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«Vamos a tener en la ciudad de Rosario no menos de la mitad de homicidios de los que tenemos hoy»

El candidato a gobernador de Unidos, Maximiliano Pullaro, se tiene fe en la gestión de seguridad si es que le toca ganar la elección del domingo. "Vamos a ser más rápidos y más eficientes de lo que fuimos entre 2015 y 2019", prometió el actual diputado provincial 

Maximiliano Pullaro sabe que está a un paso de una oportunidad histórica de proclamarse gobernador de la provincia. Habla con la tranquilidad que le transmite la cosecha de votos del frente Unidos en las primarias, pero también con la mesura de un perfil construido a fuerza de militancia territorial y de muchas horas de trabajo. Se enorgullece de trabajar de sol a sol y recorrer durante un año y medio la provincia, pero a la vez se autopercibe «sin carisma». Defiende su gestión como ministro de Seguridad entre 2015 y 2019 pero promete bajar incluso aquellos índices de homicidios con los que terminó su gestión, que estaban por debajo de los actuales: «Vamos a ser más rápidos y más eficientes de lo que fuimos de 2015 a 2019». En términos políticos cruza al kirchnerismo con insistencia y al gobernador Perotti le recrimina que «nunca se hizo cargo». Se mete en el plano nacional y, aunque defiende a su candidata presidencial Patricia Bullrich, ratifica la opción por Milei en un virtual balotaje con Massa: «Lo peor que le puede pasar a la provincia de Santa Fe es que gane Massa, porque va a seguir siendo todo igual».

—¿Cuál es tu criterio de éxito para la política que implementarías en seguridad si fueras electo gobernador?

—Primero que la gente pueda vivir con mejores niveles de seguridad y de violencia. Que pueda tener un delito estable y tolerable. Hoy por hoy todos saben que es sumamente difícil terminar con la delincuencia y terminar con el crimen organizado. Pero sí claramente se pueden reducir los indicadores de robos, hurtos, violencia, homicidios, muchísimo en la ciudad de Rosario. Yo había logrado imponer una curva descendente, muy pero muy marcada. En el año 2014, un año antes de que yo asuma habíamos tenido 272 homicidios en la ciudad de Rosario y cuando me fui tuvimos 146. Y el año que pasó, en la ciudad de Rosario tuvimos 292. Es decir, bajó y después subió al doble. No se puede decir que estábamos bien, no estábamos bien. Pero claramente se había encontrado el camino para transitar y que la violencia y que el delito continúen bajando en la ciudad. Eran momentos donde la sociedad estaba muy golpeada, muy dolida, entonces era difícil poder explicar que los indicadores estaban bajando, también de robos y también de hurtos. Pero creo que eso se vio y se valoró posteriormente, cuando terminó nuestra gestión, y realmente todo se descalabró, de manera descontrolada. El peor gobierno de la historia en materia de seguridad fue el de Omar Perotti, después de haber prometido paz y de haber prometido orden. No logró nunca conducir a la Policía, la maltrató, la destrató, les dijo que eran todos chorros, todos narcos, todos corruptos, y así no se puede conducir una institución policial. Marcelo Sain dijo eso y el gobernador lo sostuvo en el cargo. Yo creo que ahí se rompió algo, ¿no? Y nunca se logró recomponer. Estoy convencido de que nosotros tenemos una buena policía, sólo hay que conducirla, equiparla y darle mayores niveles de formación. Después hay que articular con la Justicia y, si podemos, tener un apoyo muy fuerte del gobierno nacional, yo tengo el compromiso de la candidata de mi frente político, de Patricia Bullrich, de acompañarnos fuertemente en materia de seguridad, en seis meses los indicadores pueden bajar muchísimo. De tener 20 o 25 homicidios, vamos a pasar a tener 10 o 15, como fue en nuestra gestión, y algunos meses menos de 10, lo logramos hacer. Y después controlar el delito contra la propiedad, que es un delito que molesta, porque una mujer, mi mamá, sale a la calle y no lleva el celular, no lleva la cartera, lleva el dinero en un bolsillo para hacer las compras. Eso es un delito controlable.

—¿Cómo?

