habría más actividad en el resto de la jornada.
Para colmo, las previsiones en la ciudad de los rascaielos no son nada halagüeñas. La tormenta Lee dejará paso al huracán Katia y las lluvias se sucederán con intermitencia sin apenas tregua. Según la agencia metereológica internacional, los cielos no se desencapotarán hasta el próximo viernes, donde se espera que Nueva York amanezca despejado. Volverían las lluvias el sábado y a partir del domingo volvería a lucir tímidamente el sol. Con este panorama se hace difícil advertir cuando el tenis volverá a tomar protagonismo en el US Open.