Hace una semana, tres jóvenes fueron atacados a balazos en zona oeste a pocos metros de otra feroz balacera ocurrida el mes pasado que dejó dos muertos y ocho heridos. Sin esclarecer los atentados, los investigadores adelantaron en ambas oportunidades sus sospechas: que las balas respondían a disputas territoriales por la venta de drogas.
Este lunes, la Fiscalía ordenó ocho allanamientos para dilucidar los hechos, en base a datos recolectados en un barrio que según la Policía está “consternado” por los hechos de sangre y “silente” por miedo a represalias. El resultado de las medidas fue la detención de cuatro personas, dos de ellas de nacionalidad colombiana, y el secuestro de armas de fuego, celulares, vehículos con pedidos de captura y un singular recorte de diario con la noticia de las balaceras que en abril hicieron blanco en tres bares de Pichincha.
Los ocho allanamientos fueron ordenados por el fiscal de Gravedad Institucional Matías Edery, y ejecutados por efectivos de la Policía de Investigaciones (PDI) a raíz del ataque a balazos sufrido por tres muchachos de entre 20 y 22 años el pasado 23 de abril en la esquina de 24 de Septiembre y Manantiales.
En esa oportunidad resultaron heridos Jeremías B., de 20 años, Elio L., de 21 y Brian S., de 22. Los tres fueron alcanzados por los plomos en la zona abdominal y quedaron internados en el hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca).
A comienzos de marzo, la misma zona había sido escenario de una brutal balacera cuando tres personas bajaron armadas de un auto, con los rostros cubiertos por cascos, y dispararon contra una decena de personas que estaba en la vereda. Una adolescente de 16 años y un hombre de 50 fallecieron, una nena de cinco años recibió un tiro en la cabeza y otras siete personas resultaron heridas.
La pesquisa determinó que los ataques se debieron a “una problemática social que consiste en la venta de estupefaciente, mal llamada guerra territorial”.
Además, los investigadores destacaron que al hacer entrevistas entre los vecinos en busca de datos los encontraron “consternados” por los hechos de sangre, además de callados por temor a represalias ya que las personas involucradas serían “muy pesadas en el ambiente”. No obstante consiguieron nombres y realizaron los allanamientos, de los cuáles tres dieron resultados “positivos”.
Varias armas y una noticia
En calle Prusia al 6900 detuvieron a Edith O., de 36 años y a Miller R., de 44, ambos de nacionalidad colombiana. Según la Policía le secuestraron un revólver, una pistola semiautomática, alrededor de 40 municiones, ocho celulares y tarjetas de diferentes motos. También, el recorte de una página policial del diario “La Capital” de fecha 23 de abril con marcas sobre un artículo periodístico que menciona que el dueño del bar Jimmy (ubicado en Ricchieri y Brown) pidió custodia policial tras ser atacado a tiros el frente de su comercio.
En Gaboto al 5500 detuvieron a Héctor S., de 45 años, tras secuestrarle un cuadro de motocicleta marca Yamaha cuyos guarismos correspondían al de un rodado robado el 14 de diciembre de 2018. De ese domicilio secuestraron además 11 celulares y un cartucho calibre 9 milímetros.
Por último, en calle Rivero al 5200 terminó detenido José B., de 67 años, a quien le secuestraron una escopeta calibre 16, una carabina 22, una pistola semiautomática 9 milímetros, cinco celulares y dos camionetas con pedido de secuestro: una Chevrolet “levantada” el 31 de octubre pasado y una Ford robada el 18 de abril de 2017.
Según los policías, una de las pistolas secuestradas es poco común en el país. Se trata de un arma de origen israelí, marca Bul modelo Cherokee de 18 tiros.
El vínculo Pichincha
Las noches del sábado y domingo 20 y 21 de abril, tres bares de Pichincha fueron atacados a balazos. El primer ataque fue cometido desde un BMW color blanco, con vidrios polarizados, que minutos después de las 22 pasó por calle Brown, dobló por Ricchieri y estacionó. Luego bajaron dos personas que dispararon contra la fachada del bar Alabama (ex Nenina, ubicado en Ricchieri 12 Bis) que se encontraba cerrado por refacciones pero había una fiesta en su interior. Luego, los ocupantes del BMW subieron y continuaron la marcha por Ricchieri hasta Güemes donde dispararon contra el cartel del bar Blaklist, que estaba abierto y con gente adentro. Después se dieron a la fuga unos 30 metros en contramano por Ricchieri y desparecieron. La noche siguiente el blanco de las balas fue el bar Jimmy, ubicado en la esquina de Ricchieri y Brown, donde dispararon seis veces contra la fachada desde un Volkswagen fox color gris claro.
En ninguno de los ataques se registraron heridos pero causaron gran resquemor entre los vecinos de Pichincha. Ahora, los pesquisas investigan vínculos entre las distintas balaceras.