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“Vamos juntos”, un lema que no lleva a ninguna parte

El tema, en asociación con Disney, fue lanzado oficialmente por el Comité Organizador Buenos Aires 2018, en esta tercera edición de los Juegos Olímpicos.

“Vamos juntos” es una frase que podría significar muchas cosas, entre las más comunes la de marchar hacia algún lugar predeterminado y además acompañarse en el objetivo de triunfar; fue y es una de las frases slogan –como muchos otras del mismo tipo– del actual gobierno de Cambiemos. Pudo verse en cada campaña en grandes letras atrás de escenarios, en vía públicas por todo Caba y Buenos Aires; se la escuchó y escucha pronunciada por una buena cantidad de militantes y funcionarios del actual gobierno nacional y cualquiera podría decir, sin conocer nada de lo que aquí se señala, que podría tratarse de una frase de campaña con globos amarillos sueltos detrás. Pues bien, “Vamos juntos” es, además de todo lo mencionado, el nombre de la canción oficial de los próximo Juegos Olímpicos de la Juventud 2018, que en la ocasión estará interpretada por Candelaria Molfese y Fernando Dente (este último también tuvo unos de los principales roles en Casi normales, taquillera obra musical porteña) –quienes son protagonistas de la exitosa serie Violetta, producto exclusivo de la factoría norteamericana– y será estrenada mañana en la ceremonia de apertura en el Obelisco porteño.

El tema, en asociación con Disney, fue lanzado oficialmente por el Comité Organizador Buenos Aires 2018, en esta tercera edición de los Juegos Olímpicos, y es una versión de la canción original compuesta por el cantautor Emanuel Kirakou junto a Lindy Robbins y Evan Bogart, y fue adaptada por la cantautora argentina Patricia Sosa. Su título original es “Alive” y hace referencia a la capacidad de los atletas para superar todos los límites con pasión, esfuerzo y dedicación. Al mismo tiempo, también hace mención a “Viví el futuro”, el lema de Buenos Aires 2018, que expresa el anhelo de que la unión en la diversidad de los más de cuatro mil atletas de 206 países que competirán en los Juegos, inspirará a los jóvenes de todo el mundo para abrazar el deporte.

Esto ya se escuchó

Al darse a conocer la especie, algunos medios muy cercanos al oficialismo arriesgaron que se trataba de una casualidad absoluta, que nada podía hacer pensar que el gobierno nacional hubiera “intercedido” de alguna manera para que esa sea la canción elegida y que mucha más gente había intervenido en su elección. Y que, claro, al tratarse de un evento de carácter internacional, la selección del tema, que lleva ese título, tiene que estar relacionada a aquellas características que aglutinen ciertos deseos comunes o rasgos identitarios de la actividad de la que participará gente muy diversa, en este caso, deportistas de distintos países. La canción lleva el mismo nombre que la coalición legislativa que representó al oficialismo en las últimas elecciones porteñas en 2017 y es también un lema favorito para –como acostumbra a pasar con todos los lemas del gobierno nacional– hablar de algo para no hablar de nada, decir algo que no signifique ninguna cosa, ya que, si se lo piensa mejor, con más anclaje en la realidad de, digamos, los últimos meses, el “Vamos juntos” es una invitación a caer en el abismo de las políticas económicas implementadas para excluir del sistema a millones de argentinos, liquidar pequeñas y medianas empresas, destruir la trama social virtuosa que se había llegado a aceitar hasta límites impensables en la gestión anterior, cercenar los pilares en las que toda sociedad puede pensar en un futuro: salud y educación.

Así las cosas, el “Vamos juntos” es imposible que signifique otra cosa.

¿Casualidad o propósito?

En su tuit @ischargro, el periodista Iván Schargrodsky apunta: “«Vamos Juntos” le pusieron a la canción de los Juegos Olímpicos de la Juventud. L’etat c’est moi. Estoy muerto»”. Es decir, si se tratara de una casualidad, la cuestión pone en evidencia que nadie en el gobierno nacional está atento a que no haya apropiaciones indebidas del lenguaje, que cuide estas “casualidades”, que advierta que no puede el Estado dejar pasar un “mensaje” que seguramente atentará contra su credibilidad –si es que para algunos todavía la mantiene– y lo pondrá en un lugar siempre sospechoso. Si no lo es –como a esta altura muchos piensan– se está ante una demostración más de que no hay nada que mueva el amperímetro de la vergüenza o el pudor de esta gestión y lo que sobresale es casi una manía de subestimar a quienes habitan suelo argentino, de hacer patente el insultante “el Estado es el dueño de todos ustedes”.

La letra de la canción de la que será la primera inauguración olímpica de la historia fuera de los estadios habituales y abierta para todo público –y a la que luego se agregará la composición del músico argentino Leo Sujatovich, que sonará durante las premiaciones de cada deporte–, dice lo siguiente:

Vamos Juntos:

Un esfuerzo más,

Un camino de ilusión, ¡verás!

Una decisión

Pone en marcha tu pasión,

¡será!

Con coraje y convicción

Este juego ya empezó

Con amor

Lo imposible se puede lograr,

oh oh

Ya verás

Ahora es nuestra oportunidad,

oh oh

Sueña, Siente

Tu grito interior

¡Eres fuerte!

Tu tiempo llegó

Vamos juntos…

Feel the future… por más.

No sería nada exagerado señalar que si bien la letra sostiene la idea de una energía singular y potencia la idea de un logro alcanzable para quien se lo proponga, también es un himno a la cualidad que el gobierno nacional porta como estandarte mayor y repite cada vez que puede: la meritocracia, ese vaciamiento  de los sentidos esenciales para que cualquier sociedad sostenga su espíritu en alto y roce lo que podríamos llamar una vida digna: solidaridad, trabajo de conjunto, condiciones necesarias para el avance como la salud y la educación y una trama social que se haga cada más fuerte. Cuestiones ausentes –cada vez más pronunciadamente– desde que Cambiemos es gobierno.

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