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Usurpaciones, un delito que se repite en la zona sur

“Vayanse del departamento, le damos 24 horas”. La amenaza determina que una familia deje su casa ante la posibilidad de un desalojo a tiros

Las usurpaciones pasaron a ser moneda corriente en los Fonavi de zona sur. Desde el Ministerio de Seguridad admiten que hay varias investigaciones en marcha, pero admiten que pese a que lograron avances en las pesquisas, los fiscales no dieron órdenes de allanamientos para poder terminar con este flagelo que afecta en su mayoría a trabajadores que abandonan sus casas frente a amenazas y ante la posibilidad que le saquen la vivienda a los tiros. La mayoría de estas casas pasan a depender de bandas narcocriminales y son utilizados como búnker o aguantadero.

“Váyanse del departamento. Les damos 24 horas”. La frase salió de la boca de un joven encapuchado que, a través de una ventana, amenazó a una familia que vivía en un Fonavi de Grandoli y Gutiérrez. Las precisiones se evitan para resguardar a las víctimas, que cumplieron el pedido y no tienen planes de volver al hogar que habitaron durante más de 30 años en un barrio asolado por las peleas entre bandas.

El modus operandi de los usurpadores es conocido. Primero el apriete verbal, luego los disparos sobre viviendas. En este caso bastaron las palabras para sembrar el terror. “Lo único bueno es que no agarraron a tiros el departamento”, dijo la fuente, como si pudiese interpretarse como un consuelo. En enero, el Fonavi lindero de Lola Mora e Hipócrates fue blanco de ataques armados, al parecer, con el objetivo de amedrentar vecinos para que abandonen sus casas. En un departamento del núcleo 18, un tiro fue a pegar contra la mascota del dueño, Leónidas, un gato que dormía sobre un lavarropas, causándole la muerte.

“Ahora el departamento está desocupado porque si los vecinos ven algo raro enseguida llaman al Comando”, describió la fuente.

Desde el Ministerio de Seguridad admitieron que hay bandas que llevan adelante “planes criminales” para quedarse con viviendas. Según describen investigadores, una vez usurpada, una vivienda puede tener distintos usos, ya sea como aguantadero, búnker de drogas o lugar de escondite de armas o estupefacientes. “Las usurpaciones están vinculadas con el negocio narcocriminal”, admiten.

“O van a tu casa y te dicen tomátela, acá tenés una guita; o sino van directamente y te echan, te usurpan. Te pueden amedrentar primero con un par de tiros o mensajitos. A veces con lo puesto te tenés que ir”, dijo una alta fuente, quien admitió que hay investigaciones en marcha. “No sé cuándo los fiscales consideran que tendrán la información suficiente para hacer los allanamientos”, detalló.

“Esto pasa desde hace mucho. Pero ahora tenemos la ventaja del nuevo sistema penal y una Policía de Investigaciones (PDI) que está abocada, justamente, a investigar y está en permanente contactos con los fiscales. Antes las usurpaciones quedaban en la nada”, sostuvo un investigador.

Los ejecutores, según esta fuente, son pibes de “terceras líneas que son mandados. No tienen capacidad de elegir el lugar. Simplemente ejecutan la orden”.

Sin embargo, la persona que habló con este diario consideró que, más allá de los operativos y las detenciones, “llega a pensar que lo único que se puede hacer es tirar todo con una topadora”.

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