Tras las presiones del gobierno entrante y las amenazas contra su familia, finalmente Alejandro Vanoli presentó ayer su renuncia indeclinable como presidente del Banco Central y dejó libre el camino a su sucesor, Federico Sturzenegger, con quien se reunió antes de irse. Sostuvo que “aunque desde ciertos sectores se procura instalar la falsa idea de que las reservas están en cero, la realidad indica otra cosa”.
En el texto de renuncia, dirigido a la presidenta Cristina Kirchner, Vanoli agradeció la “confianza” depositada para ejercer el cargo y aprovechó para trazar un detalle de su gestión iniciada el 2 de octubre del 2014. Advirtió que una devaluación brusca “no es un camino inevitable” y rechazó las críticas respecto de que las reservas del Central están “en cero”.
“Tomo esta decisión en el marco del resultado electoral y después de una profunda reflexión, con la serenidad de espíritu que siento por haber demostrado y defendido mi compromiso con nuestro país y nuestro pueblo”, indicó Vanoli en la carta de renuncia.
Vanoli tenía mandato hasta 2019 pero el presidente electo, Mauricio Macri, había pedido públicamente su renuncia y hasta llegó a advertirle que si no lo hacía tomaría la decisión por decreto para reemplazarlo por Sturzenegger, economista y diputado del PRO.
Sobre este tema, el funcionario saliente se quejó de que desde 1992, cuando se impuso la autarquía del Central, “ningún presidente fue instado a retirarse en el inicio del mandato de un nuevo gobierno nacional”.
“No caben dudas de que quienes siempre, y muy especialmente ante los hechos de 2010, sostuvieron a rajatabla la autonomía del Banco Central y el respeto a los mandatos de sus directivos, han cambiado diametralmente de opinión”, aseveró.
Al final de la carta, propuso que “sería procedente” modificar la Carta Orgánica para hacer coincidir el mandato del jefe del Central con el del presidente de la Nación.
La semana pasada, el funcionario denunció amenazas telefónicas a él y a miembros de su familia, y antes de ese hecho ofreció una conferencia de prensa en la que dejó entrever que dejaría el Banco Central y colaboraría en el recambio presidencial.
A su vez, el hasta ahora jefe del Central fue denunciado por legisladores de la oposición por supuesta defraudación pública en la operatoria del mercado de futuros del dólar.
En la nota de renuncia, Vanoli recordó que ingresó al Central “por concurso público como economista” a los 27 años y señaló que “desde entonces, esa trayectoria de trabajo continuó ininterrumpidamente” al ocupar cargos en el Ministerio de Economía y la Comisión Nacional de Valores.
“Asumí la presidencia del BCRA en condiciones sumamente adversas: la crisis internacional que afectó nuestras exportaciones, tanto en precios como en volúmenes, la desaceleración global y la recesión de importantes socios comerciales, además del bloqueo neocolonial dispuesto por el juez Thomas Griesa”, afirmó Vanoli.
Agregó que “en ese contexto se propiciaban, a su vez, maniobras especulativas cambiarias que intentaron condicionar el rumbo de la política económica”.
Sostuvo que su gestión estuvo dirigida a “preservar la estabilidad financiera y cambiaria, promover el crédito, estimular el ahorro en moneda nacional, profundizar la tarea de regulación y supervisión” de la entidad.
“Así se produjo una baja sustancial del valor del dólar ilegal y de otros dólares implícitos, aumentaron los plazos fijos en pesos y en dólares” y consideró que “se contribuyó a la recuperación del crecimiento económico luego de la desaceleración de 2014”, indicó.
Puntualizó que antes del pago del Boden 2015 en octubre último se habían acumulado casi 6 mil millones de dólares de reservas adicionales a las que existían cuando asumió.
En la misiva expresó que técnicamente es el Banco Central y no el mercado el que debe “administrar el tipo de cambio” y sostuvo que “la brusca devaluación de la moneda no es un camino inevitable”.
Diálogo con los buitres
El gobierno de Mauricio Macri iniciaría formalmente la semana próxima negociaciones oficiales ante el juez de Nueva York Thomas Griesa para fijar la voluntad de la nueva administración de llegar a un acuerdo con los fondos buitre.
La oportunidad sería la próxima audiencia fijada por el magistrado norteamericano para el 17 de diciembre y será la primera que se realizará con Macri como presidente en funciones.
En ese encuentro se analizará la emisión de Bonar 24, que deberá definir si esa colocación tiene carácter internacional y por ende puede o no estar sujeta a embargos.
Allí, el nuevo gobierno ratificaría su posición de llegar cuanto antes a un acuerdo, poniendo como condición que se disponga un stay para liberar los pagos de deuda externa sujetas a embargo por el juez y negociar una solución por el pago de la deuda. El futuro secretario de Hacienda, Luis Caputo, se reunió con el mediador en el conflicto legal designado por el magistrado norteamericano Daniel Pollack, a quien le transmitió la decisión del próximo gobierno de iniciar negociaciones de inmediato para buscar una solución al conflicto legal que lleva más de diez años, tal como había adelantado Macri en la campaña.
El gobierno busca destrabar el conflicto legal, porque eso le abriría a la Argentina el acceso a los mercados internacionales de crédito. El ex ministro de Economía Martín Lousteau, designado embajador en Estados Unidos, sería una de las piezas clave de futuras negociaciones.