Un novedoso sistema de detección de tormentas eléctricas en tiempo real diseñado por profesionales del Instituto de Física de Rosario (Ifir) será colocado primero en las áreas metropolitanas de Rosario y la capital santafesina. Tal como publicó a principio de año El Ciudadano se trata de un sistema de sensores –de nubes y rayos– estratégicamente ubicados que procesan imágenes del cielo. Ante la presencia cercana de una tormenta intensa, una central emite un alerta en tiempo real a las autoridades de Protección Civil y demás reparticiones. Incluso, se puede generar una aplicación que, a través de internet, alerte a las computadoras y teléfonos celulares de los ciudadanos. Además, el Concejo Municipal aprobó la semana pasada una ordenanza para instalar más pararrayos en distintos puntos de esparcimiento de la ciudad.
Pretemporada
El período estival está a la vuelta de la esquina, y con ello, vuelven los fantasmas de fines del año pasado: el calor que reúne pirañas y bañistas, y las tormentas eléctricas que provocan tragedias en las playas de la costa argentina. Más cerca en tiempo y espacio, cabe recordar que un rayo hirió previo a un partido de fútbol amateur a varias personas en la zona oeste de la ciudad. Con este panorama, la prevención vuelve a ser tema de debate. Tal como publicó este medio, estas preocupaciones por alertar a tiempo a las personas que buscan recreos en distintos lugares de esparcimiento motivaron una iniciativa del Instituto de Física de Rosario que en pocas semanas empezará a funcionar. Se trata de un detector de tormentas intensas que permitirá en tiempo real advertir, según las zonas, sobre inminentes peligros de origen meteorológico. El investigador Rubén Piacentini, quien llevó adelante el proyecto, adelantó que ya tienen todo acordado con el gobierno santafesino para que el sistema empiece a funcionar en la última parte del año. En sintonía, el secretario de Protección Civil, Marcos Escajadillo, agregó que durante este mes se harán las capacitaciones para el personal involucrado (Defensa Civil y bomberos, entre otros) sobre el sistema que será instalado en las áreas metropolitanas de Rosario y Santa Fe capital, y luego será extendido de forma progresiva al resto de la provincia.
“Serán dos nodos donde funcionarán detectores (uno en el centro que recibe la información de otros dispuestos en la periferia). En el caso de Rosario se instalará uno en el centro y otros en las localidades aledañas que registran los fenómenos y permiten la previsión y posible alerta. En total, serían dos por cada nodo y 14 para los puntos periféricos”, apuntó, en diálogo con El Ciudadano, Piacentini. De acuerdo con el físico, por estas semanas esperan el aporte de un privado para la compra de algunos de los equipos. Escajadillo agregó al respecto que se trata de maquinaria importada y sujeta a ciertas restricciones que demoran su llegada. “El detector se incorporaría al sistema de alerta que tenemos de radares meteorológicos al que le suministran información las estaciones de Pergamino y Paraná, por ejemplo. Es un gran trabajo el que hacen desde el Ifir y ya estamos preparando las jornadas de capacitación. Esperemos tener los equipos lo antes posible ya que vendrán bien para afrontar la temporada de verano cuando la gente disfruta más de los espacios al aire libre”, concluyó el funcionario.
Método
Los investigadores del Ifir, a cargo Rubén Piacentini, director del área de Física de la Atmósfera, Radiación Solar y Astropartículas, detectan la radiación solar ultravioleta durante todo el año y, en particular, durante tormentas intensas desde el Observatorio Astronómico. Lo hacen a través de un medidor de radiación solar con filtro que simula la piel, llamado biómetro, que permite determinar el riesgo de exposición al sol. Cuando el fenómeno se perfila intenso, la cantidad de radiación solar que deja pasar la nube es atenuada. “Hemos registrado días en los que en la zona del observatorio (parque Urquiza) se ha prendido el alumbrado público en pleno día. El detector correspondiente que activa o desactiva la iluminación, por la densidad de la nube, interpretó que era de noche. Fue previo a una tormenta intensa”, recordó Piacentini. A partir de allí, el grupo de trabajo del Instituto se dedicó a estudiar la aplicación de dos detectores: uno de nubes y otro de rayos. El primero de los estudios fue en el marco de una tesis de la doctora Graciela Salum. Este modelo de prevención similar se utiliza en países donde los huracanes son frecuentes. Con uno, dos y más días de antelación se puede prever la llegada y recorrido de los cinematográficos fenómenos de viento, cuya formación y evolución en el tiempo es mucho más lenta que las tormentas que se producen en nuestra zona. Piacentini indicó que el sistema propuesto sería un complemento de los datos registrados por los radares del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) y del Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Ambos servicios realizan actualizaciones no inmediatas. “Un sistema de recepción directa y en tiempo real es necesario cuando ocurren estas tormentas ya que las páginas web de los servicios muchas veces, por la demanda, se saturan. Cuanto antes se pueda disponer de la información, más tiempo habrá para prevenir accidentes”, explicó el físico.
Equipos
Los equipos de medición para avisar sobre fenómenos climáticos son estándares en Estados Unidos. El sensor de rayos no es más grande que una caja de zapatos y se basa en el mismo principio de la interferencia que produce una descarga eléctrica atmosférica, cuando se escucha radio AM en un automóvil, en días de tormentas intensas. Posee una antena captora de la señal emitida por el rayo –tanto cercano como ubicado a decenas o centenares de kilómetros de distancia–, un sistema electrónico y una pantalla en la cual se observan los puntos donde se producen estos eventos atmosféricos. Establece señales de peligro de distinto nivel, a medida que detecta que la tormenta eléctrica se va aproximando a la zona y puede emitir una señal de alarma.
El detector de nubes está integrado por una cámara fotográfica que, si tiene el lente comúnmente conocido como ojo de pez, se apunta hacia el cielo. O también puede orientarse hacia abajo, donde está ubicada una superficie curva convexa sobre la que se refleja todo el cielo. El mismo devuelve una visión de 360 grados del cielo desde el horizonte hasta el cénit. Un pequeño procesador y una pantalla muestran la actividad de las nubes en el territorio y transmiten en tiempo real las imágenes a las estaciones meteorológicas.
El costo de un sensor de rayos o nubes puede ir desde unos dos a 10 mil o más dólares dependiendo del nivel de precisión. Existe la posibilidad de adquirirlos en el exterior o en el país.
Eficacia de los pararrayos
“El pararrayos conlleva una protección relativa. No podés ponerlos en toda la ciudad. Es bueno que se haya propuesto instalarlos en lugares de concentración de personas (parques, plazas y playas). De igual modo, lo que hay que hacer es establecer este sistema de alerta que, por ejemplo, con un margen de 15 minutos permita a las personas buscar resguardo”, opinó Piacentini. Esto fue en relación a la ordenanza aprobada el jueves que prevé instalar los dispositivos en algunos parques y en la zona balnearia. La iniciativa del concejal radical Sebastián Chale contempla la instalación de zonas seguras de protección de rayos acorde a las normas Iram en los siguientes espacios públicos: parques que se extienden por la costa central –desde Sunchales hasta Belgrano–, Scalabrini Ortiz, Alem, Balbín, Independencia, Urquiza, del Mercado y Balnearios La Florida y Rambla Catalunya. «La Dirección General de Obras Particulares podrá exigir la instalación de pararrayos en las construcciones que, por sus alturas o características especiales, sean susceptibles de ser dañadas por descargas eléctricas atmosféricas», concluyó el edil.