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Van a juicio tres «viudas negras» acusadas de drogar y desvalijar a un joven

La noche del sábado 4 de febrero no fue una salida más para el polifacético Ivo Julián. Ya amanecía y tenía en su casa a tres desconocidas. Había tomado mucho alcohol y sus amigos se habían ido. Una de las chicas se le insinuó. Lejos de concretar, durmió 26 horas seguidas. Cuando fue a hacer la denuncia a la comisaría del barrio porteño de Versalles le dijo a los agentes: “Soy abogado, policía y boludo”. De su casa faltaba dinero, celulares, objetos personales y un televisor.

Las tres mujeres irán a juicio oral acusadas de seducir al joven, que también hace stand up, en un boliche para luego cometer un robo con la modalidad de «viudas negras» en su casa. El hecho se esclareció gracias a que la víctima viralizó por redes sociales las fotos de las imputadas que quedaron grabadas por cámaras de seguridad del domicilio.

La fiscal Silvana Russi pidió ante el juez de la causa, Diego Slupski, que sean juzgadas Florencia María Belén Gómez (24) –presunta líder de la banda–, y las hermanas formoseñas Rocío Antonia Benítez (24) y Marta Isidora Benítez (20). Les imputó a las tres el delito de «robo en poblado y en banda», cuya pena es de tres a diez años de prisión.

Russi afirmó que «a los fines de lograr el desapoderamiento pretendido colocaron a la víctima en situación de indefensión a partir del suministro, de manera insidiosa, de una sustancia, medicación o narcótico que no pudo ser determinado, que la condujo a quedarse profundamente dormida, circunstancia que conforma la violencia requerida por el tipo en los términos del art. 78 del Código Penal».

De acuerdo a la acusación, el hecho ocurrió el 4 de febrero último, entre las 6.52 y las 13, cuando las tres imputadas se retiraron con dinero y valijas cargadas de objetos del interior del inmueble de la calle Irigoyen al 800, de Versalles, donde Julián vive con su padre Héctor (70), un médico cirujano que no se encontraba en el lugar.

Todo se inició a las 4 de la madrugada en el VIP del boliche Rey Castro del barrio porteño de Monserrat, donde Ivo y tres amigos invitaron a su mesa a tres mujeres que se presentaron como «Florencia» –luego identificada como Gómez–, «Malena» y una tercera de la que no recordaban el nombre, quienes resultaron ser las hermanas Benítez.

Según declararon la víctima y sus amigos, Gómez fue quien sugirió continuar el encuentro en la casa de Versalles, donde todo el grupo se trasladó a las 6, cuando cerraron las puertas del boliche.

En la casa el grupo siguió tomando alcohol y en un momento el grupo descubrió que «Florencia» estaba en la planta alta de la vivienda y la descubrieron revisando los cajones del escritorio del padre de Julián.

Según lo relatado por la fiscal, cuando el dueño de casa y uno de sus amigos le preguntaron a Gómez qué hacía en la plata alta, la chica «les invitó un trago de la bebida que tenía en sus manos, se desvistió y permaneció únicamente con su ropa interior».

La representante del Ministerio Público Fiscal relató que Gómez «realizando un movimiento sensual provocativo les propuso pasar un momento íntimo con ambos» y que la chica condujo a la víctima y su amigo «hacia una cama en uno de los dormitorios de la planta alta y les preguntó cuánto dinero le pagarían por su «servicio sexual»».

El amigo de Julián optó por retirarse de la casa, de donde ya se habían ido de manera escalonada los otros dos compañeros de la víctima, por lo que el abogado se quedó solo con las tres mujeres.

La fiscal reveló además cuál fue la técnica que, de acuerdo con relato de la víctima, empleó Gómez para al standupero.

«Tomó un trago del vino espumante que tenía en su poder y sin tragarlo le dio un beso en la boca al damnificado, quien tragó el líquido», indicó con jerga jurídica la fiscal.

Además, el propio Julián declaró que vio cómo a Gómez «se le cayó uno de los aros que llevaba puestos y que al agacharse a tomarlo se desprendió del corpiño una pastilla pequeña de color blanco con una ranura en el medio».

Russi afirmó que «tras suministrarle una sustancia narcótica», Julián «se quedó completamente dormido y en un estado de indefensión que las tres imputadas aprovecharon para revisar los distintos ambientes de la finca en busca de objetos de valor».

Según las constancias, las «viudas negras» se llevaron 3.500 pesos, dos celulares –un LG Spirit y un Nokia–, un DNI, un carnet de conductor de móviles de emergencia de la Policía Metropolitana, una licencia de conducir, un carnet del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, cuatro tarjetas de crédito, una tarjeta SUBE y un televisor plano de 27 pulgadas con su control remoto.

También se llevaron cargados en valijas y bolsas de consorcio, varios recetarios, credenciales, sellos médicos y artículos quirúrgicos, un equipo de música, una cadena de oro, un juego de llaves del domicilio, una impresora, una cámara digital y un disco externo.

La fiscal también mencionó que «a los fines de procurar su impunidad, a las 12.50 cortaron los cables de las cámaras de seguridad ubicadas en la sala de espera de la planta alta y desconectaron aquellas ubicadas en la cocina» y luego se retiraron con lo robado.

Russi explicó que la víctima aportó a la investigación «filmaciones» que fueron «difundidas por el denunciante a través de diversos medios de comunicación, motivo por el cual el caso tomó trascendencia pública».

Esos videos, donde se ven a las hermanas Benítez y también a Gómez en ropa interior y exhibiendo una serie de tatuajes característicos, fueron clave para que las tres imputadas se entregaran a la Justicia.

Primero lo hicieron las hermanas Benítez, el 20 de febrero, en la comisaría 46 de Retiro, y luego, el 3 de mayo, lo hizo Gómez en la comisaría 3ra de la zona del Palacio de Tribunales.

Ivo Julián en su faceta de standupero