—Con policía en la calle, con un sistema de policiamiento nuevo, efectivo, donde vos tengas la posibilidad de saber qué está haciendo cada hombre y mujer de la policía cuando está prestando el servicio de prevención. Hay una idea vieja del rol de las comisarías que plantea el candidato de Omar Perotti, Marcelo Lewandowski. Hoy en el mundo la seguridad va a sistemas modernos, con tecnología, en donde las denuncias son digitales, que es lo que principalmente un ciudadano va a hacer a una comisaría, o las toman civiles en los Centros Territoriales de Denuncia, yo lo había hecho con convenios con el Colegio de Abogados. Eso te permitía sacar la Policía a la calle, y que la comisaría deje de cumplir esa función. Vos lo que necesitás es que el hombre que está en una comisaría tomando mates o haciendo nada, esté en la calle. Eso lo tenemos que hacer y saber qué es lo que hace cada uno en la calle. Nosotros teníamos los handy que tenían GPS y entonces teníamos un patrullaje inteligente y donde más posibilidades había de cometerse un delito contra la propiedad, un arrebato, teníamos en ese lugar, en ese horario, un caminante. Eso hizo que el delito baje, no fue magia. Fue copiar experiencias que había en Capital Federal, que hubo en Bogotá, que se llevan adelante en diferentes estados de EE.UU, la policía catalana también lo hace de esa manera. Y después trabajar en la formación, que no implica más recursos, más allá de que sí vamos a ponerle más recursos a la seguridad pública, pero implica utilizar bien los recursos que tenés.

—Entonces, ¿el criterio de éxito estaría en volver a índices con los que terminaste tu gestión?

—No, vamos a bajarlos. Nosotros sabemos qué hacer desde el día cero, con quienes, conozco mucho a los fiscales de la provincia de Santa Fe, sé con quienes vamos a trabajar y con quién vamos a ir a fondo contra el crimen organizado. Sé que tenemos que hacer desde el día cero en el Servicio Penitenciario, sé con qué policías trabajar para reordenar todo esto en el marco operativo, sé cuáles son los investigadores, sé con quienes voy a armar una policía antinarcóticos nueva para llevar adelante la ley de narcomenudeo y golpear a los puntos de venta de drogas, sé que el día uno tenemos que empezar con la licitación para construir una cárcel para 3.000 presos de alto perfil, que nos permitan por un lado descongestionar el Servicio Penitenciario y las comisarías y por otro lado aislar a los que cometen delitos desde la cárcel: los narcos y los sicarios. Tengo todo en mi cabeza, el plan de seguridad. Vamos a ser más rápidos y más eficientes de lo que fuimos de 2015 a 2019. Y nos vamos a ir en cuatro años con índices tolerables. Yo no voy a prometer paz y orden como Perotti. Nunca lo hicimos, pero sí vamos a tener índices tolerables. Vamos a tener en la ciudad de Rosario no menos de la mitad de homicidios de los que tenemos hoy, similares al 2003, 2004, donde el tema de seguridad no era el tema de agenda en Rosario. Y te aseguro que al delito contra la propiedad lo voy a bajar por cuatro o por cinco, porque ya lo hice.

—Otro tema que está en agenda es el trabajo conjunto con clubes y otras organizaciones intermedias. El Estado ha demostrado cierta torpeza para llegar a las situaciones particulares, ¿cuál es tu plan en este tema?

