Desde el Instituto Nacional del Agua (INA) estimaron que la crecida del río Paraná en Santa Fe proyectada para fin de mes afectará a los isleños y pobladores de las zonas más bajas de la cuenca. Entre el 28 y 29 de este mes el pico llegará al puerto de la capital santafesina con niveles que superarán la altura de evacuación y en horas ese caudal llegará a Rosario. Ayer por la tarde el Comité Operativo Interministerial de Emergencia se reunió para analizar la situación y recorrió el norte de la provincia para relevar poblaciones. El Ministerio de la Producción prevé trasladar 250 mil cabezas de ganado. Ecologistas destacaron la función de esponja de los humedales santafesinos y pidieron extremar las medidas para su preservación.
Agua viene
Luis Lenzi, ingeniero del INA, adelantó ayer que la represa de Yaciretá tuvo que atenuar el ingreso de agua del río Iguazú cuyo caudal creció 10 veces más de lo normal durante el fin de semana. “Es el mayor caudal que ha pasado por el río Iguazú. Tiene que ver con la cuenca media del lado brasileño donde llovió durante un fin de semana entre 200 y 300 milímetros. Eso hizo que se genere una onda abrupta”, analizó el especialista. “En Santa Fe se estima que va a tener una incidencia no tan importante pero los lugares bajos se van a ver anegados. La primera estimación del INA con la dirección de alerta es que en el puerto de Santa Fe se registre una altura de 6 metros. Y a esto recordar que la altura de evacuación es 5,70. Habrá 30 centímetros de más. En las islas y los lugares más bajos deberá haber evacuaciones entre el 26 y 28 de junio. Y en un día y medio llegará a Rosario”, explicó Lenzi.
Preparados
A su vez, desde el INA informaron que este es un escenario incierto. Al menos hasta dentro de 7 días ya que existe una fuerte variabilidad climática, lo que amerita un seguimiento muy cercano. “La fuerte variabilidad climática observada en los últimos años, aún contando con un panorama climático medianamente cierto, impone fuertes limitaciones a la predicción hidrológica, sumándose también los efectos aún no medidos adecuadamente de los cambios en el uso de suelos en varias subregiones de la cuenca”, sostuvieron desde el instituto. A través de circulares informativas semanales e informes diarios en la página web el INA brindará datos para que el gobierno provincial realice tareas de prevención. De hecho, ayer por la mañana el vicegobernador en ejercicio del Poder Ejecutivo –Antonio Bonfatti se encuentra en Nueva Zelanda– se reunió con el secretario de Protección Civil, Marcos Escajadillo. En el marco del Comité Operativo Interministerial de Emergencia para analizar la crecida del río Paraná se avanzó sobre cómo afectará el ingreso de agua desde el norte.
Escajadillo señaló que desde ayer se dispuso personal de Protección Civil del Área de Operaciones en el norte de la provincia. También se iniciaron comunicaciones “con cada área de municipios y comunas relativas a obras, y cubrir necesidades como la entrega de bolsas con arena y bombas extractoras”. El funcionario indicó que también se analizó el sistema de compuertas ya que “en algún momento se van a tener que cerrar y por lo tanto deben funcionar adecuadamente al igual que el sistema de bombeo”. “Con el Ministerio de la Producción se prevé el traslado de más de 250.000 cabezas de ganado junto al accionar de las distintas sociedades rurales, Senasa y Policía, con el propósito de diagramar un dispositivo de seguridad”, agregó Escajadillo.
“Desde 2007 la provincia se ha organizado para hacerle frente a las emergencias, se establecieron protocolos de acción, se capacitó y se capacita constantemente al personal”, destacó el mandatario tras la reunión. Además Henn remarcó que “se lleva adelante una labor coordinada con todas las instituciones para brindar herramientas de abordaje a una situación de emergencia; no solo actuando ante las contingencias, sino con políticas de previsión que nos posibilitan poner a resguardo a los ciudadanos y reducir los márgenes de daño”.
En la tarde de ayer el secretario Marcos Escajadillo, junto a personal de Defensa Civil, Desarrollo Social, y ministerios de Aguas y de Producción, monitoreó las localidades costeras y atendió a cada particularidad.
Humedal y esponja
La referente del partido Los Verdes, Elba Stancich, analizó la situación ecológica de la cuenca en función de la crecida y recordó que en 2013 también se emitió un alerta similar que llevó a muchos ganaderos a vender “rápidamente” sus cabezas. “La crecida es mayor, siempre según lo proyectado por el INA, que el año pasado. El caudal de las cataratas es 30 veces el que suele tener. En términos comparativos junto al cambio climático hay que reconocer un aumento de inundaciones y sequías de 1970 a 2005. En 2012 las cataratas estaban casi secas”, analizó. Para la especialista, la clave de cara al cambio climático es no sólo generar acciones para mitigarlo sino evitar que el sistema de humedales santafesino se vea más deteriorado. “Es una esponja que ofrece la posibilidad de retener aguas de inundaciones. Se debe tener consideración de dónde se construye para no hacerlo en lugares que son valle de inundaciones de los ríos y se pierda la función natural de estos espacios”, recordó. Para Stancich también se deben crear áreas protegidas y modificar las leyes de producción en la región para que las fábricas emitan menor cantidad de gases con efecto invernadero.
Semana a semana, día a día
Cabe señalar que el Instituto Nacional del Agua (INA) dio a conocer algunas referencias sobre el fenómeno de la creciente de las aguas que se espera para este mes:
El horizonte cierto de predicción es de 7 días como máximo.
Existe una fuerte variabilidad climática, lo que amerita un seguimiento muy cercano.
El objetivo es informar con la mayor precisión posible para no interferir en la toma de decisiones de los usuarios, los que conforman un amplio espectro de usos del recurso hídrico en la región y deben asumir sus propios riesgos.
Con frecuencia semanal se actualizarán estas circulares, complementando los informes diarios en la web.
La fuerte variabilidad climática observada en los últimos años, aun contando con un panorama climático medianamente cierto, impone fuertes limitaciones a la predicción hidrológica.