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Valeria, docente de una escuela del norte provincial, cuenta cómo fue el reencuentro en las aulas

La semana pasada algunas localidades de la provincia de Santa Fe retomaron sus clases presenciales. Así ocurrió en la escuela N°6072, en Tartagal, departamento Vera. La docente de Lengua y Ciencias Sociales habló con El Ciudadano sobre qué ocurrió en esa esperada vuelta

Por primera vez, en diez años de docencia, a Valeria Villalba le tocó dar clases a séptimo grado. Hasta el año pasado estuvo al frente de primero. A este desafío se sumó el de dar clases de forma virtual. El pasado lunes 19, después de siete meses de dictado remoto, su clase volvió al aula en la escuela N°6072 Herbert Spencer de Tartagal, en el departamento Vera. La docente tiene 39 años, es maestra de Lengua y Ciencias Sociales y trabaja en la misma escuela del pueblo, que tiene unos dos mil habitantes, a la que asistió cuando era una niña.

La semana que pasó volvieron a las aulas en algunas localidades de la provincia de Santa Fe: 56 establecimientos en total. En la escuela Spencer regresaron los dos cursos de séptimo, en grupos reducidos a la mitad -entre 7 y 8 por clase-, en tiempos reducidos y cada grupo sólo dos veces a la semana. Desde este lunes se sumó primer grado, en otro sector de la escuela que, según describió Valeria, es grande y cuenta con grandes patios: los alumnos no se cruzan en momento alguno.

Entre las distintas sensaciones que la recorren estos días, Valeria destaca la alegría de volver a encontrarse. También, las ganas de conversar de las y los estudiantes. “Al trabajar en pequeños grupos se sintieron con más posibilidades de charlar y volvieron con muchas ganas de conversar y contar sus vivencias. No sólo de la escuela, sino lo que les pasa en su vida personal. Esto no pasaba siempre porque quizás antes sólo eran tres o cuatro los que más charlaban, pero al ser grupos más pequeños todos se soltaron y lo que más rescato es el diálogo que están produciendo entre compañeros”, cuenta.

La escuela N°6072 es de nivel primario, así que a los directivos les pareció importante priorizar a los estudiantes del último año para que puedan culminar su ciclo lectivo en contacto presencial. Tartagal es una localidad ubicada en el norte de Santa Fe, que desde el inicio de la pandemia no reportó casos de coronavirus.

Sin embargo, están alertas y la vuelta a las aulas sólo podrá sostenerse si se cumplen los protocolos a rajatabla: distancia entre bancos y entre alumnos -sobre todo en los recreos-; barbijos puestos; higienización de manos, calzado y mochilas; cada uno con su propia botella de agua o vaso; chequeo de síntomas, en particular la fiebre.

Villalba cuenta orgullosa que todos los cuidados se están cumpliendo y que notó mucho compromiso en el estudiantado: “Están muy conscientes del protocolo, de cómo tenemos que convivir en este momento. Pudimos pensar en conjunto en el cuidado a los adultos mayores, decían: ojalá no nos pase nada porque tenemos abuelitos y no queremos que les pase nada. Entendemos que tenemos que cuidarnos y que si hay un protocolo hay que cumplirlo. El momento más difícil de la mañana es el recreo, donde hay muchas ganas de jugar y es difícil mantener las distancias. Sin embargo han podido cumplir”.

La docente cuenta que hay mucha circulación con los pueblos y ciudades aledañas, como Reconquista, y otras como Rosario y Santa Fe, pero hasta ahora no hubo contagios. Esperan que se sostenga y por eso refuerzan los controles y protocolos en cada espacio que tuvo apertura. “Buscamos que no surja ningún caso, queremos cuidar a la comunidad y a los chicos”, dice y cuenta que muchas madres y padres tuvieron miedo de esta modalidad en este contexto que es nuevo para todos. Están en el intento de que funcione.

Sobre la virtualidad a la que tuvieron que acostumbrarse a lo largo del año, Valeria nombra las dificultades, entre ellas la falta de acceso a conexión wifi o datos móviles de muchos estudiantes; también en algunos casos el no acceso a dispositivos móviles para seguir las clases. Además, cuenta que en muchos hogares hay madres o padres que no terminaron la escuela y eso dificultó que los estudiantes contaran con alguien que los ayude a hacer las tareas y seguir el ritmo escolar.

En este sentido, la vuelta a la presencialidad les representa un alivio: “Nos vino bien a todos y estamos contentos”. Sin embargo, para la maestra sería bueno que algunas formas de lo virtual persistan, ya que considera que la mayor parte del estudiantado de hoy “lee poco pero ve mucho” y, en este sentido, las plataformas y dispositivos digitales son una buena apoyatura.

A su vez, recalca que si bien alumnas y alumnos tienen mucho más naturalizado el uso de las tecnologías, sería importante que los docentes reciban más y mejores capacitaciones para facilitar y mejorar su trabajo.

Finalmente, Villaba sintetiza que son conscientes de que es una pandemia y el virus puede llegar a Tartagal, como llegó a otros puntos de la provincia (incluso este martes debieron suspenderse las clases en dos escuelas de Providencia, departamento Las Colonias) y del país donde no había casos: “Hasta ahora estamos como en una burbuja, hemos sido bendecidos parece pero estamos alerta y tratamos de trabajar con la tranquilidad de cumplir con los protocolos establecidos”.

“El lunes no sabíamos bien cómo comportarnos porque era algo nuevo para nosotras y para ellos, más que nada porque hace mucho que no nos veíamos. Pensamos que por ahí podían romper el protocolo con los saludos y queríamos tener cuidado con eso. Cuando llegamos nos dimos cuenta de que no, que están muy conscientes del protocolo y de cómo tenemos que convivir en este momento. Así que nos pudimos relajar y disfrutar ese día. Es el comienzo de una nueva etapa y salió bien, además con el apoyo de la directora”, concluye.

 

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