—Primero hay que decir que eso se hizo y se dejó de hacer. Hay que recordar el Plan Abre, que no era solamente infraestructura. El Plan Abre era un programa social, donde se intervenía a través de las instituciones intermedias en los barrios más vulnerables y violentos de la ciudad. La baja del delito que hubo entre 2015 y 2019 no fue sólo el manejo de la policía, la detención de las bandas, la desarticulación y las detenciones. Fueron también las políticas sociales que se aplicaron desde ese lugar. Fue una política que tuvo un éxito importante, en el desenvolvimiento y en el seguimiento de la política pública. Lamentablemente Omar Perotti no tomó lo bueno de nuestra gestión, se creyó que era un gobierno fundacional y por eso fracasó. Abandonó y dejó sola a la ciudad de Rosario. Esas son las políticas, las instituciones intermedias trabajando al lado del Estado. Yo confío mucho en los clubes, en los dirigentes barriales, y mucho en las iglesias, y en las iglesias evangélicas. A veces a algunos les choca ésto, que uno diga que las iglesias evangélicas han trabajado hasta mejor que el Estado en los sectores más vulnerables. Yo las recorrí, este último año de campaña estuve en cerca de 100 iglesias evangélicas de la ciudad de Rosario. Todos los fines de semana estuve con iglesias evangélicas y hacen un trabajo tan pero tan grande, que siento que hay que encontrar la manera de que se incorporen al trabajo del Estado, como lo tiene que hacer los clubes y las organizaciones culturales. Es la única manera de abuenar a la sociedad. La violencia a veces se produce por temas graves, por droga, por robo de droga. Pero a veces se produce por cosas insignificantes. Yo recuerdo cuando entré al Ministerio de Seguridad, en el barrio La T de Tablada, un barrio que había tenido once homicidios el año anterior, era el cuadrante con mayor violencia que tenía la ciudad de Rosario. Le dije al jefe de Policía «quiero ir yo ahí en la primera semana de gestión», y fui. ¿Sabés por qué se desencadenó la pelea por dos grupos de pibes de entre 16 y 19 años? Por el robo de una gorra. Eso conmueve, ¿no? Y alguien tiene que llegar ahí para abuenar, para recomponer los niveles de violencia que tiene la sociedad. Eso no fue por venta de drogas, fue por algo mínimo, pero la cultura violenta que se instauró de 2008 en adelante, que no la advertimos, porque si recordamos, en la campaña de 2011 el debate político era si los hospitales que había empezado Hermes Binner eran maquetas o eran hospitales. Eso se discutía, no se discutía seguridad. Hasta que en el 2012 explota la seguridad. Yo fui diputado provincial en esa etapa y recuerdo que en las comisiones que me anoté fueron salud y vivienda, porque quería llevar adelante políticas de salud y de vivienda. Y dos años después creamos la comisión de seguridad y fui vicepresidente de la comisión de seguridad, porque el tema de la agenda política se lo comió la seguridad. Pero bueno, la política en su conjunto no advirtió lo que estaba sucediendo y lo pagamos muy caro. Y después pagamos muy caro la pelea que tuvimos con Nación. Todos los ataques que tuvo el gobernador Bonfatti, que tuvo Hermes Binner. Hay que recordar cuando a Hermes se lo acusó de haber vendido bebés. Bueno, nadie salió a pedir perdón por eso. El daño que se le provoca a una persona cuando por política se la intenta difamar, a su familia, a sus afectos. Creo que eso fue lo que fracasó. Teníamos un kirchnerismo muy duro en la provincia, querían intervenir la provincia, no entendían que podía ganar un gobierno que no fuese peronista la provincia de Santa Fe. Todo eso que sucedió en Rosario nos llevó a un grado de fragmentación tan alto que lo estamos pagando hoy. Por eso si a mí me toca ser gobernador voy a convocar, voy a ser sumamente amplio, voy a trabajar con todos los que quieran sacar la provincia adelante. Después hay algunos a los que le importa más la política, allá ellos, pero nuestro frente político es un frente amplio, juntó al PRO con el socialismo, el radicalismo, el partido Creo, a la UCD, al GEN, al PDP, pero vamos a ser más amplios en el gobierno, vamos a incorporar sectores sociales y sectores del justicialismo que pretendan cambiar la provincia, y después discutiremos quién es el próximo gobernador, pero es un momento de crisis y de emergencia.

—Contame tres cambios de raíz que harías en tu gobierno si fueras gobernador, que implicarían un cambio de modelo.

—Saco la polícía que hoy está en comisarías a la calle. Hoy la policía está dentro de las comisarías y tiene que estar completamente en la calle. Las cuestiones administrativas las tienen que tomar civiles. Terminó con la no repitencia en la provincia de Santa Fe. Hoy un chico que estudia pasa de año igual que el que no estudia. Yo el día cero termino con la no repitencia en nuestra provincia y vuelvo a invertir y a ejecutar el presupuesto en salud pública, que se ha dejado de ejecutar y hoy en los hospitales y en los Samco de toda la provincia de Santa Fe no tenés insumos, equipamientos y profesionales de la salud.

—Pasó el debate de candidatos a la Gobernación, ¿qué balance hacés?

—No es el ámbito donde yo mejor me manejo. Yo no soy una persona que discute. No discuto en la mesa de un bar, discuto poco en la Legislatura. No discuto en mi casa, no soy un tipo de discutir. Entonces siento que dí lo mejor de mí y mucho más para dar no tenía. Me fui contento. Yo no soy ni discutidor ni carismático. Yo soy un tipo de trabajo, arranco a las seis y termino a las diez de la noche.

—¿Qué quiere decir que no sos carismático?

—¿Viste que hay personas que llegan y brillan en los lugares? Bueno, yo no tengo esa característica. Yo soy un tipo más de gestión, de trabajo, eso. Si llegué a ser candidato a gobernador y si Dios quiere el domingo esperamos con Gisella (Scaglia) ganar no va a ser porque brillo por mi carisma. Es por mi trabajo, primero como militante de un partido político, que construyó una organización, esa organización fue creciendo, ganando pueblos, concejalías, ciudades, lo que me permitió ser diputado. De ahí se agrandó nuevamente nuestra organización, coordinó con un montón de senadores, de diputados más, y eso me llevó a hacer una buena elección. Y después estudiando mucho, trabajando mucho y esforzándome mucho, yo casi dos años y medio estuve recorriendo la provincia de Santa Fe todos los días, de lunes a lunes. Paré para las vacaciones porque mis hijos me lo pidieron, pero si era por mí yo sentía que perdía tiempo. Yo todos los días iba a un pueblo, a una ciudad, a una radio, hablaba con los vecinos, hacía reuniones, escuchaba, armaba propuestas, armaba programas, y les hablé a los santafesinos. Si hicimos una elección de 500 y pico mil votos en las primarias, fue porque trabajamos mucho, no porque nos desborde el carisma.

