La presidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezó hoy el acto de inauguración de una fábrica de electrodomésticos de la firma Mabe, en la localidad bonaerense de Haedo. En la ocasión, sostuvo hoy que “hay una cadena nacional del miedo y el desánimo, pero hoy es un día en que esa cadena no va a transmitir”, señaló.
“No va a transmitir que estamos inaugurando empresas nuevas, una de ellas española que decidió no irse en 2001”, dijo Cristina al encabezar un acto en Haedo y donde mantuvo videoconferencias con Mendoza, San Luis y Berazategui donde también se inauguraron fábricas. La presidenta aseguró además que “capitales españoles, alemanes, mexicanos y brasileños amplían su inversión en la Argentina”.
Asimismo, Cristina puso de relieve la defensa del trabajo argentino y afirmó: “Dicen que los argentinos no tenemos productividad pero aumentamos de manera muy importante la productividad en línea blanca”.
La presidenta sostuvo que “hay gente enferma de importancia en la Argentina” y remarcó que “siempre le pido a Dios que nunca me enferme de importancia, es la peor enfermedad que le puede pasar a un político. Hay que trabajar con humildad, sin creérsela, trabajar todos los días”.
La presidenta aludió además -sin nombrarlo- al ex titular del Banco Central, Alfonso Prat Gay: “Que tenga el honor de decir que se tuvo que ir (de esa entidad) porque se peleaba con el ministro de Economía”, en desacuerdo con sus “políticas activas”.
Por otra parte, la mandataria dijo haber sentido “un poquito de fastidio” al escuchar sus cuestionamientos a las políticas del gobierno y apuntó que desde la llegada al Central de Mercedes Marcó del Pont “se terminaron las peleas” entre los “monetaristas” y los funcionarios del Ministerio de Economía.
En este sentido, la presidenta afirmó que desde su gestión continuarán haciendo las cosas que tienen que hacer para defender el trabajo de los 40 millones de argentinos. Además, cuestionó a los que integran “la cadena del desánimo y del miedo”, al sostener que “deberían volver al colegio o a la facultad para saber que la economía no es una ciencia exacta” y puso de relieve el precio record que alcanzó la tonelada de soja “cuando ellos pronosticaron que iba a valer apenas 300 dólares”.
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