—Santa Fe no ha tenido gobernadores que se caracterizaron por el carisma, han sido todos más de perfil bajo.

—Bueno, no, Binner para mí era una persona que tenía un imán, y Perotti cuando comenzó la gestión también. Binner llaga con los «buenos tiempos» y Perotti con «la paz y el orden». Perotti no dijo nada en la campaña. Era todo imán. Después las pagamos caro esas cosas, porque cuando una persona llega sin planes, sin propuestas, sin equipo y sin la fuerza para ser gobernador. Yo lo que más le recrimino a Omar Perotti es que el tipo nunca se hizo cargo. Él se hizo el zonzo con todo. La pandemia era por la pandemia. La seguridad, que él prometió paz y orden, culpa de la Justicia federal, culpa del gobierno nacional, culpa de la herencia recibida. Él parece que no era gobernador, era un ente que andaba por ahí dando vueltas y consejos a todo el mundo, pero no era el que tenía que tomar decisiones. Eso porque no sabía dónde quería llegar. Y si vos no sabés dónde querés llegar en una política pública no sabés por dónde ir. Y para saber por donde ir, además de saber qué querés hacer, y cómo querés llegar a ese lugar, tenés que tener equipos. Nosotros hoy tenemos ideas, planes y equipos. Lo más importante que nosotros vamos a mostrar son nuestros equipos. Es gente que está trabajando y que desde el día uno va a laburar un montón. El primer año ninguno va a salir de vacaciones en enero y todos se van a esforzar para que la cosa empiece a cambiar. En el segundo año se van a ver los cambios, tal vez antes. Los vas a ver, porque van a existir. Santa Fe va a estar mejor. En Santa Fe le vamos a dar mucha impronta a la producción, a la generación de empleo, al crecimiento económico, vamos a articular con el sector privado, con el campo, con la industria, con el comercio. Tenemos todo acá (señalándose la frente).

—Sorprendiste, o moviste el avispero, cuando declaraste en una entrevista que en un eventual balotaje Milei-Massa elegirías a Milei. Electoralmente tiene su lógica, puesto que casi todos los votos de Milei en las elecciones provinciales fueron a tu espacio político. Pero si llegás a ser gobernador Milei prometió terminar con las transferencias a provincias, por ejemplo. ¿Cómo manejarías eso?

—Primero, muchos leyeron el título pero no la nota completa. Siete veces dije que iba a votar a Patricia Bullrich, que iba a trabajar para que Patricia fuera presidenta, porque entiendo que representa lo que necesitamos hoy en la República Argentina. Y reforcé mucho ese concepto. Ante la insistencia del periodista – a mí no me gusta no contestar- yo dije que entendía que lo peor que le podía pasar a la provincia de Santa Fe era que gane el kirchnerismo, por el daño que le había hecho a nuestra provincia. Y ahí si querés voy al tema de las transferencias. El año pasado Santa Fe le aportó al orden nacional dos billones 570 mil millones, el 3% del producto bruto interno (el 13,6% de todos los recursos que tuvo la Nación). Solamente volvió a la provincia el 1.5%, 1 billón 270 mil millones. El resto de la plata no es que vino acá a Santa Fe para mejorar nuestras rutas, para hacer infraestructura energética, conectividad, que necesitamos para potenciar lo que le da de comer a la República Argentina. Se quedó en punteros y barones del conurbano bonaerense. ¿Cuál fue mi planteo? Que lo peor, a mi humilde criterio, que le puede pasar a la provincia de Santa Fe es que gane Massa, porque va a seguir siendo todo igual. Y ahí me vuelve a extremar la periodista y me dice «¿o sea que votaría por Milei?». Sí, eso fue. Pero previamente yo voy a trabajar y voy a dejar el cuero para que gane Patricia Bullrich, porque quiero que Patricia Bullrich sea presidenta. Como lo hice con Horacio Rodríguez Larreta, y no lo desconozco. Pero yo confío en el proyecto político y creo en mi partido político. Vamos a las transferencias. ¿A Santa Fe no le convendría que no haya más transferencias? Si Santa Fe no vive del Estado nacional, le aporta el doble. Para nosotros es negocio redondo. No me quiero poner a debatir esa política pública, que no va a pasar, porque está la Constitución, está la ley, hay cosas que uno escucha en campaña y obviamente no son cosas que se puedan llevar adelante. Yo sobre la coparticipación lo firmo mañana. No recibimos más pero nosotros nos quedamos con nuestros recursos. Van a ver cómo le va a Santa Fe.

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